Nacimiento en Eyguières (Bouches-du-Rhône) el 24 de octubre de 1825
Toma de hábito en N.-S. de l’Osier el 29 de diciembre de 1849
Oblación en N.-S. de l’Osier el 1 de enero de 1851 (nº 298)
Ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1851
Expulsión en 4 de julio de 1853

Federico Mondini nació en Eyguières, diócesis de Aix, el 24 de octubre de 1825. Casi al final de su seminario en Aix, tomó el hábito en el noviciado de Nuestra-Señora de l’Osier el 29 de diciembre de 1849 e hizo su oblación el 1 de enero de 1851. El P. Santoni, maestro de novicios, había enviado a la administración general notas muy positivas sobre este novicio, subdiácono, que casi había terminado la teología. “Sus talentos
son ciertamente más que ordinarios y parece que deberá tener éxito sobre todo en la predicación; su memoria es prodigiosa; su carácter es excelente, sin embargo es algo excesivamente sensible y por lo mismo demasiado inclinado a apegarse a la criatura. Hay también en su carácter cierta ligereza. Su conducta ha sido siempre buena y puedo decir que el noviciado le ha aprovechado mucho; ha adquirido sobre todo una piedad real que antes era muy débil; es fácil para dejarse dirigir y muy obediente”.

Tras unos meses de estadía con los escolásticos en el seminario mayor de Marsella, fue ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod el 29 de junio de 1851 y reside luego en el Calvario, donde sigue primero las clases del “curso mayor” que prepara a los jóvenes padres para la predicación, y después toma parte en algunas misiones.

En el consejo general del 4 de julio de 1853 se le expulsa de la Congregación. En dos páginas expone los motivos el secretario del consejo. Se le había admitido en la Congregación tras su expulsión del seminario de Aix. Después de su ordenación, se percibió que “su virtud y su regularidad eran solo aparentes. Este sujeto ha ido dejándose llevar poco a poco al relajamiento y a una gran ligereza”. Pronto “surgieron quejas contra él, acusándole de ciertas familiaridades poco convenientes con las mujeres” A pesar de las reprensiones que se le hicieron y de sus buenas resoluciones, fue todavía denunciado sobre eso cuando se dio una misión en San Lorenza, cerca de Riez. Por último, salió de noche vestido de seglar. El P. Casimiro Aubert lo mandó inmediatamente a la Cartuja mayor. El consejo general luego “regularizó el hecho de esa expulsión con una sentencia canónica en la debida forma”.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.