Nacimiento en: Monestiés (Tarn), Francia, Enero 21, 1826.
Toma de hábito en: N.-D. de l’Osier, Noviembre 8, 1849.
Oblación en: N.-D. de l’Osier, Noviembre 9, 1850 (N. 288).
Ordenación sacerdotal en: Marsella, Abril 3, 1853.
Muerte en: Jaffna, Ceylán, Abril 14, 1895.

 

Augusto María Rouffiac nació en Monestiés, diócesis de  Albi, Francia, el 21 de enero de 1826. Comenzó su noviciado en Notre-Dame de l’Osier el  8 de noviembre de 1849, donde hizo votos el 9 de noviembre de 1850. Antes de enviarlo a Marsella para sus estudios de teología en el seminario mayor, el maestro de novicios, Padre Jacobo Santoni, escribió en un reporte del 15 de octubre de 1850: “Este novicio siempre ha mostrado buen comportamiento. Me parece un hombre de fuerte virtud. Se distingue particularmente por su gran devoción a la Santísima Virgen. De excelente carácter, tiene buen juicio y aptitud promedio. Tendrá mucho éxito en la predicación”. En Marsella, el Padre Juan Marchal, moderador de los escolásticos, lo describe como: “siempre tranquilo, en paz y algo difícil. Ha sido puntual, sumiso y se aplica a su tarea manteniendo su carácter. Su predilección es el trabajo físico. En ocasiones es bastante alegre, se comporta y habla muy bien en público, aunque a pesar de todo ello, parece algo pedante y lento. Se podría decir que es flemático. Es sensible…”

El Obispo de Mazenod lo ordenó al sacerdocio el 3 de abril de 1853, enviándolo de inmediato a Ceylán con el Padre Víctor Lacombe. Así es como lo presenta por carta al Padre Étienne Semeria, el 8 de abril: “Las dos personas que le envío… son ángeles.” A los cinco meses de haber llegado a Ceylán, el Padre Rouffiac hablaba suficiente tamil para quedar a cargo de la misión en Valigamam. Después, en el lapso de 1853 a 1894 recibió dieciocho obediencias, pero su ministerio principal fue (1853-1856, 1860-1863, 1875-1878) en Batticaloa (1856-1860, 1863-1869, 1882-1886), en Trincomalee (1870-1872, 1878-1882, 1886) y en Jaffna (1886, 1892-1894). Estando en Mannar en 1894 contrajo una fiebre que fue fatal y fue llevado de urgencia a Jaffna, donde falleció el 14 de abril de 1895.

En un artículo publicado en el Catholic Guardian de Jaffna el 20 de abril de 1895, el autor escribe que el Padre Rouffiac “siempre estuvo interesado y relajado en su relación con los feligreses, de buen humor y con muchas anécdotas. Nunca desaprovechó la ocasión de atraer, instruir y edificar a sus feligreses. Era buen consejero y de juicio confiable, basado en una larga experiencia y conocimiento del ambiente local. Como resultado, fue nombrado consejero Episcopal por el Obispo Mélizan de Jaffna. Como predicador, el Padre Rouffiac había dominado el tamil y sus sermones eran prácticos, precisos y adaptados a la audiencia, desde los más inteligentes a los más ignorantes.”

Yvon Beaudoin, o.m.i.