Nacimiento en Moita (Córcega) el 24 de febrero de 1816
Toma de hábito en Marsella el 26 de noviembre de 1836
Oblación en Marsella el 27 de noviembre de 1837
Muerte en Aix el 27 de diciembre de 1838.

Fernando Luís Camilo Morandini nació en Moita, diócesis de Ajaccio el 24 de febrero de 1816 de Antonio Francisco, barón de Morandini y de María Angela. Se distinguió en su infancia por su vivacidad y por un carácter violento. Se corrigió durante el curso 1835-1836 en el seminario mayor de Ajaccio dirigido por los Oblatos. Fue tonsurado el 24 de junio de 1836, y el 26 de noviembre siguiente entró en el noviciado oblato de Marsella bajo la dirección del Padre Casimiro Aubert. Hizo su oblación el 27 de noviembre de 1837 y luego fue al seminario de Marsella donde estaban también los escolásticos. Después de la fiesta de Pascua de 1838, demasiado fatigado para seguir los cursos, fue enviado a descansar en Aix. El mal no cedió y Mons. de Mazenod lo encaminó a Nuestra-Señora de Laus, con estas pocas palabras destinadas al superior, P. Vicente Mille: “Te envío uno de nuestros más perfectos oblatos. Es un ángel de virtud, a quien Dios ha dotado además de muchos talentos. Por desgracia su salud ha quedado alterada por una excesiva aplicación a las cosas sobrenaturales. Pensamos que el aire de Nuestra-Señora de Laus le sentará bien. Te lo confío como un depósito precioso. Cuídalo y dale todas las facilidades para recobrar la salud de la que hará tan buen uso”.

La enfermedad empeora con el viaje. Al pasar por Gap, el escolástico vomita sangre. El Fundador prescribe entonces oraciones en todas las casas de la Congregación. Aprovechando una mejoría, en septiembre se le hace volver a Aix. El mal progresa y el enfermo muere el 27 de diciembre de 1838. En 1837 y sobre todo en 1838 Mons. de Mazenod habla con frecuencia de este escolástico en su correspondencia y en su Diario. El 28 de diciembre escribe: “Carta del P. Courtès que me informa de la santa muerte de nuestro querido hermano Morandini, pasado a mejor vida ayer hacia las 4 de la tarde. Es una pérdida sensible para la Congregación que esperaba grandes servicios de este excelente sujeto que unía a espléndidas virtudes muchos talentos, el carácter más amable y un apellido que habría facilitado, por el respeto que inspira, el ejercicio del ministerio que probablemente habría desarrollado en Córcega, su país natal. Dios bondadoso ha juzgado de otro modo, que se cumpla su voluntad, pero que nos sea permitido, aun sometiéndonos a sus severos designios, lamentar la pérdida de un hijo tan santo y tan amable. Ya está reunido en el seno de Dios con los otros ocho que lo habían precedido en la gloria. Ellos conocen nuestras necesidades, yo los invoco para que nos obtengan del Dueño supremo la fuerza de suplir a todo el bien que ellos estaban llamados a realizar en la tierra, y todas las virtudes que ellos han practicado constantemente a fin de que podamos obtener también una muerte tan santa y una recompensa tan hermosa como la de ellos…”

Los restos de Luís Morandini descansan desde abril de 1845 en la capilla de los Oblatos en el cementerio de Aix.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.