Francisco Nicolás Magdalena Morlot nació en Langres el 28 de diciembre de 1795. Al terminar sus estudios de seminario en Dijon en 1820, fue ordenado sacerdote. Vicario en la catedral de Dijon, y luego vicario general de la diócesis, fue nombrado obispo de Orleans el 10 de marzo de 1839. Por un breve consistorial de 27 de enero de 1843 fue trasladado al arzobispado de Tours donde permaneció hasta 1857 fecha en que lo reemplazó Mons. Guibert, o.m.i. Creado cardenal en 1853, fue nombrado arzobispo de París el 24 de enero de 1857 y preconizado por Pío IX el 19 de marzo siguiente. Murió el 29 de diciembre de 1862.

Mons. de Mazenod le envió una importante suma de dinero en enero de 1847 para ayudar a los inundados por el Loira. Fue a verle a Tours en 1850 y le escribió el 15 de septiembre de 1853 para asegurarle que el P. Vincens predicaría dos retiros pastorales en Tours en 1854. El cardenal estuvo en Marsella en 1856 y 1857. Al dejar Tours, el cardenal Morlot dejó muchas deudas que, al parecer, se encargó de saldar Napoleón III. “No se podría comprar demasiado cara la ventaja de poseer en París a tal obispo” escribe el Fundador a Mons. Guibert el 22 de marzo de 1857.

Mons. de Mazenod se encontró a menudo con el cardenal como senador de 1856 a 1860 y con ocasión del establecimiento de los Oblatos en París. El primer ensayo de fundación fracasó en 1857. El abate Pillon, fundador del diario Le Rosier de Marie, quería hacer construir en París una iglesia en honor de la Inmaculada Concepción y propuso a los Oblatos que fueran los capellanes. Invitado a almorzar por el cardenal Morlot el 19 de agosto de 1857, sólo recibió de éste una respuesta evasiva. Mons. de Mazenod añade en su Diario: “Mons. Sibour, que de verdad tenía el deseo de llamarnos a París, habría sido más amable”

En 1859 Mons. de Mazenod intentó probar de nuevo ante el cardenal. Quería sobre todo agrupar a los Padres llamados entonces a ser los capellanes de las Hermanas de la Sagrada Familia, pero pensaba también en hacer que algunos de ellos trabajaran en los arrabales de la ciudad. En febrero escribe en su Diario: “Por fin, el cardenal se pronunció; la respuesta ha sido favorable. Estamos, pues, encauzados hacia un asunto importante, que es el establecimiento de la Congregación en París. Comenzaremos modestamente, pero, si Dios bendice ese ensayo, nuestros Padres podrán hacer bien a toda esa población salvaje en cuanto a la religión que rodea a París. Dejémonos conducir por la bondadosa Providencia”.

Entonces se formó provisionalmente una comunidad en la calle ‘des Batignolles’. Durante un año se estuvo buscando dónde y cómo establecerse definitivamente. En marzo de 1860 el Fundador pidió una parroquia para los Oblatos. Propuso la de Saint-Mandé, cuya casa rectoral podía acoger a seis misioneros. El cardenal rehusó, por miedo a su consejo que era opuesto a los religiosos. Finalmente, el 31 de marzo de 1860 Mons. de Mazenod permitió al P. Magnan, superior, comprar un terreno y construir una casa y una capilla en la calle Saint-Pétersbourg.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.