Nacimiento en: St-Georges d’Espéranche (Isère),  Diciembre 4, 1811
Toma de hábito en: Marsella, Noviembre 26, 1836
Oblación en: : N.-D. de Lumières, Noviembre 1, 1841 (No. 90)
Ordenación sacerdotal en: L’Acadie, Québec, Mayo 6, 1844.
Muerte en: Témiscamingue, Octubre 4, 1884.

Juan Nicolás Laverlochère nació en Saint-Georges d’Espéranche, diócesis de Grenoble, el 5 de diciembre de 1812. Fue el séptimo hijo de Jeoffroi Laverlochère y Ana Linage. Abandonó la escuela muy niño y aprendió el oficio de zapatero. Parece que conoció a los Oblatos por una misión predicada por el Padre Vincens y los sacerdotes de Notre-Dame de l’Osier en su pueblo. Decidió hacerse Hermano y comenzó su noviciado en Marsella el 26 de noviembre de 1836. Hizo votos a principios de 1838. Fue enviado como sacristán a la casa en Aix y consiguió permiso del Padre Courtès y el Obispo de Mazenod de estudiar latín, con vistas a hacerse sacerdote. Pasó algún tiempo en Saint-Barnabé, área de Marsella, con el Padre Juan José Audric, quien daba clases en su presbiterio a algunos jóvenes que deseaban ser sacerdotes. El 1° de marzo de 1844, el Obispo de Mazenod escribió al Padre  Honorat, informándole que el Hermano Laverlochère había realizado “estudios intensivos, pero insuficientes”.

El 31 de octubre de 1840 comenzó su noviciado de nuevo en Marsella, tomando votos en  Notre-Dame de Lumières el 1° de noviembre de 1841. Durante su noviciado estudió algo de filosofía en el seminario mayor en Marsella y posteriormente estudió teología con uno de los sacerdotes en Notre-Dame de Lumières y Notre-Dame de l’Osier. El Fundador lo ordenó diácono el 20 de agosto de 1843 e inmediatamente lo envió a Canadá con el Padre Adrián Telmon, quien regresaba a Canadá después del Capítulo General.

Misionero con los amerindios de Témiscamingue y Abitibi
Al llegar a Longueuil el 12 de octubre de 1843, el Hermano continuó sus estudios de teología y comenzó a aprender el idioma algonquino. A solicitud del Obispo José Signay de Quebec, el Padre Honorat deseaba enviar a alguien cuanto antes con los amerindios. El Padre Allard preparó al joven para la ordenación, realizada en la iglesia de Acadia el 15 de mayo de 1854, por el Obispo Rémi Gaulin de Kingston.

El 14 de mayo, el Padre Laverlochère acompañó al Abad H. Moreau en un viaje de tres meses por el río Ottawa. Con la ayuda de seis remeros, visitaron Fort William y Fort Témiscamingue, llegando a Lake Abitibi el 27 de julio y regresando a Ottawa el 24 de agosto. Se detuvieron por algunos días en cada lugar para predicar y oír confesiones con los amerindios. En el invierno de 1844-1845, el Padre Laverlochère vivió con los Sulpicianos en lago Two Mountains, continuando su aprendizaje de algonquino.

A partir de 1845 estuvo a cargo de la misión y realizó el mismo viaje que en 1844, esta vez con Andrés María Garin, en 1845. De nuevo en 1847, acompañado por el Padre Tomás Hércules Clément y en 1848, el Padre Carlos Arnaud, el Abad Perret en 1850, y el Padre Antonio Paillier en 1851. Entre 1848 y 1851 los misioneros visitaron James Bay, Moose Factory en 1847 y Fort Albany en 1848.

Los amerindios querían mucho al Padre Laverlochère, quien además tenía una buena  amistad con los burgueses de la Compañía Hudson Bay en los diferentes fuertes. También tenía buena relación con Sir George Simpson, director de la Compañía, quien vivía en  Lachine, cerca de Montréal. De 1847 a 1851, el Padre quiso establecer una misión católica  permanente en Fort Albany, pero el gobernador no dio autorización, porque como dijo, había escasez de medios y alimentos en esa lejana región.

