Nacimiento en Marsella, el 13 de noviembre de 1826.
Ordenación sacerdotal en Marsella, el 8 de julio de 1849.
Toma de hábito en Notre-Dame de l’Osier, el 7 de diciembre de 1852.
Oblación en Notre-Dame de l’Osier, el 8 de diciembre de 1853 (nº 361).
Muerte en Madrid (España), el 23 de marzo de 1891.

Théodore Roque nace en Marsella el 13 de noviembre de 1826. Hace sus estudios secundarios en el liceo de la ciudad, al tiempo que frecuenta la Obra de la Juventud del Sr. Allemand. Al terminar su formación en el seminario mayor, es ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod, el 8 de julio de 1849 y nombrado vicario de la parroquia San Vicente de Paúl. Entra en el noviciado de Notre-Dame de l’Osier el 7 de diciembre de 1852, haciendo su oblación el 8 de diciembre de 1853. Se le admitió a la profesión en el consejo general, el 4 de noviembre anterior. El secretario escribió en las actas de la sesión: “A una piedad poco corriente, un gran espíritu de regularidad y un amor poco común a la vida a la vida religiosa, este novicio añade un carácter alegre y dócil, buena salud y talentos cuando menos ordinarios (…). Ha sido constantemente un modelo de todas las virtudes y de edificación en el noviciado durante su año de prueba”.

El Fundador se propone dejarle algún tiempo en el l’Osier “para continuar dando buen ejemplo y para animar a los sacerdotes que se presenten en el noviciado”, pero, a petición del padre Charles Bellon, el padre es inmediatamente enviado al Seminario Mayor de Romans como profesor de Dogma y de Derecho Canónico. Cuando los oblatos dejaron la dirección de dicho seminario en 1857, el padre Roque recibe obediencia para el Calavario de Marsella, encargándose de la obra del patronato de San José y como capellán de las Damas de Nazaret.

En 1860, es enviado a la casa oblata de Burdeos, al servicio de la Hermanas de la Sagrada Familia. Permanece allí como profesor y predicador hasta 1887. Este año es nombrado director de la comunidad de los oblatos de Madrid, capellán de las Hermanas de la Sagrada Familia. Aquejado de pleuresía durante el invierno de 1891, muere el 23 de marzo.

El autor de su necrológica escribe: “Desde los primeros meses de su ministerio [en Burdeos], estuvo en contacto con religiosas ávidas, a ejemplo de Santa Teresa, de una dirección prudente y sabia, el padre Roque, por una especie de intuición, prontó captó el temperamento religioso de cada una de sus hijas. Su espíritu delicado, su experiencia en las cosas del alma, su calma en medio de los problemas de conciencia, y, sobre todo, su dedicación y su caridad, hicieron de él el padre espiritual al que la Sagrada Familia recordó largo tiempo. Se amaba sobre todo en él la ecuanimidad de su espíritu; y a pesar de su sensibilidad extrema, supo, a base de esfuerzo diario, hacer entrar en las almas, lo mismo que en la suya esta palabra tan válida en cosas de religión como en todo lo demás, y que hay que hace falta captar para no verse expuesto a decepciones: «in medio virtus»”.

Yvon Beaudoin, o.m.i.