Nacimiento en Veyrier, Suiza, Junio 23, 1826, hijo de Joseph Babel, trabajador postal y Françoise Jovet.
Toma de hábito en N.-S. de l’Osier, Mayo 4, 1847
Oblación en N.-S. de l’Osier, Mayo 8, 1848 (No.192)
Ordenación sacerdotal en Ottawa, Julio 27, 1851
Muerte en Pointe-Bleue, Canadá, Marzo 1°, 1912.

Al terminar la escuela en Fribourg y Mélan, Suiza, Luis Babel entró al noviciado de Notre-Dame de l’Osier en Francia, el 4 de mayo de 1847. Hizo sus votos finales el 8 de mayo de 1848, entrando a estudiar teología, primero en Marsella, y de 1849 a 1851 en Maryvale, cerca de Birmingham, Inglaterra. Fue enviado a Canadá en 1851 y fue ordenado sacerdote en Bytown (Ottawa) por el Obispo José Bruno Guigues, el 27 de julio de 1851.

A solicitud del Padre Babel, sus superiores le asignaron a la misión con los Montagnais. Su primera ubicación fue en Grande-Baie en la región Saguenay del Bajo Canadá. En 1853 fue enviado a Les Escoumins, donde conoció al Padre Carlos Arnaud, quien sería su compañero evangelizador por casi 60 años. La fuerte salud, celo y facilidad con los idiomas de Babel, le hacían ideal para el arduo trabajo que le esperaba en estas regiones. Los dos misioneros cubrían más de 2,400 kms cada año a pie o por canoa para llegar a sus feligreses, que incluían tanto blancos como indios, dispersos a lo largo de la punta norte de San Lorenzo, de la desembocadura del Saguenay a Tête-à-la-Baleine. En la opinión del Abad Rogerio Boily, quien lo reemplazó en 1862, los Padres Babel y Arnaud habían realizado un trabajo notable. Comentó: “Al llegar a Les Escoumins, encontré que la población tenía buena disposición para seguir practicando las lecciones que los reverendos Padres Oblatos les habían enseñado […] ¿De hecho cómo podría uno no sentirse apegado a tan valiosos misioneros? Sus virtudes, su piedad y en especial su celo, no podían dejar de atraer hasta a los corazones más rebeldes.”

Fue muy duro para el Padre Babel que en el verano de 1862 su superiores le enviaran de Les Escoumins a Notre-Dame-du-Désert (Maniwaki), en vez de a Betsiamites, el nuevo centro de misión con los Montagnais. El cambio se debió a sus habilidades administrativas. Aunque ya no habría de enfrentar los peligros del mar, tuvo que aprender un nuevo idioma nativo, Algonkin, y aprender nuevas tareas, incluyendo la de tesorero, constructor y granjero.

Sin embargo, el Padre Babel solo estuvo cuatro años con los Algonkin. En 1866 se reencontró con Arnaud en Betsiamites, donde permaneció hasta 1911. Además de trabajar con los Montagnais, tuvo un papel importante en la tarea misionera de los Oblatos. Por muchos años, el Obispo Carlos Francisco Baillargeon de Quebec y los Oblatos habían soñado llegar a los Naskapis al interior de Labrador, y de ser posible, a los Inuit. El Padre Arnaud ya lo había intentado algunas veces sin éxito. En 1866, el Padre Babel recibió la tarea de establecer una misión con los Naskapis en Baie-des-Esquimaux (Ensenada Hamilton), a casi 2000 km de Quebec. Este brazo de mar se adentra por casi 80 km en tierra firme y la Compañía Hudson Bay tenía una estación en Rigolet. El Padre Babel salió de Quebec el 30 de abril de 1866 para Mingan, donde habría de abordar el barco de la compañía. Sin embargo, el barco no llegó y para el 18 de Julio se lanzó con dos hombres en una ruta por tierra. Encontraron muchos obstáculos. “Sólo hay montañas, pantanos y lagos uno tras otro,” escribió, y los viajeros eran atacados constantemente por enjambres de mosquitos. Finalmente llegaron a la estación Winokapau, de la Compañía Hudson Bay, a más de 800 km de Mingan, donde planeaban reabastecerse de provisiones, pero la estación estaba vacía y los dos compañeros de Babel se rehusaron a continuar, dejándolo sin opción, teniendo que regresar a Mingan. Al llegar el 29 de agosto, reportó: “El viaje que acabo de terminar fue bajo las condiciones menos favorables; 1. Sólo contaba con un hombre competente, el otro era un joven enfermizo de 16 o 17 años […] ; 2. Ninguno de ellos conocía el camino y solo tenían un mapa indio mal hecho que seguir, perdiendo mucho tiempo en rodear varios lagos, para encontrar la entrada a los transportes; 3. Mi tienda y muchas de mis pertenencias eran muy pesadas, al igual que mi canoa […] 4. […] de 43 días de caminata, 27 fueron lluviosos […] 5. Las provisiones duraron para la mitad del viaje.”