Viaje a Francia (1850-1851)
En los meses de invierno de 1845 a 1849, el Padre Laverlochère ayudaba a los Padres en  Longueuil con la predicación y recaudó algunos fondos para las misiones en las diócesis de Quebec y Montreal. También era conocido en Francia a través de la publicación de algunas de sus cartas en los Anales de la Propagación de la Fe. El Obispo de Mazenod le llamó a Francia para predicar a nombre de la Sociedad de la Propagación de la Fe. En agosto de 1850 salió por barco a Moose Factory, haciendo escala en Inglaterra y comenzando su predicación en el sur de Francia. Su éxito superó todas las expectativas. Las iglesias se abarrotaban en todas partes: en Marsella, Aix, Nîmes, Avignon, Toulon, y después en Grenoble, Lyon, Nancy y París. En sus cartas correspondientes al otoño e invierno de 1850-1851, el Obispo de Mazenod menciona frecuentemente su asombro y alegría. Por ejemplo, al escribir al Obispo Guigues el 10 de enero de 1851, menciona: “No creería usted el éxito que el buen Padre Laverlochère ha tenido aquí en Aix y en Toulon. ¡Gracias a Dios! Habíamos oido a los obispos de las misiones que viajaban por Francia. Ninguno de ellos, excepto el Obispo Flaget, había tenido tal efecto. ¡Hay algo divino en la sencillez de este hombre de Dios! En palabras del deán de la facultad de teología en Aix, podríamos verlo en la personificación del divino apostolado cristiano”. Predicó en Le Havre a mediados de marzo de 1851 antes de abordar el barco de regreso a Canadá.

Enfermedad del Padre Laverlochère (1851-1884)
A principios de mayo de 1851, el Padre Laverlochère salió de visita a las misiones a lo largo del río Ottawa y hasta James Bay. Volvió en otoño en el Grand Portage, uno de los transportes más incómodos entre Moose Factory y Abitibi, envolviéndose y durmiendo en su cobertor sobre la superficie fría del barco. Durante la noche quedó paralizado y tuvo que ser llevado lenta y dolorosamente en los 950 km hasta Ottawa.

El Padre Andrés Garin, quien le sucedió a cargo de la misión en James Bay, habló de “la pérdida irreparable”. El Padre Laverlochère fue el primer misionero Oblato con los amerindios en Canadá. Contaba con las cualidades físicas y morales necesarias para el trabajo, como leemos en su obituario: “De estatura imponente, apariencia impresionante, y de temperamento agradable, mente vivaz, buen corazón, de energía poco común, emprendedor.”

Ingresó al hospital de las Monjas Grises en Ottawa el 15 de octubre de 1851. La Madre Bruyère dijo que su cara había perdido su forma y su costado estaba entumecido. Fue necesario que descansara quince meses. Se recuperó lo suficiente para poder celebrar Misa, escuchar confesiones e incluso predicar en las diferentes casas a las que fue asignado.

En 1851 su presencia fue solicitada de nuevo en Francia para predicar a nombre de la Propagación de la Fe. Volvió en la primavera de 1853 y hasta principios de 1856, pero más por razones médicas que para predicar. Dio algunas pláticas en el verano de 1854 y la primavera de 1855, pero el Obispo de Mazenod informó a la directiva de la Sociedad para la Propagación de la Fe, que la salud del Padre no le permitiría continuar.  “Es por ello que le he solicitado suspender por completo su predicación, que no habría logrado los resultados esperados” (Abril 15, 1855).

Volviendo a Canadá en enero de 1856, el Padre Laverlochère vivió en Maniwaki de 1856 a 1863. Estuvo en Sault-Saint-Louis (Kahnawake) por algunos meses en el verano de 1863, en Plattsburgh de 1863 a 1867 y en Témiscamingue de 1868 hasta su fallecimiento el 4 de octubre de 1884. Al final de su vida sufrió de reumatismo y escaras en todo el cuerpo. Aceptó su sufrimiento con resignación. Fue sepultado en el cementerio amerindio en Old Fort en Témiscamingue. El gobierno de la provincia de Ontario declaró el lugar como sitio histórico. Un río, una aldea y la región de la provincia de Quebec llevan su nombre, perpetuando su recuerdo.

Yvon Beaudoin y Gastón Carrière, o.m.i.