Nota del Editor: Las Misioneras Oblatas de María Inmaculada son un joven instituto religioso que nació en España en 1997, cuando nueve mujeres se juntaron para iniciar una vida comunitaria siguiendo a S. Eugenio de Mazenod, tras los pasos de sus hijos. Las Oblatas forman parte, así, de la gran familia oblata y ven el nacimiento de su Instituto como una gracia de la canonización de Eugenio de Mazenod en 1995. Como mujeres consagradas a Dios, viven el mismo carisma que los Oblatos: “Llevar la Buena Nueva a los pobres”. Este año cumplen 25 años desde que iniciaron su vida en comunidad.


¡Nuestras hermanas, las Misioneras Oblatas de María Inmaculada, están de celebración!

El 14 de septiembre, las Misioneras Oblatas cumplieron 25 años de vida comunitaria. Este sábado, el 24 de septiembre, celebraron una Misa solemne para dar gracias a Dios por este acontecimiento.

Por entonces, en 1997, un día como hoy, un grupo de valientes mujeres de entre 19 y 24 años, comenzaron una experiencia de vida comunitaria en la casa de ejercicios de Emaús, en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Ellas, profundamente enamoradas de Jesús Salvador y convocadas a vivir el carisma de San Eugenio en la vida religiosa, se dispusieron a responder a la llamada de Dios comenzando un nuevo camino en la Iglesia.

Comienzos

Esta semilla del Espíritu ha ido creciendo en cada una de las hermanas, haciendo de sus comunidades espacios donde se anuncia el año de gracia del Señor, lugares de acogida y vida donde se experimenta, a pesar de las dificultades y diferencias que puedan surgir, la alegría del Evangelio.

En esta ocasión tan especial, las Oblatas quieren expresar su más profunda gratitud a todos los que les han acompañado en este camino pasando a formar parte de su familia en los estos últimos 25 años. De una manera especial, quieren dar gracias a Dios, por el don del carisma oblato que han recibido y la vida del Espíritu Santo que lo actualiza en ellas.

Son conscientes que han nacido por gracia de Dios para responder a las necesidades y los retos que nos presenta el mundo de hoy, un mundo centrado en sí mismo y desorientado, herido estos años por la enfermedad, la soledad, el abandono, las rupturas familiares, la falta de identidad, la pobreza, la guerra, etc… De ahí, el leitmotiv que han escogido y que les acompañará este curso: “Dando vida al corazón de San Eugenio hoy”.

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