Paweł KUBIAK, OMI

La comunidad Oblata de Ashgabat espera con impaciencia la visita del Superior General de los Oblatos, el P. Luis Ignacio ROIS ALONSO, OMI. Estara en Turkmenistan del 22 al 28 de deciembre 2023.

Los oblatos llegaron a Turkmenistán hace casi 26 años. Los primeros oblatos fueron el P. Andrzej Madej, que todavía hoy es el superior de la Misión Sui Iuris, y el P. Radoslaw Zmitrowicz, que ahora es obispo auxiliar y trabaja en Ucrania. Varios colaboradores del P. Andrzej han predicado aquí la Palabra de Dios con gran entusiasmo y cada uno de ellos ha dejado su huella en el corazón de los feligreses. Turkmenistán es un país musulmán de clima cálido, con el famoso desierto de Kara-Kum y un pueblo abierto.

Actualmente, la comunidad oblata cuenta con dos miembros: el P. Andrzej Madej y el P. Paweł Kubiak. Trabajamos aquí como misioneros y también como representantes oficiales de la Santa Sede Vaticana. Sólo hay dos sacerdotes católicos en todo el país: nosotros. Y una sola es la parroquia católica en todo el país. El P. Paweł llegó a Ashgabat en agosto de este año. Actualmente es superior de la comunidad oblata y tesorero (ecónomo de la casa y de la Misión). Anteriormente trabajó 11 años en Ucrania, luego siete años en el Cáucaso Norte y los últimos cuatro años en Crimea.  Las primeras impresiones al llegar fueron increíbles… por el calor que caía del cielo, pero también por la gran amabilidad de nuestros feligreses.

Nuestra comunidad espera con impaciencia la llegada del Padre General, especialmente en estas hermosas fechas navideñas. Es mi intención dedicar tiempo a la liturgia, a las oraciones en común, a las conversaciones y, en la medida en que el tiempo lo permita, a mostrar la belleza de la zona de Ashgabat, es decir, a dar paseos comunitarios. Lo esperamos con gran alegría.

Anunciando esta visita, el P. Chicho escribió en su Blog personal, Cor Unum

« Quiero celebrar el día de Navidad en la Unidad más pequeña de nuestra Congregación: Turkmenistán. Estaré con ellos si Dios quiere del 22 al 28 de diciembre. En esta Misión, dos oblatos reabren el camino de la Iglesia en estas tierras a la vez que la representan en su servicio diplomático. Una Iglesia pequeña, una misión bella que nos recuerda que Jesús ha elegido nacer en la fragilidad, la pobreza y el cuidado de los más pequeños, dejándose cuidar por ellos. Acompañando a nuestros dos misioneros sé que nuestra familia carismática se unirá una vez más en esta nueva peregrinación para descubrir los desafíos misioneros de nuestros días. También tengo la esperanza de que algún misionero se anime a reforzar esta comunidad oblata. Vengamos todos al Belén de Turkmenistán para dejarnos sorprender por Dios que se nos hace peregrino cuando peregrinamos sembrando esperanza y comunión en el mundo.»