1. Profesor en el seminario mayor de Ajaccio (1847-1848)
  2. Misionero en Limoges (1848-1851)
  3. Profesor y predicador en Marsella (1851-1853)
  4. Secularización temporal (1853) y dispensa de los votos (1861)

Nació en San Simeón de Bressieux (Isère) el 11 de junio de 1824
Tomó el hábito en N.-D. de l’Osier el 14 de agosto de 1842
Profesó en N.-D. de l’Osier el 15 de agosto de 1843 (nº 108)
Fue ordenado sacerdote en Marsella el 3 de octubre de 1847
Fue dispensado de los votos a fines de noviembre de 1861.

Carlos Fernando Gondrand nació en San Simeón de Bressieux, diócesis de Grenoble, el 11 de junio de 1824, de una familia bastante pobre. A este respecto, Mons. de Mazenod escribió al padre Vincens el 22 de octubre de 1853: “No he olvidado que [su familia] estaba muy abajo cuando lo recibimos de niño para alimentarlo, vestirlo, cuidarlo e instruirlo durante años y años”. En 1840-1842 fue, en efecto, junior en Notre-Dame de Lumières. Empezó su noviciado el 14 de agosto de 1842 en Notre-Dame de l’Osier, donde hizo la oblación el 15 de agosto de 1843. Luego fue escolástico en el seminario mayor de Marsella hasta su ordenación, el 3 de octubre de 1847.

Muy pronto sus educadores reconocen sus talentos, pero lo encuentran poco regular. Mons. de Mazenod en su Diario el 28 de agosto de 1844 muestra su sorpresa al verlo llegar a Marsella, sin motivo, cuando estaba de vacaciones en Notre-Dame de Lumières. Añade: “Este hermano se extraña cada vez más cuando se le reprocha que no es tan ejemplar como debería serlo. Asegura que es irreprochable y no puede concebir que me escriban exponiendo que se podría estar más contento de él cuando no se le hace ver nada en los lugares donde está. Es verdad que el padre Bellon me hizo su elogio y le había encargado de hacer a sus condiscípulos la conferencia de filosofía”.

Profesor en el seminario mayor de Ajaccio (1847-1848)

Inmediatamente después de su ordenación, es enviado al seminario mayor de Ajaccio donde enseña la filosofía. El superior, padre Magnan, encuentra que el joven profesor tiene excelentes cualidades pero tiene demasiada confianza en sí. Al poco tiempo, es objeto, con el padre Palle, de “la censura poco indulgente de los padres Chauvet y Pont”. El padre Magnan deplora esa actitud de los dos profesores de más edad. Escribe al Fundador el 6 de marzo de 1848: “Nuestros dos jóvenes directores tienen ciertamente muchos defectos; su regularidad y su piedad dejan más que desear que las de sus opositores, pero me parece que rescatan muchos defectos con lo que hay de bueno y de franco en su manera de ser […] Consienten en tener un superior, pero no tres”. El padre Chauvet falta de moderación y ejerce presión sobre el superior, el cual al fin del año escolar pide al Fundador que haga volver a Marsella al padre Gondrand: “Tiene corazón y buenas intenciones, nota el padre Magnan, pero necesita envejecer un poco antes de ser colocado en un seminario”.

Misionero en Limoges (1848-1851)

En el consejo general , el 21 de agosto de 1848, se reemplaza en Ajaccio al padre Gondrand por el padre Juan Verdet y se le envía con el padre Carlos Baret a Limoges, donde es superior el padre Melchor Burfin. Este juzga a sus dos jóvenes colegas muy aptos para la predicación y desde 1850 permite al padre Gondrand predicar la cuaresma en la catedral de Limoges. El Fundador les escribe a veces para expresarles su afecto e invitarles a la regularidad y al estudio. El 16 de abril de 1850 se alegra de sus éxitos y los invita a la humildad: “Sois jóvenes, cuidad que no se introduzca en vuestro espíritu la vanagloria. Ya lo sabéis, perderíais todo el mérito de vuestros trabajos”.

Profesor y predicador en Marsella (1851-1853)

En el Capítulo general de 1850 se decide obligar a los padres jóvenes a dos años de “altos estudios” antes de que sean enviados al ministerio. Esta experiencia solo dura dos años, de 1851 a 1853, en el Calvario de Marsella. El padre Gondrand forma parte del equipo de profesores. Desde su llegada a Marsella, el Fundador le pide que predique en las vísperas, el 13 de julio, día de la consagración de Mons. Allard. “En presencia de cinco obispos y de un innumerable auditorio – escribe el Fundador al padre Tempier el 19 de julio – el padre Gondrand nos da un estupendo sermón sobre el episcopado que él compuso durante la semana con su prodigioso talento que llama la atención de todos”.

