ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Publicado originariamente en www.chausa.org. Extraído con permiso de la Catholic Healthcare Association de Estados Unidos.
Por Nancy Frazier O’Brien

Fue providencial aquel viaje en coche desde Ottawa hasta Montreal que llevó al P. Francis G. Morrisey, OMI, por un largo camino a través del derecho canónico.

En marzo de 1965, el cardenal Paul-Émile Léger de Montreal – anticipándose al final de las sesiones del Concilio Vaticano II – convocó a los canonistas de Canadá a un día de estudio, invitando a unirse también a los estudiantes de derecho canónico del país.

El P. Morrisey, por entonces estudiante en la Universidad de Ottawa, condujo a tres de sus profesores al encuentro. Durante el viaje en coche y durante aquel día de estudio, toda la conversación giró sobre la idea de crear la Sociedad Canadiense de Derecho Canónico. El P. Morrisey terminó como uno de los cuatro miembros del comité ejecutivo encargado de poner en marcha la organización y, finalmente, convirtiéndose en el primer secretario-tesorero.

“¡Ni siquiera me había licenciado!” decía. “No tenía ni idea de dónde me estaba metiendo.”

Aquel viaje en coche terminó siendo providencial también para la Asociación Católica de Asistencia Sanitaria, – la Catholic Healthcare Association – CHA. El P. Morrisey, ahora con 83 años, se hizo un experto estudiando cómo afecta el derecho de la Iglesia a las finanzas de los hospitales. Año tras año ha brindado orientación legal a la aparición de modelos de negocios no tradicionales y ha ofrecido su gran experiencia a las comunidades religiosas que buscaban preservar la titularidad de sus obras a la vez que las dotaban de personalidad jurídica.

En Reconocimiento a su gran generosidad al servicio de los profesionales de asistencia sanitaria en EE.UU., Canadá y en todo el mundo, el P. Morrisey ha recibido el Premio a la Trayectoria de Toda una Vida CHA’s 2019. El premio fue presentado el 10 de junio en la Asamblea de Asistencia Sanitaria Católica de Dallas.

Además de trabajar como profesor de derecho canónico (ahora emérito) en la Universidad S. Pablo de Ottawa, como consultor vaticano y como conferencista internacional, el P. Morrisey ha trabajado como editor general de una serie de columnas sobre derecho canónico en la publicación de la CHA, Health Progress. Ha enseñado el componente del derecho canónico en el Programa de Formación para Patrocinadores de la CHA que busca preparar líderes para cargos de patrocinio.

El mensaje principal que el P. Morrisey trata de transmitir en el aula es que los canonistas deberían “utilizar la ley para hacer libres a las personas, no para añadir más cargas sobre sus hombros.” A menudo digo, “Si alguien te pregunta si podemos hacer algo, y la ley dice que no, trata de buscar otro camino, dale siempre un mensaje positivo,” añadía. “Este ha sido mi mantra”.

Al nominar al P. Morrisey para el Premio a la Trayectoria de Toda una Vida, la Hna. Jomary Trstensky, OSF, presidente del Hospital Sisters Ministries de Springfield, Illinois, escribe que la obra del P. Morrisey ha traído cambios fundacionales en los modelos de patronazgo y en las estructuras de funcionamiento dentro de los institutos católicos de atención sanitaria. Aunque su enfoque es el derecho canónico, con frecuencia ofrecía paralelismos entre el derecho de la Iglesia y la justicia social y la invitación a ofrecer avances en lo relativo a la persona humana.

El P. Morrisey decía que su objetivo era mostrar a los estudiantes cómo se aplican los principios del derecho canónico en las situaciones de cada día. “Algunos canonistas se refieren al derecho canónico como a una caja de herramientas; las herramientas se aplican a una situación concreta para lograr manejarla,” explicaba.

El P. Morrisey piensa que el mayor desafío al que se enfrenta el mundo de la asistencia sanitaria católica hoy es cómo preservar y defender la identidad católica en un tiempo en que “hay una enorme presión social contra ciertas posiciones que adopta la iglesia,” como la posición ante el suicidio asistido y el aborto.

“No podemos atrincherarnos en una fortaleza,” explicaba. “La Iglesia Católica es la institución que ofrece con diferencia el mayor servicio de asistencia sanitaria del mundo, y no queremos perder esta herencia que hunde sus raíces en las curaciones de enfermos de Cristo.”

Ha desempeñado un gran papel en muchos de los cambios del derecho canónico en los últimos años, ayudando a preparar el Código de Derecho Canónico de 1983 y, más recientemente, ayudando a la comisión del Vaticano encargada de la revisión de las secciones del código de derecho canónico relacionadas con los procedimientos para la anulación de matrimonios.

Nacido en Charlottetown, en la Isla de Prince Edward, y crecido en Ottawa, pronto supo, ya de niño, que quería ser sacerdote, pero ingresó en los Misioneros Oblatos de María Inmaculada casi de casualidad. Su madre quería que estudiara más francés, y la cercana escuela superior, Academia de La Salle, juzgó que su francés no era lo suficientemente bueno como para admitirlo. Así pues, acudió a una escuela oblata a dos bloques de distancia, conociendo allí la orden religiosa en la que, al final, sería ordenado como oblato sacerdote en 1961.

La Hna. Trstensky describe al canonista canadiense como un “explorador” dentro de la asistencia sanitaria católica. “Su misión era la de echar una mirada a los arreglos que proponíamos (para fusiones o asociaciones colaborativas) y ayudarnos a descubrir cómo podíamos hacerlos en sintonía con el derecho de la iglesia.”

Y como profesor, añadía, “ahora ha preparado a muchos más que pueden ayudarnos.”

Lea el artículo completo en inglés: https://www.chausa.org/publications/catholic-health-world/assembly-2019-coverage/car-ride-leads-to-lifetime-of-service-in-canon-law-for-fr-morrisey