1. Regreso de Sumien en 1849.

Nacimiento en Barjols, diócesis de Fréjus (Var), el 7 de octubre de 1802.
Toma de hábito en Notre-Dame du Laus, el 2 de abril de 1820.
Oblación en Notre-Dame du Laus, el 30 de mayo de 1822 (nº 10).
Ordenación sacerdotal en Marsella, el 24 de septiembre de 1825.
Abandono de la Congregación, el 24 de febrero de 1831.
Segundo noviciado en Notre Dame de l’Osier, el 3 de marzo de 1849.
Oblación en Marsella, el 5 de marzo de 1850 (nº 284).
Muerte en Marsella, el 28 de octubre de 1883.

André Marc Sumien nace el 7 de octubre de 1802 en Barjols, diócesis de Fréjus. Es bautizado al día siguiente, domingo 10 de octubre (18 vendémiaire del año XI). Su familia, algo acomodada, era honrada y respetada. El tío del niño, el Abate Marcel Sumien, vicario de la parroquia de San Maximino, le prepara para su Primera Comunión.

André pasa una juventud bastante disipada. Raramente asistía a la iglesia, prefiriendo vivir con sus amigos holgazaneando en la plaza de la ciudad o dándose a cualquier placer en las casas de juego. A los dieciséis años trabaja con su padre, que tenía una curtiduría. El P. de Mazenod y otros cinco misioneros de Provenza van a Barjols para predicar una misión entre 8 de noviembre al 20 de diciembre de 1818. Visitan el taller del Sr. Sumien. Invitado por los sacerdotes y empujado por su madre, André asiste a los oficios de la misión. Cautivado por la gracia de la misión, va al confesionario y decide seguir a los misioneros hasta Aix, donde en adelante comienza el estudio del Latín.

Fue admitido como miembro a prueba en la Asociación de la Juventud el 26 de junio de 1819 y comienza su noviciado el 2 de abril de 1820 bajo la dirección del P. Tempier en Notre Dame du Laus, donde hará su profesión el 30 de mayo de 1822. Sigue entonces a los oblatos a Aix, para estudiar la Teología. El 18 de marzo de 1823 el P. de Mazenod le muestra su agradecimiento desde París en una carta escrita en nombre de los Oblatos y le manifiesta su alegría al verle caminar “en los caminos del Señor, lleno de ardor por el bien, abrasado de santo celo por la salvación de las almas, dedicado a la Iglesia”. Es ordenado sacerdote en Marsella por Mons. Fortuné de Mazenod el 24 de septiembre de 1825.

Se le encarga en calidad de capellán la atención a los enfermos en el hospital de la ciudad de Aix así como la responsabilidad de la dirección espiritual de un orfanato. Toma parte en el Capítulo General celebrado en Marsella del 10 al 13 de julio de 1826 y pasa unos meses en Notre Dame du Laus sustituyendo a los PP. Jean-Baptiste Honorat y Jean Joseph Touche, que se encontraban predicando misiones, regresando luego a Aix. En septiembre de 1827 “arranca” del Fundador un permiso para ir a visitar su familia, prolongando su estancia más allá del tiempo permitido. Por tanto el P. de Mazenod le escribe una carta bastante severa informándole de que veía en ello “una prueba de su negligencia, su falta de celo y de caridad”. El P. Sumien predicó con los sacerdotes de Nimes a comienzos de 1828 y más tarde fue nombrado segundo consejero de Notre Dame du Laus en julio de 1829.

Durante la Revolución de Julio, bastante violenta contra la Iglesia, el P. Sumien se asustó y se retiró a su diócesis de origen, donde Mons. Michel, obispo de Fréjus, le nombró párroco de Monfort, y más tarde de Varages, no lejos de Barjols. En una carta del 24 de febrero de 1831, el P. de Mazenod le dispensa de sus votos, diciendo que “la fuga es el equivalente entre nosotros a lo que para otros es la apostasía”. Su opinión era que su conducta “no es, después de todo, sino la culminación de una conducta permanente en el mal y digna de castigo por el contínuo descuido de sus obligaciones”. Él había hecho todo lo posible para salvarle, enviándole con frecuencia de una casa a otra con la esperanza de encontrar un superior y un trabajo con los que pudiera volver en sí. Concluía con una palabra de todo corazón: “Total y amargamente apenado de su prevaricación y del extremo en que se encuentra, siempre mantendré un auténtico afecto por Ud. a quien durante tantos años le he considerado mi hijo”.

Regreso de Sumien en 1849.
¿Sacudieron estas últimas palabras la conciencia del fugitivo?. Mantuvo cierto contacto con los oblatos. En 1845 les pide una misión en su parroquia de Varages. En enero de 1849, a los 46 años de edad, pide a Mons. de Mazenod poder volver a la Congregación. Comienza su segundo noviciado en Notre Dame de l’Osier el 3 de marzo, haciendo su oblación en Marsella el 5 de marzo de 1850. Trabaja más tarde en Aix. El superior se debió de quejar de él porque el 30 de junio de 1852 Mons. de Mazenod escribió al P. Courtès: “Te exhorto a no escatimar los avisos y correcciones que se merece por esta causticidad que se permite, cuanto más por que está fuera de todo lugar, puesto que es una persona necesitada de la benevolencia de todo el mundo, no sólo por la mediocridad de sus talentos, sino por otros tantos motivos que no se olvidan en la diócesis de Fréjus”.

En 1854 es enviado a sustituir al párroco de Saint-Cassien. Esto fue durante una epidemia de cólera. El P. Sumien sólo permaneció allí una semana. Abandonó su puesto tan pronto como sintió una leve indisposición. El Fundador escribió: “¡Qué vergüenza!. Un sacerdote, un misionero, un religioso tiene miedo”. Durante el Capítulo de 1856 el P. Sumien estaba en la residencia del Calvario en Marsella, donde permaneció algunos años. En marzo de 1859, Mons. de Mazenod pidió al P. Tempier que enviara un párroco a la parroquia de Olives. Añadió: “¿No podríamos temporalmente utilizar un hombre como el P. Sumien con el que no sabemos qué hacer?”

Desde 1860-61 hasta 1880 el P. Sumien permaneció en la casa oblata de los capellanes de Notre Dame de la Garde. Según cierta información que sobre esta casa apareció en Missions OMI, el P. Sumien participó en misiones y retiros y se ocupó de la predicación en el santuario. Se encontraba fuera de la casa cuando los padres fueron expulsados de ella durante las expulsiones de 1880.

El P. Sumien fue entonces a vivir con el Sr. Émile Sumien, su sobrino y editor de la Gazette du Midi. Estando allí tuvo sufrió una caída en la calle, muriendo a consecuencia de las heridas sufridas el 28 de octubre de 1883.

Yvon Beaudoin, o.m.i.