Nacimiento en Socourt (Vosgos), 16 de agosto, 1829
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, 14 de agosto, 1853
Oblación perpetua en Nancy, 28 de febrero, 1858 (n° 452)
Muerte en Dinant, 4 de marzo, 1908.

Nicolás Chounavel, hermano del padre Constante Chounavel, misionero en Ceilán, nació el 26 de agosto de 1829 en Socourt, diócesis de Saint-Dié, hijo de Cristina Pierron y de José Chounavel, tonelero. Comenzó su noviciado en Notre-Dame de l’Osier, el 14 de agosto de 1853. Sólo permaneció allí unos meses en 1853. En sus notas el padre Vandenberghe, maestro de novicios, escribe respecto a este hermano: “1853, agosto, N. Chounavel tiene intenciones muy rectas, un gran deseo de obrar el bien; muy dócil, buena salud, carácter alegre; septiembre, aprovecha mucho en la piedad, muy cumplidor, hace esfuerzos para corregirse de su impulsividad; octubre, su carácter se suaviza, menos impulsivo; noviembre, muy devoto, hace bien su trabajo”.

Según el registro del Personal 1862 – 1863, el hermano fue enviado a Aix durante su noviciado, a comienzos de 1854, luego a Notre-Dame de Cléry, en la diócesis de Orléans, donde pronuncia los primeros votos en 1854 y los de cinco años, en 1855. Vivió dos años en Nancy, donde hizo su oblación perpetua, ante Mons. de Mazenod, el 28 de febrero de 1858. Luego lo mandaron a París cuando la fundación de esa casa en 1859, donde permaneció como sacristán hasta las expulsiones de 1904.

Rara vez se habla de él en los escritos, salvo durante la guerra franco-alemana, en 1870 y con ocasión de la Comuna, en 1871. En 1870, se enrola a todos los hombres de más de cuarenta años. Al hermano lo destinan a una compañía de guardias sedentarios no armados. Está con los excavadores, maneja el pico y la pala y va, dos veces al día, a ejercicios. (Missions O.M.I., 1870, p. 462, 475 y 1872, p.546). Bajo la Comuna, en 1871 el hermano cuida la casa general, junto al padre Pedro Aubert. El padre Luis Soullier, que relata la historia de la casa general durante la guerra y la Comuna, en 1870 y 1871 (Missions O.M.I., 1872, p.533–671), escribe respecto a los hermanos Chounavel y Roussenq: “Debo dar testimonio ante la Congregación de la valiente conducta de estos buenos hermanos. Han sido la providencia de la casa general. Aun sintiéndose expuestos a los mayores peligros, ni siquiera se les ocurrió la idea de abandonar su puesto, en el que les retenía su intrépida fidelidad tanto como su honor religioso. No se puede merecer más por la Congregación” (p. 614).

Cuando las expulsiones de 1904, el hermano fue enviado a Dinant, Bélgica. El 28 de febrero se celebran las bodas de oro de su oblación. La noche de la fiesta cae enfermo a causa de una epidemia de gripe. Muere el 4 de marzo siguiente, a la edad de 78 años. El padre Adolfo Dru, superior, escribe al respecto: “Los servicios prestados, la observancia y la santidad de este buen religioso le habían ganado todos los corazones […] Recibió los sacramentos con fe muy viva, nunca abandonó su rosario, ni profirió una sola queja; tranquilamente, en completa calma entregó su alma al buen Dios. Durante 48 años este buen hermano había sido sacristán y sólo Dios sabe con cuánto esmero realizaba su trabajo, así pues, pasó su vida al pie del altar. Y al pie del altar lo alcanzó la muerte. Desde allí partió a buscar su recompensa.”

YVON BEAUDOIN, O.M.I.