El Padre Babel no se desanimó a pesar de las dificultades. Fortalecido por la experiencia, decidió ir a Baie-des-Esquimaux el siguiente año. El 9 de julio de 1867 saló de Mingan, esta vez a bordo del barco de la compañía Hudson Bay. Al llegar a Rigolet conoció a algunos Inuit, pero se enteró de que todos eran protestantes llenos de prejuicios contra los sacerdotes católicos romanos. Siguió tierra adentro hasta el norte del Río Oeste, a cerca de 145 km de Rigolet, donde después de dos semanas, bautizó a 15 adultos y 7 niños. Luego siguió al oeste, hasta el Lago Petitsikapau, donde vivían muchos Naskapi. Estuvo tres días en el lugar, bautizando a algunos niños y se dirigió de nuevo, con dos hombres, a Mingan. Cubrió más de 800 km en 33 días de terrible clima, con compañeros que estaban a punto de abandonarle en cualquier momento, largas jornadas (en ocasiones en más de medio metro de nieve) y provisiones insuficientes. Regresó el 19 de octubre.

En 1868 el Padre Babel salió a Baie-des-Esquimaux, para lo que sería la última vez. En sus dos siguientes viajes, en 1869 y 1870, no pudo llegar tan lejos. Cada año de ahí en adelante y hasta 1889, visitó las misiones a lo largo de la punta norte de San Lorenzo. Desde 1890, debido a su edad, no pudo realizar expediciones largas.

En forma indirecta, sus intentos de predicar el evangelio a los Naskapis e Inuit hicieron del P. Babel el primer explorador científico del noreste de Quebec. Era un cronista incansable, observador meticuloso y científico bien informado; fue el primero en reportar mineral de hierro en lo que sería el Nuevo Quebec. Sus bitácoras de viaje respecto a lagos, ríos, rápidos y estaciones, meticulosas observaciones acerca del suelo y el bosque, sus constantes reportes de condiciones climáticas y meteorológicas, tienen un valor científico particular. Por ejemplo, durante su viaje de 1868, utilizó un telescopio Rochon, para medir distancias y dar breves descripciones de los lugares que visitaba, proporcionando gran y detallada información sobre el tamaño de los lagos, dirección de las corrientes de los ríos, longitud de los transportes, y la dirección y velocidad de los vientos, teniendo el cuidado de añadir la hora en que había hecho las observaciones. En 1873, el Departamento de Tierras de la Corona de Quebec publicó un gran mapa con base en su información, siendo el primero en describir el interior de Labrador y sería una guía científica confiable y valiosa, tanto para los misioneros como los exploradores. Igualmente merece mención la contribución del P. Babel al conocimiento de los idiomas nativos. Fue autor de un diccionario Francés- Montagnais y escribió notas utilizadas al preparar la gramática Montagnais.

El P. Babel es recordado como un gran misionero por su total dedicación a la evangelización y bienestar de los aborígenes, como religioso modelo por su auto-sacrificio, valor, desprendimiento y prontitud al realizar las difíciles tareas que le encomendaban. Contrastando con el Padre Arnaud, quien era conocido por su bondad, el P. Babel era adusto, no comunicativo y de modales bruscos, que le creaban problemas en sus relaciones con los miembros de la iglesia, ganándole el sobrenombre de los Montagnais, Ka Kushkueltitak, “el que medita.”

El Padre Babel nunca volvió a Veyrier, su lugar de origen. Después de 60 años de servicio misionero, principalmente entre los Montagnais, pasó sus últimos días en Pointe-Bleue. En 1948, sus restos y los del Padre Arnaud, fueron llevados a Betsiamites. En 1979 se erigió un monumento en su memoria en Schefferville y se dió su nombre a un pueblo en la región de Saguenay y a una montaña en la región del Lago Plétipi.

Romualdo Boucher, o.m.i.