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«Enfocar, Escuchar, Reflexionar…»

La celebración eucarística marcando el cierre de la Sesión Plenaria fue presidida por el Padre Chicho, el Superior General. El Hermano Noel, secretario general, dio una conmovedora reflexión inspirada en el Evangelio que narra la sanación de un hombre sordo y tartamudo. El Hno. Noel se centró en «tres llamados: Enfocar, Escuchar, y Reflexionar».

Durante la misa, se invitó a los miembros del Gobierno Central a compartir símbolos que representaran sus intenciones de oración y roles en el ministerio. Ofrezcamos nuestras oraciones por el Gobierno Central mientras emprenden su camino hacia delante. Muchos de ellos viajarán a la región de África y Madagascar en las próximas semanas, preparándose para la Sesión Conjunta en Senegal en marzo.

Aquí está la Reflexión del Hermano Noel:

Quisiera compartir mi reflexión sobre el Evangelio de hoy, el relato de un hombre sordo y tartamudo. En él, hallamos tres llamados: Enfocar, Escuchar y Reflexionar.

ENFOCAR: Jesús se llevó al hombre en privado, lejos de la multitud. El hombre era sordo y tartamudo. No era ciego. Su vista era intacta. Jesús llevó al hombre para que sus ojos pudieran enfocarse en él, en su rostro. Para estar con él y únicamente con él. Jesús a través de su acción probablemente le estaba diciéndole «enfoca tu vista en mí». Yo estoy contigo en el momento en que te cure. Yo seré tu ancla en el momento en que escuches muchos sonidos. Estarás confundido, estarás agitado con los sonidos que oigas. Yo estoy contigo en medio de la confusión, solo enfócate en mí.

ESCUCHAR: Después Jesús metió los dedos en la oreja del hombre y le tocó la lengua con saliva. Jesús puso los dedos en la oreja antes de tocar la lengua. Que pasaría si Jesús tocara primero la lengua y luego sus oídos, ¿haría eso alguna diferencia en el hombre? Aunque tanto oír como hablar son importantes para la vida de persona, parece que Jesús destacó el valor de escuchar primero antes de hablar. Cuando Jesús miró hacia arriba y dijo «¡Ephatha!» ESCUCHA! Y por primera vez en su vida escucho una voz, y era LA VOZ DE JESÚS. Escucha mi voz. Quiero que escuches mi voz primero.

REFLEXIONAR: Jesús les ordenó que no contaran a nadie acerca de este milagro. Reflexioné sobre esto, algunos comentarios decían que era para proteger a Jesús. Pero al reflexionar sobre esta acción, probablemente también esté dando tiempo para asociar el rostro de Jesús con su voz y distinguir esto entre las voces, entre los ruidos que oiría por primera vez al unirse a la multitud. Esto permite que haya una experiencia en el hombre curado y en la muchedumbre. Deja que arraigue en ti.

Al terminar nuestra primera sesión plenaria del 2024, nos preparamos para ser peregrinos entre nuestros hermanos de las diversas unidades en la región de África y Madagascar. Podemos encontrarnos con hombres y mujeres que, en sentido figurado, padecen sordos o tartamudos, o podemos ser nosotros mismos así. Simplemente, recordemos que tenemos que tener la mirada fijada en Jesús a través de los lentes de los mandatos del Capítulo General, los valores del misionero religioso Oblato… escuchar su voz entre las muchas que oiremos… reflexionar… y solo así podremos hablar con confianza, porque surge de la misma raíz de nuestra experiencia con Jesús.


Hermano Noel GARCIA, OMI
Secretario General.