26 de enero – Siempre fuimos felices.

“Nuestra mesa improvisada constaba solo de un tablón colocado sobre dos toneles que servían como patas. La chimenea donde cocinábamos humeaba tanto, que bloqueaba la luz del día que entraba por el agujero, mientras comíamos las pequeñas porciones ante nosotros… No perdimos nuestra alegría; por el contrario, puesto que este estilo de vida contrastaba tanto con la que habíamos dejado recientemente, a menudo reíamos con ganas”.

San Eugenio