Nacimiento en Colla (Italia), el 13 de marzo de 1814.
Toma de hábito en Notre-Dame du Laus, el 25 de marzo de 1832.
Oblación en Marsella, el 16 de julio de 1833 (nº 54).
Ordenación en Marsella, el 18 de febrero de 1837.
Muerte en Vico, el 8 de noviembre de 1890.

Antoine Étienne Rolleri nace el 13 de marzo de 1814 en Spedaletti, una aldea de Colla, cerca de San Remo, diócesis de Vintimille. Al parecer, hizo sus estudios secundarios en el colegio de jesuítas de San Remo. Entra en el noviciado de Notre-Dame de Laus el 25 de marzo de 1832; hace su oblación en Marsella el 16 de julio de 1833. Tras sus estudios de filosofía y de teología en el Seminario Mayor de Marsella, Mons. de Mazenod, aún como obispo de Icosia, le ordena sacerdote el 18 de febrero de 1837. En su diario, el Fundador escribió ese día: Ordenación de Rolleri “que estaba bien preparado para una gracia tan grande. ¡Quiera el Señor, junto con el sublime carácter que le ha concedido por la imposición de manos, conceder a este querido hijo, todas las bendiciones que mi corazón le deseó e invocó sobre él con todo el ardor de mi alma en el preciso momento en que lo hice sacerdote!”.

El nuevo sacerdote comienza ayudando al padre Étienne Semeria en la obra de los italianos en el Calvario. En el verano de 1837, es enviado a Vico con el fin de ser preparado para la obra de las misiones por el padre Albini, quien durante las vacaciones de los seminaristas evangeliza algunos pueblos de Córcega. Desde finales de septiembre, el padre Albini deja Vico para ir al seminario; queda el padre Rolleri, ecónomo, con los hermanos Jean Ferrand y Jean Métifiot. El joven padre no soporta la soledad de este convento, aislado en las montañas. El Fundador escribe en su diario el 4 de octubre: “El padre Rolleri está en la desesperación porque, por sus pecados, lo he enviado a una comunidad tan triste, a una casa en la que me enumera los inconvenientes de forma tal que resultaría gracioso de no tratarse de cosas tan serias como la regularidad, comprometida hasta tal punto en este país”.

El 16 del mismo mes, escribe aún en su diario: Carta a Albini para felicitarle por el éxito de las misiones: “Le dije que estaba del todo equivocado al dejar sólo al padre Rolleri en Vico. No he enviado a este joven padre a Córcega sino para que tomara parte junto a él del ministerio de las misiones; él debe estar en su compañía habitual. Carta al padre Rolleri. Aliento bastante su moral que ha sufrido en vistas de mal estilo de Vico. Lo he reprendido seriamente por algunas expresiones de descorazonamiento mal sonantes…”.

El 27 de enero de 1838, en una cara al padre Hippolyte Guibert, superior de Ajaccio, Mons. de Mazenod le recomienda “al padre Rolleri que está sufriendo por aburrimiento en esta casa de campo privada de libros”. Le aconseja llamarlo a Ajaccio para “esperar el momento de acompañar al padre Albini en algunas misiones que dicho padre de durante el año”. El padre Rolleri es llamado entonces a Marsella, d onde trabaja en la obra de los italianos de marzo a junio de 1838, siendo después enviado de nuevo a Córcega con el padre Anoine Gibelli.

Durante sus vacaciones, en 1838, el padre Albini predica numerosas misiones llevando consigo al padre Gibelli, del cual queda muy satisfecho. Deja al padre Rolleri enfermo en Vico; en una carta al Fundador, el 7 de julio, le dice que “humanamente hablando, no preveo que este padre pueda ser útil a las misiones, pero –añade- todo es posible al que le ha inspirado la idea de enviárnoslo”.

El padre Rolleri pasa el verano en Vico con ataques de fiebre, siendo llamado posteriormente, en noviembre, a Marsella. En el verano de 1839, sustituye en la obra de los italianos al padre Semeria, enviado a Vico para continuar el trabajo misionero del padre Albini, fallecido el 20 de mayo.

A finales de 1847, el padre Étienne Semeria parte para fundar la misión de Ceilán; el padre Rolleri le sustituye como superior del convento de Vico de 1847 a 1853. Durante estos años, además de predicador, manda hacer algunos trabajos en el viejo convento: reparación del tejado y de las celdas, demasiado bajas de altura. En 1853, el convento de Vico se convierte en una escuela secundaria para el reclutamiento de clero. El padre Rolleri se encarga entonces de nuevo de la obra de los italianos de Marsella.

En 1869, es nombrado responsable de misiones de Córcega. Permanecerá en Vico hasta su muerte, en 1890. Predica muchas misiones. Tenemos distintos relatos en la revista “Missions” hasta el mismo año de 1890. El padre Albini pensaba que sólo la gracia podría hacer del padre Rolleri un buen predicador. La gracia fue eficaz, por cuanto que este padre predicó mucho y bien. El autor de su necrológica escribió sobre ello: “Sus sermones eran sólidos y bien preparados. Su italiano era simple y claro, pero al mismo tiempo correcto y limpio. Los hombres con instrucción le escuchaban con gusto y las gentes del campo podían comprenderle y aprovechar sus instrucciones. Su voz era fuerte y clara al mismo tiempo, así como su estilo. Predicacaba con toda su alma y con calor. Sus auditorios quedaban fuertemente impresionados y, por lo general, ayudando la gracia, se rendían a la fuerza de sus razonamientos y al vigor de sus exhortaciones, se confesaban, se acercaban a la santa Mesa y se hacían mejores… De entre nuestros padres, éste es, ciertamente, quien ha dado más misiones en Córgega, donde ha pasado casi toda su vida, únicamente ocupado en tal género de ministerio, y donde ha vivido hasta la edad de sesenta y séis años. Cuando estaba en el convento, daba ejemplo de regularidad, sobre todo de exactitud en los ejercicios en común. Amaba el silencio, el recogimiento, el estudios, permanecía gustoso en su celda y no salía sino raramente…”.

El 18 y 19 de febrero de 1887, se celebraron en Vico sus bodas de oro sacerdotales. Fue nombrado entonces superior de esta casa, cargo que ocupó hasta su muerte, el 8 de noviembre de 1890.

Yvon Beaudoin, o.m.i.