VIETNAM

Publicado originariamente en www.ucanews.com

Sacerdotes de los Misioneros Oblatos y varios voluntarios ofrecen cada semana desayunos a los pacientes de un hospital general estatal en el distrito Moung La de la provincia Son La, en la desfavorecida región norte de Vietnam.

“El programa busca ofrecer comidas nutritivas a pacientes con pocos recursos, especialmente habitantes de las etnias Dao, Hmong, Muong y Thai que carecen de comida a lo largo del año, para que puedan recuperarse pronto,” dice el p. Joseph BUI CONG DUNG, Misionero Oblato de María Inmaculada (OMI).

Explicó que sacerdotes de las parroquias y voluntarios del lugar han estado preparando y sirviendo chao, un plato tradicional de desayuno a base de arroz cocinado con carne, pescado y verduras, para 200-400 pacientes desde el pasado mes de septiembre.

“No tenemos mucha comida pero es una fuente de apoyo emocional para los pacientes a los que servimos,” añadió el sacerdote, de 47 años.

Los voluntarios son de un Grupo de Caridad OMI fundado por los Oblatos y el coste del programa ha sido cubierto por benefactores.

El programa de comida para pacientes fue inaugurado en 2019 y el Padre Dung dijo que ha ofrecido desayunos a ocho hospitales estatales en cinco provincias distintas: Dien Bien, Lai Chau, lao Cai, Phu Tho y Son La.

Queremos llegar también a chao y a otros hospitales en el futuro para que haya más pacientes que puedan alimentarse,” dijo el sacerdote.

Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, el padre Joseph Bui Cong Dung (a la derecha) y los benefactores ofrecen alimentos a los huérfanos de las etnias del norte de Vietnam. 

El Padre Dung, que ofrece atención pastoral en la parroquia Ben Den de la provincia Lao Cai, dijo que los oblatos del lugar también financian parte de las facturas médicas de algunos pacientes muy enfermos y además construyen casas para pacientes que sufren desórdenes mentales y físicos, para huérfanos y para personas mayores sin familiares. Reciben una asignación mensual de 300.000 dong (unos 13 USD) cada uno.

Joseph Pham Van Duong, un miembro del grupo que reside en el centro parroquial Tan Uyen, de la provincia de Lai Chau, explicaba cómo había ofrecido sopa de fideos instantánea y huevos al hospital para dar de comer a pacientes confinados en el hospital por la Covid-19.

Dijo también que la mayoría de los pacientes son aldeanos Hmong y Thai que trabajan en las colinas y carecen de comida durante todo el año. Apenas tienen acceso a la educación y a cuidados sanitarios. A los niños les falta ropa de abrigo en los días de frío y comen arroz con agua de los arroyos.

Este hombre, que trabaja en la construcción para vivir, dijo también que hay siete comunidades católicas en el distrito pero que todas carecen de capilla. Los católicos del lugar se reúnen en su casa para participar en la misa que presiden los sacerdotes de la parroquia Lai Chau.

Los sacerdotes necesitan permisos gubernamentales para poder visitar los cinco poblados Hmong.

El Padre Dung, ordenado en 2018, dijo que los Oblatos locales también han empezado un programa de alimentos Tet para cientos de familias que se quedaron sin empleos tras contagiarse. A las familias se les da huevos, sopa instantánea de fideos, arroz, leche, salsa de pescado, sal y confitería para que puedan sobrevivir.

“Hacemos cuanto podemos para ofrecer comida al mayor número de personas, para que tengan algo que celebrar en el festival Tet y puedan esperar una vida mejor en el nuevo año,” dijo.

María Nguyen Thi Huyen, una benefactora de la parroquia Thai Ha en Hanoi, invitaba a más personas a hacer generosas donaciones para “llevar la alegría y el calor del Tet a nuestros queridos hermanos y hermanas que necesitan urgentemente alimentos para superar estos tiempos difíciles.”

Huyen, que ha trabajado con los oblatos locales durante años, dijo que el grupo de caridad es como un puente entre los benefactores y la gente desfavorecida. Desde que entró en el grupo no ha dejado de aprender las costumbres, culturas y dificultades que afrontan los grupos étnicos.