Queridos hermanos Oblatos de María Inmaculada,
Queridos hermanos y hermanas de la gran Familia mazenodiana,

Gracia y paz a ustedes.

  1. El 37º capítulo general de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada es una gracia y una bendición para toda la congregación. Los 79 capitulares que representan a 70 países del mundo se reunieron en Nemi (Centro Ad Gentes) en Italia, del 14 de septiembre al 14 de octubre de 2022. Damos gracias al Señor por su amor. Veneramos la memoria de aquellos que nos han precedido en la casa del Padre, especialmente la de nuestro Santo Fundador Eugenio de Mazenod. Agradecemos al Santo Padre Francisco, quien nos ha recibido en audiencia el 3 de octubre y que nos ha animado a continuar nuestra misión.

  2. Después de haber vivido la experiencia de la alegría del Evangelio volvemos a nuestras respectivas unidades. Quisiéramos compartir nuestra alegría y nuestra esperanza con ustedes, nuestros hermanos y hermanas de la Familia mazenodiana, así como con todos los hermanos y hermanas en la humanidad.

  3. Esta carta es la expresión de nuestra gratitud, de nuestros sentimientos, de nuestra vivencia, de nuestra esperanza, de nuestros compromisos… y sobre todo del deseo de vernos más unidos que nunca como familia que vive un mismo carisma.

  4. El Capítulo general fue un momento de discernimiento y de interpelación para una renovación en nuestra vocación a la misión. Las celebraciones litúrgicas nos han dado el impulso para vivir mejor la fraternidad y sentir la presencia del Espíritu. La alegría de encontrarse con hermanos de otras Unidades se hizo visible desde la primera Eucaristía, presidida por el Superior General saliente, Louis Lougen. En su homilía nos invitó a dejar hablar al Espíritu en nosotros con el fin de renovarnos. Comenzaba “una feliz aventura” que nos llevaría, más adelante, el 29 de septiembre de 2022, a la elección del P. Luis Ignacio Rois Alonso como 14º Superior General, sucesor de Eugenio de Mazenod.

  5. En el momento de la elección el nuevo Superior General estaba en su tierra de misión en el Sahara Occidental. Se unió a nosotros en Nemi y con él fuimos en peregrinación ante el Santo Padre, para expresar nuestra comunión con él y con la Iglesia. También nos comprometimos con el Santo Padre a construir una Iglesia sinodal.

  6. El Papa Francisco dio su bendición a los allí presentes y a toda la Familia mazenodiana. Reconoció que el tema de nuestro Capítulo se parece al del próximo jubileo de la iglesia, “Peregrinos de la esperanza”, y que resume nuestra identidad de discípulos de Jesús. La encíclica Laudato si es para nosotros una exhortación para que estemos más cerca de la gente y de la creación.

  7. La pandemia de Covid 19, las guerras en el mundo, el cambio climático, la crisis de la fe, etc., son signos de que el mundo está atravesando cambios radicales. Los testimonios provenientes de países que sufren como Ucrania, Canadá, Haití, Sri Lanka y otros, apuntan a la situación concreta de nuestros hermanos oblatos y de nuestros laicos asociados que se solidarizan con los pobres. Sus gritos nos exige un modo de vida distinto y una relectura del modo de hacer nuestra misión, siguiendo las huellas de san Eugenio. Esta misión conserva su identidad inicial, a saber, la evangelización de los pobres con sus múltiples rostros (C 5), pero de forma más audaz.

  8. El tema de nuestro Capítulo general es: Peregrinos de la esperanza en comunión. Los oblatos nos sentimos interpelados por los muchos gritos que resuenan en nuestro mundo, pues las voces de los pobres y de los abandonados llegan a Dios, quien nos mira y nos llama a dar una respuesta. La Iglesia nos pide que salgamos de nuestras zonas de confort y vayamos a las periferias. La contribución de nuestros laicos asociados nos ayuda a comprender que no estamos solos en el campo de la misión ni en la vivencia de nuestro carisma. Caminamos juntos.

  9. Estamos llamados a ser signos de esperanza, testigos y artesanos del Reino en estos momentos difíciles para la Iglesia y el mundo. El Capítulo general nos ha dado nuevas energías y una nueva visión para mirar adelante con alegría y confianza, comprometiéndonos con un mundo mejor.
  10. Al final de este trigésimo séptimo Capítulo general, hemos asumido algunos compromisos de vida y de acción. Somos misioneros como los discípulos de Emaús, en camino y con un corazón ardiente.

a. Siguiendo a Cristo, el primer peregrino y misionero, nos comprometemos a una verdadera conversión personal y comunitaria.

b. Trabajaremos en la reorganización de las estructuras de la Congregación para una mejor misión al servicio de los pobres.

c. Nos comprometemos a trabajar unidos como cuerpo, pero también como Unidades y personas, para la protección de la casa común.

d. Queremos consolar y apoyar a todos aquellos que se sienten maltratados y ofendidos en su ser y en su imagen, y queremos reconciliarnos con ellos. Ponemos en primer lugar a los menores y a los adultos vulnerables, pero también a todos aquellos que, con nuestras acciones y comportamientos, han sido ofendidos.

e. Nos comprometemos a ir en ayuda de los pobres con sus múltiples rostros. Los pobres que han sido desfigurados por el sufrimiento; los que han sido marcados por los estigmas de la guerra; los que han sido traumatizados por los abusos y la explotación en el trabajo; los que han perdido la historia de sus orígenes; los que son pisoteados tanto en la tierra de acogida como en la de exilio; los que son humillados a causa de su color cultura o idioma.

f. Asumimos la responsabilidad de hacer mucha más promoción de la justicia y la paz (J.P.I.C.). La tierra es de Dios, pero los frutos de la tierra son de todos.

g. Nos comprometemos a promover el carisma oblato en comunión con los laicos asociados (R 37a).

Como decía Eugenio de Mazenod: ¡qué inmenso campo se les abre!

  1. La Virgen María, nuestra Madre, la peregrina de la visitación, camina con nosotros. El Santo Padre también nos recomendó, el lunes 3 de octubre de 2022, que nos dejemos acompañar siempre, en nuestro peregrinar, por nuestra Madre María.

  2. Que san Eugenio, nuestro Fundador, siga intercediendo por nosotros y por los pobres a los que servimos, y que su intercesión nos renueve cada día en el amor de Cristo, el primer misionero y peregrino.

¡Alabado sea Jesucristo y María Inmaculada!

Nemi, Italia, 14 de octubre de 2022.
Los capitulares del 37º capítulo.