Nacimiento en: Cush-House, Irlanda, Agosto 10, 1832
Toma de hábito en: Maryvale, Octubre 31, 1849
Oblación en: Maryvale, Noviembre 1°, 1850 (No. 295)
Ordenación sacerdotal en: Edinburgh, Julio 25, 1855
Muerte en: Roma, Italia el 30 de diciembre de 1869

 

Santiago Gubbins nació en Cush-House, Irlanda, diócesis de Limerick, el 10 de agosto de  1832. Realizó sus primeros estudios en casa con un tutor privado. Terminó sus estudios secundarios en una escuela protestante para estudios clásicos en Tipperary. Planeaba unirse a la diócesis de Limerick, pero una carta del Padre Kirby, novicio en Maryvale en ese entonces, lo atrajo a los Oblatos. Inició su Noviciado el 31 de octubre en Maryvale con el Padre Arnoux como director e hizo su oblación perpetua el 1° de noviembre de 1850. Cuando los problemas financieros llevaron al cierre de Maryvale, algunos escolásticos fueron enviados a América y otros a Francia, adonde fue Santiago. Estudió filosofía en  Notre-Dame de l’Osier bajo la dirección del Padre Aquiles Rey y los estudios teológicos fueron con los escolásticos en el seminario mayor de Marsella de 1851 a 1854. Siendo ya subdiácono, pero muy joven para avanzar en las órdenes, enseñó filosofía en Sicklinghall en 1854-1855. El codex de Sicklinghall reporta el 15 de octubre de 1854: “El Hno. Gubbins dio su primera instrucción a la congregación de Sicklinghall. Será buen predicador; no fue tímido, su instrucción fue clara, sencilla y concreta, su discurso fue animado.” Fue asignado a Galashiels y salió de Sicklinghall el 1° de febrero de 1855. El 8 de febrero fue ordenado diácono en Galashiels por el Obispo Gillis, quien le ordenó sacerdote el 25 de julio de 1855 en Edinburgh. El P. Gubbins recibió al Fundador en Liverpool en 1857, al llegar por tren de Birmingham.

El Padre Gubbins predicó misiones en Irlanda e Inglaterra por diez años, residiendo en  Galashiels, Liverpool, Leeds y Leith entre 1855 y 1860, después en Inchicore donde fue superior de 1866 a 1868. Estuvo encargado de la construcción de la escuela en Inchicore. La enfermedad lo llevó a renunciar como superior y lo aquejó toda su vida. Le encontramos en varios recesos en Sicklinghall. Estando enfermo a principios de 1859, el Padre Gubbins fue invitado a convalecer en Marsella. El Padre T. Ryan escribió: “El gran corazón de nuestro venerable Fundador abarcaba a todos sus hijos y nadie recibió más muestras de su afecto paternal que nuestro joven Oblato durante su estancia en Francia. Más adelante, cuando su salud era delicada, se le permitió volver a Marsella y el Obispo quiso que permaneciera con él en su casa de campo, donde lo colmó de afecto y muy tierno cuidado, yendo al punto de permanecer junto a su cama y ser su enfermero, con la ternura de una madre…”

El Padre Ryan escribe: “Solo quien haya participado en las misiones que dieron nuestros Padres entre 1860 y 1866” “puede tener una idea de la terrible carga de trabajo que tenían que soportar: Largas horas en el confesionario hasta bien entrada la noche, levantarse temprano, sin tener descanso en el día, con apenas tiempo para el divino oficio; las inmensas multitudes que abarrotaban las iglesias, y a menudo el incómodo alojamiento, inadecuado para los misioneros…” El Padre Gubbins sugirió algunas modificaciones a las normas de las misiones, que fueron aceptadas por el Provincial.

Cuando las fuerzas hostiles amenazaron a la Santa Sede, el Padre Gubbins se ofreció para la guardia papal. Solicitó permiso para hacerse voluntario como capellán, pero le fue negado, debido a su salud. Sin embargo, cayó enfermo en 1869 y fue invitado a hacer un viaje a Roma, con el Padre Fabre a fines de noviembre. Alegre y piadosamente visitó las iglesias y santuarios de la ciudad. El 29 de diciembre iba a celebrar Misa en la tumba de San Pedro, pero una hemorragia intestinal que le había aquejado antes, lo impidió. Al día siguiente, el 30 de diciembre, el Padre Fabre lo ungió. Falleció el mismo día. Al día siguiente se celebró el funeral en la parroquia cercana a la casa que ocupaban los Oblatos en ese entonces, en Via Monserrato 119, con la presencia de varios Obispos Oblatos que llegaron a Roma para el Consejo. En ocasión de un viaje a Roma en 1855, el Padre Marco de L’Hermite escribió el 5 de noviembre que iba a rezar “en el cementerio ante la tumba del Hermano Gandolfi y el Padre Gubbins, que fueron los primeros en descansar en el lugar, esperando la resurrección gloriosa.”

El Padre Timoteo Gubbins, su hermano, también fue Oblato.

Yvon Beaudoin y Miguel Hughes, o.m.i.