El P. Roman MAJEWSKI ejerce el ministerio con los marineros y pescadores.

A lo largo de toda la costa de Madagascar, la Iglesia ejerce el ministerio con los marineros y pescadores. Tal es el objetivo principal de la actividad del Apostolado del Mar, que funciona en Madagascar desde 1973. He ofrecido este servicio en la diócesis de Tamatave desde el año pasado. Soy capellán del Apostolado del Mar en Tamatave. Trabajo con marineros y pescadores, así como con sus familias. Visito con los laicos y religiosos a los marineros que llegan al puerto de Tamatave. También visitamos a los pescadores y sus familias, que allí viven. Tratamos de proporcionarles ayuda pastoral celebrando la Eucaristía en los barcos o, de regreso a casa, celebrando otros sacramentos y enseñando el catecismo.

Organizamos también actividades sociales. Todos los domingos, 190 niños de marineros y pescadores pobres reciben una comida. Ochenta de esos niños reciben ayuda para pagar los costes de la escuela, gracias a lo que se conoce como “adopción del corazón”. Ofrecemos a estos niños cuidado médico, visitas al doctor y medicación. También damos una variedad de cursos para preparar a los niños y jóvenes para el futuro trabajo y la vida familiar. Recientemente ha comenzado un curso para jóvenes de familias de pescadores que querían seguir pescando según el modo tradicional malgache, con el propósito de tener una vida mejor. Pescar según el método tradicional malgache consiste en salir al mar en pequeñas canoas y pescar con una red que se lanza hasta la siguiente canoa. A pesar de los peligros que se dan en el gran océano, escogen esto porque dicho modo de pesca es a menudo el único ingreso de sus familias.

Las mujeres de los pescadores y las viudas de los pescadores fallecidos en el mar forman una asociación con el Apostolado del Mar. Consiste en hacer objetos de artesanía malgache y venderlos. Esta actividad ayuda a cuidar de sus familias y hogares.

Todo lo que hacemos en el Apostolado del Mar es posible gracias a la ayuda de gente de buena voluntad que comparten con nosotros sus recursos. Por ello, en nombre de cada uno de nosotros, quisiera decir de todo corazón a cada uno: “MISAOTRA”, que quiere decir: “GRACIAS”. La ayuda de ustedes nos hace sentir que no estamos en una isla aislada. ¡Que Dios les bendiga!  (Bulletin OMI Madagascar, septiembre de 2017)