1. Profesor y predicador (1854-1863)
  2. Ecónomo general (1863-1898)
  3. Vida religiosa – Muerte

Nació en Marsella (Bouches-du-Rhône) el 12 de agosto de 1828
Tomó el hábito en N.-D. de l’Osier el 7 de diciembre de 1849
Profesó en N.-D. de l’Osier el 8 de diciembre de 1850 (nº 296)
Fue ordenado sacerdote en Marsella el 25 de junio de1854
Murió en París el 29 de julio de 1898

Marcos Antonio Sardou nació en Marsella el 12 de agosto de 1828. Trabajó por un tiempo en el negocio y, el 7 de diciembre de 1849, ingresó en el noviciado de Notre-Dame de l’Osier donde hizo la oblación el 8 de diciembre de 1850. El padre Santoni, maestro de novicios, lo propuso para la profesión escribiendo: “Talentos más que ordinarios, predicará bien; juicio recto; carácter bueno, aunque un poco ligero, pero aun en este aspecto ha cambiado mucho. Conducta buena y sobre todo mucho mejor que al principio; es uno de los novicios que más ha ganado en todos los aspectos; piedad ordinaria pero, con eso, le creo bastante sólidamente virtuoso y sobre todo en camino de crecer más”. Tras cuatro años de filosofía y de teología en el seminario mayor de Marsella, fue ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod el 25 de junio de 1854.

Profesor y predicador (1854-1863)
La primera obediencia del padre Sardou, el 12 de setiembre de 1854, le envía como profesor de filosofía y ecónomo al nuevo escolasticazo de Montolivet en Marsella donde en 1856 se le encarga de la enseñanza de la Escritura y de la composición oratoria. De 1858 a 1861 reside en el Calvario y predica retiros y misiones. “Desde sus primeras armas apostólicas, escribe el padre Devès en 1898, el padre Sardou se anunció como un misionero vigoroso, animado de hermosa inspiración, hablando con llama, secundado por una voz sonora, amplia, armoniosa”. A lo largo de su vida predicará cada año algunos retiros religiosos. De 1861 a 1863 el padre Sardou vuelve a enseñar la sagrada Escritura y la oratoria, pero continúa predicando muy a menudo.

Ecónomo general (1863-1898)
En el capítulo general de 1861, el padre Soulerin es elegido ecónomo general. Esa elección no es del gusto del padre Tempier. En 1863 éste aprovecha de la enfermedad del padre Courtès y de un largo viaje del padre Vincens a Canadá, ambos asistentes generales, para proponer nombrar como asistente general al padre Soulerin y reemplazarlo en el economato por el padre Sardou. El consejo general del 19 de abril de 1863 “se adhirió por entero a ese parecer del reverendo padre Tempier, se lee en el acta de la sesión, con gran satisfacción por reconocer en el reverendo padre Sardou cualidades excepcionales para cumplir el cargo de procurador general.”

El padre Sardou reside después siempre en París, pero con bastante frecuencia hace cortos viajes a las casas de Francia e incluso a Roma e Inglaterra. Es reelegido como ecónomo general en los capítulos de 1867, 1873, 1879, 1887, 1893 y 1898. A su muerte en 1898, el padre Casiano Augier, superior general, escribe: la carrera del padre Sardou “se resume en esta frase: fue un procurador modelo. Encargado durante 35 años de los intereses materiales de la Congregación, puso en el cumplimiento de su tarea una dedicación, una sabiduría, una prudencia y una habilidad verdaderamente extraordinarias, y prestó a su familia religiosa servicios inapreciables. Gracias a su espíritu de orden y a su inteligencia de los asuntos, nuestra situación financiera, un poco embrollada e inestable cuando él tomó la dirección de la procura, se fue aclarando poco a poco y se afianzó, y, mientras ciertas sociedades sufrían los resultados de las perturbaciones políticas, el R.P. Sardou supo conservar intacto el depósito que se le había confiado. Su buen sentido y una especie de instinto le apartaron siempre, a pesar del entusiasmo público, de las desgraciadas aventuras de las que muchos no supieron guardarse”.

Vida religiosa – Muerte
Las preocupaciones materiales del padre Sardou nunca tomaron el primer lugar en su vida. Siguió siendo siempre buen religioso y celoso misionero, preparando con cuidado sus predicaciones y sus retiros. En el Capítulo general de 1898, el cronista de Missions O.M.I. escribe: “… es reelegido ecónomo general el rev. padre Sardou que por 35 años en el peligroso contacto con el dinero, ha practicado maravillosamente la ley del desprendimiento evangélico”.

Tras unos meses de enfermedad, falleció en París el 29 de julio de 1898. Su cuerpo reposa en el panteón de los Oblatos en el cementerio de Montmartre.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.