Nacimiento en: Montpellier (Hérault), Marzo 30, 1826
Toma de hábito en: N.-D. de l’Osier, Octubre 12, 1847.
Oblación en: N.-D. de l’Osier, Octubre 15, 1848.
Ordenación sacerdotal en: Marsella, Junio 29, 1851.
Muerte en: Fort Good Hope, Canadá, Junio 4, 1864.

 

Pedro Enrique Grollier nació en Montpellier, Francia, el  30 de marzo de 1826. Sus padres fueron Juan Jacobo Grollier, panadero y Rosa Giniès. Estudiaba filosofía en su ciudad natal cuando escuchó una conferencia que dio el Padre Leonardo Baveaux. Comenzó su Noviciado en  Notre-Dame de l’Osier el 12 de octubre de 1847 y tomó sus votos el 15 de octubre de 1848. El Consejo General le había aceptado para votos el 2 de octubre anterior, con el siguiente comentario: “es un candidato común, desde el punto de vista de talento y piedad y tiende a formar amistades particulares”. Realizó sus estudios de escolasticado en el seminario de Marsella. El Padre Juan Marchal, moderador de los escolásticos, escribió en su reporte: “He conocido al Hermano Grollier por cuatro años. Es siempre puntual y dedicado a sus tareas. Parece piadoso, con una fe profunda y muy  impresionable en todo lo que se refiere a su conducta. Su carácter es algo suave y amanerado. Prefiere permanecer oculto y no ser notado. Se apega a las pequeñas cosas y tiende por naturaleza a ser muy afectuoso. Sus conversaciones y conducta no muestran suficiente firmeza, discreción y madurez. Encuentra difíciles los estudios, así como responder en clase. Tiene una visión exagerada de las dificultades del ministerio. Le preocupa su resistencia a la tentación, hasta el punto de temer por su vocación. Es tímido. Sin embargo, es piadoso, puntual y sus superiores siempre han encontrado satisfactorio su éxito en clase.  Ellos están más satisfechos con él que él mismo. Le desanima la idea de la misión en Francia y pide ser enviado a las misiones en el extranjero, que viene más del temor de tener que preparar sus temas que del deseo de sacrificarse en un lugar ajeno.” A pesar de su evaluación más bien negativa, el Obispo de Mazenod lo ordenó sacerdote el 29 de junio de 1851. Animado como estaba por un ardiente celo que permaneció a través de su vida, confirmó ser diferente a lo que parecía en el escolasticado. De acuerdo al Obispo Vital Grandin, era atrevido y valiente, incluso en exceso.

El joven sacerdote trabajó por algún tiempo en el santuario de Notre-Dame de la Garde en Marsella (1851-1852) y más tarde fue enviado al oeste de Canadá. Después de su llegada a Red River (Saint-Boniface) en 1852, salió en julio para la misión de Fort Chipewyan, Alberta (1852-1856). En 1853 fundó la misión de Notre-Dame des Sept Douleurs en Fond-du-Lac, Athabaska con los amerindios Caribou, a quienes visitó (1853-1856, 1858). Llamado a Île-à-la-Crosse, Saskatchewan (1856-1858), dedicó su ministerio a los  Montagnais. Fue después director de la misión en Fort Resolution (1858-1860) y fue el primer sacerdote católico en visitar Fort Providence (1858, 1859). Fundó una misión en  Grande Île de l’Orignal (Fort Resolution) y en 1858 en Fort Rae con los indios Slave. En 1859 fundó una misión en Fort Rae para los amerindios Dogrib y otra para los Slave en Fort Norman. Visitó la misión en 1859 y 1860. Incluso se aventuró en el Círculo Ártico y fundó una misión en Fort Good Hope (1859-1864). En 1860 visitó Fort McPherson en el río Peel y conoció a la tribu Loucheux por primera vez. También visitó a los Tchiglit Inuits (1860-1861) y fue el primer sacerdote en encontrarse con los Inuits de los territorios del noroeste.

El Padre Grollier sufrió de asma en los últimos años de su vida. Falleció en la misión Good Hope el 4 de junio de 1864, acompañado por el Padre Juan Séguin. El Obispo Grandin escribió al Padre Fabre, el 4 de junio de 1864: “Muy Reverendo Padre, es el primer Oblato que fallece en este distante país. Como puede ver, murió como un digno Oblato de María, en la mayor pobreza, sin doctor ni medicina, incluso sin una gota de leche o alimento para aliviar su sufrimiento. Falleció mientras enseñaba a los nativos y cuando ya no pudo hablar, les enseñó por su paciencia y la santidad de su muerte. El celo era una virtud del Padre Grollier, que en su caso, opacó a todas las demás. Su celo era tan grande que en ocasiones era excesivo… Dios conoce bien a todos los que trabajan para Él; el Padre Grollier fue la persona que se necesitaba en las circunstancias en las que nos encontramos. Lejos de cualquier superior, utilizó abundantemente supuestos permisos y logró tareas que ningún superior podría haber permitido jamás o incluso aconsejado. Una vez logradas, solo merecían reconociimento y alabamos a Dios por ello…” En su Esquisse sur le Nord-Ouest de l’Amérique, el Obispo A. Taché se refiere a él como “el primer mártir del apostolado en el vicariato de Mackenzie” (Missions OMI, 8, 1869, pág. 277).

El Padre Grollier fue sepultado con los amerindios en Fort Resolution.

Yvon Beaudoin y Gastón Carrière, o.m.i.