FILIPINAS
Original publicado en Inquirer.net
Por: Edwin O. Fernandez
CIUDAD DE COTABATO – Mons. Angelito Lampon de los Oblatos de María Inmaculada tenía sentimientos encontrados al asumir su cargo al frente de la Archidiócesis de Cotabato.
Tendría que estar celebrando su nueva posición sustituyendo al Cardenal Mons. Quevedo, que renunció recientemente.
Pero cuando el nuncio de S.S., Mons. Gabriele Giordano Caccia instaló a Lampon el lunes por la tarde, apenas habían pasado dos días tras la explosión de las dos bombas en la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que mataron a 21 personas e hirieron al menos a otras 111.
Lampon había servido en esa catedral durante 21 años, celebrando cada día la misa a las 8:00 a.m.
Pero el pasado domingo, un sacerdote diocesano le sustituía ya que Lampon estaba en Manila en un encuentro de la Conferencia Episcopal Católica.
“Tengo un corazón fuerte, pero este corazón está desgarrado por mi pueblo, fallecidos en el atentado de la catedral de Jolo”, dijo Lampon en una corta entrevista ofrecida tras la instalación.
“Conocía a esos feligreses que fallecieron en la explosión”, añadió. “Habían llegado a ser mi familia, mis hermanos y hermanas, mi corazón está realmente desgarrado por ellos.”
Siento por dentro una gran conmoción emocional, pero mi fe me invita a seguir extendiendo la mano en signo de amistad y de diálogo interreligioso,” dijo el nuevo arzobispo mientras sus ojos se enrojecían.
Todavía llorando por su rebaño, Lampon dijo que los Oblatos y la Iglesia Católica no se dejarían intimidar por la violencia.