Nacimiento en Saint-Étienne-en-Forêt (Loira), el 6 de mayo de 1833.
Toma de hábito en Notre-Dame de l’Osier, el 28 de agosto de 1857.
Oblación en Montolivet, el 19 de enero de 1859 (nº 471).
Ordenación sacerdotal en Marsella, el 24 de junio de 1860.
Ingreso en la Trapa en noviembre de 1875.

Augustin Ronzy nace en Saint-Étienne-en-Forêt, diócesis de Lyon, el 6 de mayo de 1833. Tras un año de teología en el seminario mayor de Lyon, entra en el noviciado de Notre-Dame de l’Osier el 28 de agosto de 1857 y hace su oblación en Montolivet el 19 de enero de 1859. A su llegada como novicio, el padre Vandenberghe, maestro de novicios, escribe en sus notas: “Ronzy, talentos mediocres. Espero bastante de él, me parece muy sensato, muy humilde y de una naturaleza del todo alegre”. Al enviarle a Marsella, escribe al padre Mouchette el 23 de septiembre de 1858: “Pasable en todo, no brilla más que en la música. Su piedad es muy devota y sólida; su generosidad es más sentimental que real. Por último, es un poco superficial tanto para la ciencia como para la piedad. Creo, sin embargo, que será útil. Tiene momentos de tristeza y de melancolía, pero generalmente tiene buen carácter e incluso puede que facilmente sea despreocupado”.

Augustin Ronzy es ordenado sacerdote en Marsella el 24 de junio de 1860 y recibe obediencia para Notre-Dame de Cléry, donde es vicario, predicando también algunos retiros. Enseguida se convierte en misionero en Talence, en 1865 y 1866, y más tarde en Limoges, desde 1867. En una carta al padre Fabre, el 21 de julio de 1870, dice que está en relación con la guarnición de Limoges y ofrece sus servicios para ser capellán militar en el frente de la guerra franco-prusiana. Según un detalle de “Missions O.M.I.” de 1874, parece que estuvo en la casa de Angers en 1872-1873. En 1875, se encuentra en Pontmain, desde donde solicita poder entrar en la Trapa. En una carta del 9 octubre al padre Fabre, dice que desea convertirse en trapense para alejarse del mundo y santificarse mejor. Ante algunas perplejidades del padre Fabre, el padre Ronzy insiste el 22 de octubre y reconoce que encuentra la vida misionera demasiado dura. Además, el invierno anterior, en el que estuvo enfermo y desanimado durante una misión, sus compañeros no le ayudaron e incluso escribieron al provincial en su contra. En consejo general, el 18 de octubre, se decide ya dejarle marchar. El secretario escribió en las actas de la sesión: “Lamentando profundamente perder en su persona a un misionero bien dotado en numerosos aspectos, el consejo muestra el parecer de no mostrar oposición alguna a este propósito”.

El padre Fabre le envía un “celebret” (licencias) y una carta de recomendación. El 15 de enero de 1876, el padre Ronzy escribe desde la Trapa de Port-du-Salut, diócesis de Laval, para decir que comenzará pronto su noviciado y que estará siempre agradecido a la Congregación.

Yvon Beaudoin, o.m.i.