Carta del general a la Congregación en el 200 aniversario de la primera regla.

19-10-2018

Queridos hermanos oblatos,
Durante los meses de septiembre y octubre recordamos a Eugenio de Mazenod en el castillo de su familia en Saint Laurent de Verdon, escribiendo la primera Regla de los Misioneros de Provenza. Desde el 23 de octubre hasta el 1 de noviembre, Eugenio predicó un retiro sobre cada uno de los artículos de la Regla y fue aprobada por los miembros del Primer Capítulo General. ¡Recordamos con algo de ironía y humor cómo llamó a los escolásticos para votar para que su proyecto de vida religiosa fuera aprobado por el Capítulo!

El día de Todos los Santos de 1818, los Misioneros de Provenza profesaron su primera oblación de castidad, obediencia y perseverancia ante el Santísimo Sacramento. En ese momento era demasiado radical incluir la pobreza y este voto no sería introducido hasta el Segundo Capítulo General en 1821. En la Regla, Eugenio concibió misioneros que vivieran en comunidades apostólicas, compartiendo vida y virtudes, oración y estudio de la Palabra de Dios y que predicaran el Evangelio a los pobres y los más abandonados.

Este 200º aniversario de la primera Regla nos invita a redescubrir cómo, en la visión fundacional de Eugenio, la llamada de abrazar la vida religiosa y hacer la promesa de vivir los votos, era una parte integral. Pido que consideremos en oración dos aspectos de este aniversario: la llamada a ser misioneros viviendo los votos y la llamada a ser misioneros unidos bajo una Regla.

Ante todo, el Fundador deseaba que este grupo de misioneros continuara la herencia de santidad y trabajo apostólico de las grandes Órdenes que habían sido suprimidas por la Revolución Francesa y sus secuelas. Comprendía que los votos, vivir juntos en comunidad apostólica y la búsqueda de la santidad, eran esenciales para la eficacia de la misión. En su mente estos no eran meros complementos o sutilezas opcionales para la vida misionera, sino algo integral a la llamada de predicar el Evangelio a los pobres y los más abandonados.

¡Aunque el número de los misioneros era pequeño en nuestros comienzos, la visión de Eugenio no era ni pequeña ni tímida, sino un salir al paso y continuar el trabajo y la santidad de los jesuitas, franciscanos, redentoristas, etc…!

En Segundo lugar, la Regla fue escrita para expresar el espíritu particular característico de los Misioneros y para ligarlos en una misión común. La visión, el sentido de la vocación, el encuentro con el Misterio del amor de Dios un viernes santo, empujó a Eugenio a formar una comunidad con la misión de anunciar el amor y la misericordia de Dios a los pobres y los más abandonados. Eugenio buscó expresar este espíritu en la Regla que sostendría una visión común y haría preservar en la unidad al pequeño grupo de misioneros en el momento de cruzar sus primeras fronteras saliendo desde la diócesis de Aix y entrando en la diócesis de Digne.

Respondiendo a las necesidades más urgentes de cada época, la Regla ha evolucionado y cambiado gracias a las experiencias de vida de los oblatos de todo el mundo y al discernimiento comunitario de los Capítulos Generales sucesivos.

He recibido una propuesta del Hermano Benoit Dosquet de la comunidad de Aix y del Comité General de los Oblatos Hermanos, a la cual les invito respaldar: Conmemorar el 200º aniversario de la primera Regla en toda la Congregación. Pido a todas nuestras comunidades que organicen un día de retiro con un tiempo para la adoración. El primero de noviembre es el aniversario pero, a causa de las necesidades pastorales, también podríamos conmemorar este día significativo el 30 o el 31 de octubre. Donde sea posible, un día completo de adoración continua podría tener lugar en las comunidades o ministerios oblatos, invitando a unirse a nuestra oración a nuestros colaboradores en la misión, los laicos asociados y aquellos que están conectados con el carisma oblato.

Durante este tiempo de adoración, les invito a renovar nuestros votos en la presencia del Señor y con el fervor de san Eugenio. Hagámoslo en comunión con todos nuestros santos y beatos oblatos y en comunión con todos los oblatos que nos han precedido. Unidos con toda nuestra familia del cielo y de la tierra, celebremos la solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los fieles Difuntos como un tiempo de especial comunión en la cariad. Podemos hacer esto también a la luz de la presente situación de crisis en la Iglesia, dedicando tiempo extra de oración por el Papa Francisco, por nuestra Congregación, por toda la Iglesia.

Favor de contactar con el P. Shanil Jayawardena en el Servicio de Comunicaciones OMI en [email protected] para comunicarle el día y la hora en que su comunidad hará este día de retiro/adoración. Publicaremos en el sitio web OMI estos datos para experimentar un sentido de comunión global durante esos días. De antemano, ¡les doy las gracias por responder plenamente a esta petición!

Su hermano Oblato en Jesucristo y María Inmaculada,
Louis Lougen OMI
Superior general