CASA GENERAL

P. Bonga Majola, OMI

“Nuestra Congregación está verdaderamente inspirada por Dios y no solo contiene las semillas de la gracia, sino que se ha convertido en un gran árbol que hasta el día de hoy da frutos abundantes”

P. Louis Lougen OMI


El 15 de agosto de 2022, la comunidad de la Casa general junto con algunos visitantes, se reunió en torno a la estatua de la Virgen Oblata en la Capilla de la Casa general para celebrar la Solemnidad de la Asunción y conmemorar el 200º aniversario de la especial experiencia de san Eugenio de Mazenod cuando oraba ante la estatua de la Virgen Oblata en la Capilla de la iglesia de la Misión en Aix-en-Provence.

Durante la solemne celebración de la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, el Superior General, p. Louis LOUGEN, en su homilía, recordó a los oblatos que la fiesta de la Asunción “es una fiesta misionera en la que se celebra el plan de salvación de Dios. Anunciamos este Evangelio”.

El p. Louis destacó el hecho de que “la Asunción nos envía en misión para proclamar estas gozosas noticias al mundo”

Prosiguió recordando a toda la familia oblata que,

“la Asunción de María nos inspira con la gran esperanza de que las promesas del Señor ya se han cumplido y prevalecerán. Cooperamos en la Misión de Dios trabajando para que los signos de esta justicia se hagan visibles en nuestro mundo”

Durante la misa leímos la carta que san Eugenio escribió al padre Tempier hace exactamente 200 años, en esa misma tarde de su experiencia particularmente especial de la intercesión de María. Comentando la experiencia de san Eugenio, el padre Louis llamó la atención de que “Eugenio tenía dificultades para comunicar lo inexpresable. A través de la presencia de la Asunta, Eugenio se convenció de que su Sociedad estaba verdaderamente inspirada por Dios y que contenía en ella semillas de gracia”.

En momentos de duda y angustia sobre el futuro de su familia religiosa, “esta experiencia le dio una certeza interior de que su grupo misionero era una iniciativa que valía la pena y que podría realizar un bien incalculable para la Iglesia”.

El Superior general destacó el hecho de que el fundador de un grupo misionero con seis años, a sus 40 años de edad, “estaba colmado de agobio por su grupo misionero debido a muchos retos. Su bendita experiencia del 15 de agosto, no resolvió todos sus problemas ni eliminó las preocupaciones y luchas, pero en ese momento, la excepcional presencia de María, le dio la fuerza que necesitaba para seguir adelante y asegurar el futuro de su Sociedad de misioneros”.

En un tono muy convincente e inspirado, el Superior general compartió su convicción personal diciendo, “estoy de acuerdo con el Fundador… nuestra Congregación está verdaderamente inspirada por Dios y contiene en ella no solo las semillas de la gracia, sino que se ha convertido en un gran árbol que hasta el día de hoy da frutos abundantes. Nuestra Congregación de verdad vale la pena y ha realizado incalculable bien para la Iglesia y continúa haciéndolo. Nuestra misión es sublime y nuestra Regla de vida nos ha ayudado como una guía de salvación y santidad”.

De manera especial el padre Louis animó a los oblatos recordándoles que,

“tenemos la responsabilidad de podar este gran árbol con sabiduría y discernimiento para que continúe evangelizando con vitalidad”.

Reflexionando sobre el próximo Capítulo, el p. Louis reiteró que el 37º Capítulo general “nos invita a convertirnos en peregrinos, comprometiéndonos a caminar hacia la conversión con fidelidad creativa a nuestro carisma”.

Concluyendo su sencilla y profunda homilía, el p. Louis dijo “Que la sonrisa de María sobre nosotros nos impulse a creer y trabajar en la sublime misión de nuestra Congregación para que continue siendo una fuerza vital en la Iglesia para la Misión de Dios”.


Desde los ojos de una amiga de los OMI que participó en la ceremonia

Muy pocas palabras pueden describir la asombrosa presencia y la santa experiencia de las celebraciones del 15 de agosto en la Casa general OMI. La capilla se trasformó desde las primeras palabras cantadas para acoger a nuestra hermosa Señora, María. Como un auténtico caballero cortejando a una dama, los presbíteros OMI se acercaron ante Nuestra Señora. Su atención, amor y respeto por María no tiene parangón.

Las canciones, lecturas, homilía y la decoración floral, reflejaban su veneración a María de manera sencilla, gentil y elegante. Los oblatos crecían en su amos y devoción a María, como lo hizo su Fundador hace 200 años. Y no olvidemos el abundante y festivo almuerzo inmediatamente después, sencillo pero generoso… como María.

Estamos agradecidos por haber compartido esta celebración y os damos las gracias por permitirnos ver a María a través de vuestros ojos.

Señora Cindy Arrons.
(La familia Arrons, Arnold, Cindy y Lilia, son amigos de los oblatos de África del Sur y están en Italia de vacaciones).