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El 6 de enero de 2024, el Superior General, Padre Chicho, presidió la celebración eucarística en la Casa General y ofreció una profunda homilía que ahondaba en el misterio de la salvación de Dios manifestada en Jesucristo para toda la humanidad.

Revivir la vocación misionera, centrándola en Jesús

En su homilía, el Padre Chicho resaltó la dimensión misionera intrínseca encarnada en nuestro carisma, haciendo eco del mensaje del Papa Francisco que llama apasionadamente a un compromiso dedicado a proclamar el Evangelio. Profundizando el significado de la «Epifanía», iluminó a los misioneros como encarnaciones vivientes de la gracia redentora de Cristo. Además, instó a revivir la vocación misionera, centrándola en Jesús, siguiendo la insistencia del Papa en el amor y la fidelidad.

El discernimiento, el peregrinaje y la adoración

Inspirado en el Evangelio, Padre Chicho subrayó los elementos indispensables del discernimiento, el peregrinaje y la adoración para la renovación de la misión de la familia carismática. Estableció un paralelismo entre el discernimiento actual y el viaje de los Reyes Magos, abogando por un discernimiento comunitario alineado con las necesidades en evolución de la Iglesia.

La adoración diaria, una práctica esencial para la renovación de la vida misionera

Padre Chicho presentó el llamado al peregrinaje como una exploración valiente más allá de las zonas de confort, guiada por la gracia del Espíritu. Finalmente, subrayó la adoración como un encuentro transformador con Jesús, similar a las ofrendas de los Reyes Magos, proponiendo la adoración diaria como una práctica esencial para la renovación de la vida misionera.

Unidad sinodal

El Superior General terminó su homilía con una invitación a seguir la estrella guía hacia Belén, involucrándose en el discernimiento comunitario, aventurándose hacia lo desconocido con unidad sinodal y adorando a Jesús como fuente de una salvación liberadora.