En 1852 es nombrado segundo asesor de la casa y profesor de elocuencia, a pesar de la oposición del padre Tempier que considera el género oratorio del padre Gondrand como opuesto al de los Oblatos. Su género, escribe al Fundador en agosto, consiste en “conceptos de una metafísica ininteligible que no hace más que halagar los oídos de algunos privilegiados, gestos, elocución y modos que son los de un comedianrte”. El padre Tempier añade que se deberá prohibir a los jóvenes seguir los ejemplos de irregularidad que les dé, “imitar sus modales, su rebuscamiento en todo, su afectación de independencia, sus aires de desparpajo, las libertades que sabe tomarse, el tono de libertad que se da para juzgar y pronunciarse sobre todo”. Sin embargo, Mons. de Mazenod está satisfecho de su comportamiento y de su enseñanza. El 21 de enero de 1853 escribe al padre Baret que el padre Gondrand “resulta aquí muy útil junto a nuestros padres jóvenes, y se dedica en este momento a un estudio profundo de santo Tomás”.

Secularización temporal (1853) y dispensa de los votos (1861)

Durante el verano de 1853 el padre Gondrand va a Notre-Dame de l’Osier y a su casa donde acaba de fallecer uno de sus hermanos, dejando en la indigencia a una familia numerosa. El padre pide entonces ser dispensado de los votos para ayudar a los suyos. Mons. de Mazenod responde el 28 de setiembre con una negativa. “Es preciso, escribe, que usted haya olvidado los deberes de su vocación para persuadirse de que unos lazos perpetuos asumidos por usted ante los santos altares y un juramento pronunciado en cierto modo en las manos del mismo Jesucristo, pueden disolverse por las razones que usted alega […] Desligarle, jamás; jamás, por la gracia de Dios, yo seré prevaricador hasta ese punto”. Termina, no obstante, su carta al padre, autorizándolo, si hace falta, a trabajar fuera de las comunidades oblatas a favor de su familia, a condición de vivir en espíritu de pobreza y de mantener relaciones con el Superior general.

Fue lo que hizo el padre Gondrand, que mantuvo siempre correspondencia con el Fundador y el padre Casimiro Aubert, secretario general. El 15 de mayo de 1859 en el consejo general se dice que el padre está dispuesto a volver a una casa oblata a condición de seguir manteniendo a ss parientes. En el acta del consejo leemos: “El consejo, considerando que de esa situación surgirían todavía inconvenientes inevitables, y tomando en cuenta el estado de salud del padre que no le permitiría seguir la Regla, opinó que se le prolongara la autorización para vivir en su posición excepcional”.

Tras la muerte de Mons. de Mazenod, el padre Gondrand escribe al padre Tempier el 26 de noviembre de 1861 para pedir la dispensa de los votos. Añade: “No me mire usted, venerado padre, como un rebelde que merece sus anatemas, sino como un afligido, digno todavía de todas sus solicitudes”. El padre Temper, entonces vicario general de la Congregación, escribe sobre esa misma carta: “Respondido, 30 de noviembre, concedida la dispensa”.

Después de 1853 el padre Gondrand fue vicario en Bourgoin (Isère), misionero apostólico por casi toda Francia y finalmente párroco de Saint-Chef (Isère) donde murió en 1890. Predicó mucho y publicó algunos de sus sermones, especialmente Las bienaventuranzas evangélicas (Marsella, 1861). Después de su muerte los padres Pedro Nicolas y Mario Devès publicaron 7 volúmenes de sus sermones (París, 1897-1901).

El padre Nicolas, amigo y admirador del padre Gondrand, dejó apuntes con vistas a una noticia sobre él. Se trata de un resumen de los sermones del padre. En esas notas del padre Nicolas leemos, entre otras cosas: “Gondrand, profesor: en eso sobre todo fue eminente y su ciencia parecía milagrosa”. El padre Nicolas copia también, en dos páginas, juicios de obispos y de oblatos sobre el padre Gondrand, predicador que ha “sondeado todas las profundidades evangélicas” (Mons. C.L. Gay, predicador y obispo auxiliar de Poitiers); “sus conferencias revelan al teólogo, al asceta, al pensador y al escritor” (Mons. Gaspar Mermillod, obispo de Lausana y Ginebra, después cardenal) . El padre Burfin consideraba los escritos del padre Gondrand como “obras de genio”, y el padre Carlos Baret decía asimismo: “No conozco en la historia un genio creador como Gondrand”, etc.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.