Nacimiento en Poperinge, diócesis de Brujas, Bélgica, Diciembre 14, 1828
Ordenación sacerdotal en Brujas, Diciembre 17, 1853
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, Febrero 16, 1856
Oblación en Dublín, Febrero 17, 1857 (No.433)
Muerte en Colombo, Ceylán, Diciembre 14, 1861.

 

Incluso durante sus años en el seminario diocesano  de Brujas, Pedro Fernando Crousel sintió la necesidad de servir en las misiones. Permaneció con el clero secular para poder ayudar a su madre y hermana enferma. Después de sus muertes, siendo sacerdote asistente en Zwevezele, el joven sacerdote se preguntaba si era hora de entrar a una congregación misionera y poder trabajar para la gente cuya necesidad del mensaje de Cristo era más urgente que entre sus compatriotas. Fue con esa intención expresa de ir a las misiones que ingresó con los Oblatos. Incluso antes de terminar su noviciado, el Fundador lo envió a Inchicore, Irlanda en 1857, para ayudar a los Padres que se encontraban construyendo un centro desde el cual los sacerdotes eran enviados a predicar misiones parroquiales. Crousel escribía continuamente al Obispo de Mazenod de su incesante deseo de servir en las misiones en el extranjero. El Fundador tendía a aceptar, pero hubo de discutir con el provincial, Padre Roberto Cooke, quien insistía en necesitar al Padre Crousel. De hecho, fue ocupado básicamente en recaudar fondos para la construcción de una casa de retiro. El 21 de agosto de 1859, el Padre Crousel explicó su deseo y motivación al Padre Tempier, insistiendo en que su deseo de trabajar en las misiones no había sido satisfecho por doce años. Después de ser probado, su insistencia al fin tuvo éxito. En Julio de 1860 recibió su obediencia para Ceylán. Sin querer retrasarse visitando a su familia en Bélgica, salió vía Notre-Dame de Lumières, para Marsella, donde se embarcó el 28 de agosto.

El 14 de noviembre pudo informar al Obispo de Mazenod desde Chilaw, que finalmente había llegado con el Obispo Semeria, comentándole de su motivación por el fervor de los cristianos a quienes había predicado las misiones. Utilizando sus propios medios y trabajo, los creyentes habían construido una iglesia y los misioneros escuchaban confesiones por horas. Parece también por esa carta que previó la dificultad que acarrearía la conversión de los budistas. Durante las misiones predicadas bajo el liderazgo del Obispo Semeria en Chilaw y Bolawatta, comenzó a estudiar tamil. Para poder perfeccionar su conocimiento de la lengua, fue enviado a Trincomalee, donde al mismo tiempo podía ayudar al Padre Keating en su trabajo pastoral con los soldados irlandeses que formaban parte de la legión británica acuartelada en el lugar.

Cayó enfermo poco después de llegar a Trincomalee. Hubo que llevarlo a Jaffna, cuando la disentería se complicó con un problema hepático, a fines de octubre de 1861. Le dijeron debía volver a Europa; pero no llegó más allá de Colombo. Incluso los mejores doctores en la capital no pudieron ayudar con la enfermedad que le aquejaba. Falleció en la casa parroquial de Saint John, Mutwal, donde recibió cuidado amoroso por dos semanas. Tenía exactamente 33 años de edad al fallecer y fue sepultado en ese lugar. Unos días antes de su deceso, escribió con toda confianza al Obispo Semeria, que su estado de salud no le perturbaba: “Todo lo que sucede es por la gloria de Dios”. Antes de lo que hubiera podido prever, cumplió los sentimientos que había expresado al Obispo de Mazenod al recibir su obediencia para Ceylán: “Qué feliz soy. No tengo nada más que pedir al Señor en esta tierra mas que morir con los no creyentes, trabajando por su salvación”.

El Padre Crousel era la sencillez misma. Tenía un carácter bondadoso y jovial, opuesto a una persona difícil. Aun así era perseverante. Atrapado en el deseo de servir al reino de Dios entre los no creyentes, nunca abandonó su llamado.

Fue el primer Oblato de nacionalidad belga en ir a Ceylán.

Robrecht Boudens, o.m.i.