Nacimiento en Ossun (Hautes-Pyrénées), Francia, Febrero 17, 1826
Ordenación sacerdotal en Tarbes, Julio 12, 1853.
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, Diciembre 7, 1859
Oblación en N.-D. de l’Osier, Diciembre 8, 1860 (N. 526).
Muerte en Roma, Texas, Junio 26, 1907.

 

Pedro José María Clos nació en Ossun, diócesis de Tarbes, Francia, el 17 de febrero de 1826. Después de su ordenación sacerdotal en Tarbes el 12 de Julio de 1853, fue sacerdote asistente en su diócesis, pero deseaba ir a las misiones en el extranjero. Inició su noviciado en Notre-Dame de l’Osier el 7 de diciembre de 1859 y tomó votos ahí el 8 de diciembre de 1860. De inmediato recibió su obediencia para Texas. En el  Personnel de 1862-1863 se encuentra una sinopsis del maestro de novicios, Padre Vandenberghe: “un sacerdote ardiente, lleno de celo, buena constitución y apariencia agradable. Vivaz y motivado, simpático, de conversación grata, se gana el afecto de los demás por su soltura y sencillez. Como sacerdote asistente tenía todo el poder. Además, es un sacerdote piadoso, desinteresado y virtuoso… En general de buen carácter, aunque tiende a ser susceptible. En cuanto a aptitud, es sociable, aunque no profundo, de juicio sano, aunque algo de consejo sería útil. Salió para Texas a fines de 1860”.

El Padre Clos siempre realizó su ministerio a lo largo del Río Grande, en ocasiones en  Matamoros en México, otras en Brownsville y en ocasiones en la ciudad de Río Grande, Roma y San Antonio. Sufrió bastante durante la Guerra civil en Brownsville, y al ser prisionero de los liberales en Matamoros por varios días en 1866. El autor de su obituario, escribió: “Iniciando en 1860, o al principio de su profesión religiosa, fue enviado a Texas, donde permaneció hasta su muerte. Fue a prácticamente todas las misiones a lo largo de la ribera del Río Grande y puede decirse que pasó la mayor parte de sus cuarenta y seis años como misionero a caballo, visitando los ranchos en México. Ni el calor, frío o hambre podían alejarlo de ellos…” Por mucho tiempo fue director y luego superior de la misión en Roma. Continuando su obituario: “En Roma y el área circunvecina, el Padre Clos era un oráculo a quien la gente escuchaba, era el líder respetado, a quien llevaban todos los asuntos civiles, políticos y religiosos. Era tan grande su influencia en el área, que sus compañeros se referían a él en broma, como El Santo Padre de Roma. Realizó un viaje a  Europa como delegado al Capítulo General de 1879. Falleció en Roma, Texas, el 26 de junio de 1907.

Yvon Beaudoin, o.m.i.