Nacimiento en Génova (Italia), Mayo 28, 1824
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, Octubre 31, 1853
Oblación en N.-D. de l’Osier, Noviembre 1°, 1854 (No. 376)
Ordenación sacerdotal en Marsella, Mayo 24, 1855
Muerte en in Fort Chipewyan, Alberta, Canadá, Agosto 6, 1873+

 

Mario Germán Emilio Eynard, sacerdote Oblato de María Inmaculada, misionero, nació el 28 de mayo de 1824 en Génova, Italia. Sus padres fueron Jacobo Eynard y María Ana Ágata Lévêque, que eran originarios de Embrun (Hautes-Alpes), Francia. Murió el 6 de agosto de 1873, en Fort Chipewyan, Alberta.

Mario Germán Emilio Eynard realizó sus estudios básicos en Embrun, terminándolos en el colegio de la Universidad, donde obtuvo el bachillerato en artes y matemáticas. Después de estudiar en la École polytechnique, trabajó en el departamento de caminos.

En 1847 se encontraba en Longuyon (Moselle) como inspector de ríos y bosques. Poco después dejó el trabajo e ingresó al seminario de Metz; posteriormente fue admitido en el noviciado de los Oblatos en Notre-Dame de l’Osier (Isère), haciendo su profesión el 1° de noviembre de 1854. Terminó sus estudios en el colegio teológico de Montolivet, cerca de  Marsella y recibió las santas órdenes del Obispo Carlos José Eugenio de Mazenod el 24 de marzo de 1855.

El siguiente año, el P. Eynard vivía en el presbiterio de Notre-Dame de Cléry (Loiret), donde debido a su salud delicada y timidez, raramente oficiaba como sacerdote, pero era tutor de los hijos del marqués Poterat. De ahí fue a Dublín por algunos meses para estudiar inglés, antes de salir a las misiones al noroeste de Canadá.

Llegó a Saint-Boniface (Manitoba) en 1857, y durante el invierno de 1857–58 fue asistente en Saint-Norbert; más adelante fue a las misiones del distrito Athabasca-Mackenzie, junto con el Archidiácono Santiago Hunter, de la Iglesia de Inglaterra. Fue a la importante pero pobre misión de St. Joseph, en Fort Resolution, en la ribera del lago Great Slave. El misionero sufrió hambre y soledad y los empleados de la misión le causaron innumerables dificultades. Además de cuidar a sus feligreses, Eynard estudió el idioma de los Montagnais y enseñó francés y catecismo a los niños de la estación  de la compañía Hudson Bay. A pesar de su frágil salud y mala visión, visitaba las estaciones en Fort Rae y Fort Providence. Sus numerosos y arduos viajes, llevaron a su Obispo, Enrique Faraud, a resaltar que  “pasaba la mayor parte de los inviernos con zapatos para nieve y durmiendo sobre ella.”

A partir de 1863 y hasta su deceso en 1873, trabajó en la misión de LaNativité (Fort Chipewyan), en la ribera de Lake Athabasca, y en la capilla de Notre-Dame des Sept Douleurs (Fond-du-Lac). Desde ahí salía hacia diferentes partes de la región  y cada año se encontraba en diferentes fuertes: Providence, Resolution, así como en Salt River. Cuando vivía en Fort Chipewyan, fue uno de los dos sacerdotes asistentes en la modesta ceremonia de la consagración del Obispo Isidoro Clut, el 15 de agosto de 1867.

Al ser tímido y no gustar mucho de hablar, el P. Eynard siempre tuvo dificultad para aprender a hablar el idioma de los Montagnais, que calificaba como “inmanejable”; sin embargo, siguió estudiándolo hasta el final de su vida.  Los indios con quienes trabajaba lo consideraban un “buen hombre”, y uno de ellos dijo: “Con el Padre Eynard hablamos menos, pero rezamos con más fervor.” Su influencia espiritual no tenía rival, pues debido a su ensimismamiento no era considerado adecuado para la dirección de una misión. Sin embargo, sus superiores y colegas buscaban su compañía y le tenían en alta estima. Era una persona juiciosa y sagaz y fue miembro del consejo del vicariato del distrito de   Mackenzie. Más aun, su espíritu conciliador le permitió fungir como agente de paz entre las misiones católicas y los oficiales del HBC. Mantuvo una gran amistad con Lorenzo Clarke, personaje acaudalado de Fort Rae, y con Rodrigo MacFarlane, de Fort Chipewyan. De acuerdo con las costumbres de entonces, el P. Eynard deploró la llegada de ministros protestantes al distrito y se alistó a realizar cualquier sacrificio para defender a su feligresía.

El Padre Eynard falleció mientras se bañaba en Lake Athabasca. Su cuerpo fue recuperado gracias a su amigo MacFarlane. De acuerdo a su deseo expresado antes de su deceso, fue sepultado en el antiguo cementerio indio en la misión de LaNativité. Se dice que tanto católicos como protestantes le echaron mucho de menos.

Gastón Carrière, o.m.i.