Nueve Oblatos de la Provincia de la Asunción, que acompañaron a 422 Jóvenes peregrinos a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, se sienten interpeladas por la fe y el deseo de santidad demostrado por los Jóvenes durante su peregrinación en Lisboa.

“Como Oblatos, tenemos mucho que aprender de estos jóvenes y de su deseo de ser santos”.

El 26 de julio de 2023, grupos de jóvenes oblatos de Canadá se dirigieron hacia Portugal. Los jóvenes peregrinos procedían de las parroquias de San Maximiliano Kolbe, San Eugenio de Mazenod, San Casimiro, Santa Teresa en Courtice, San Jacinto en Ottawa, Santa Teresa en Kitchener, San Gabriel en Burlington, Espíritu Santo en Winnipeg y Nuestra Señora Reina de Polonia en Edmonton. En total, 422 jóvenes, 9 oblatos y 2 pre novicios viajaron a Lisboa para participar en la JMJ.

Antoni Degutis, Paul Patrick, Koslik, Marcin Serwin, Tomasz Jarosz, Pawel Pilarczyk, Zbigniew Halemba

Bajo el manto de la Santísima Madre de Fátima

La mayor parte del grupo pasó la primera semana en la diócesis de Leira-Fátima, donde, bajo el manto de la Santísima Madre de Fátima, se prepararon para las celebraciones principales de Lisboa. Durante este período, tuvieron la oportunidad de visitar Fátima, conocer mejor la cultura portuguesa y recibir el testimonio de más de 10.000 jóvenes que les acompañaron desde la diócesis de acogida.

La alegría de encontrarse con la Juventud Oblata y el p. General

Después de esto, todo el grupo de OYC (Oblate Youth Canada) viajó a Lisboa, donde el 1 de agosto, tuvieron la alegría de encontrarse con la Juventud Oblata de diferentes partes del mundo. Juntos escucharon al P. General, quien les animó a ser peregrinos de esperanza y a formar comunidades entre ellos y con toda la familia oblata. Recibieron el encargo de ser las manos del Superior General en sus lugares de providencia y a testimoniar a los Oblatos lo que es vivir diariamente el Carisma Oblato.

Encuentro con el P. General

Encuentro con el Santo Padre

Los días siguientes estuvieron llenos de las alegrías y dificultades de ser peregrino, ya que los jóvenes caminaron largas distancias para encontrarse con el Santo Padre y ser fortalecidos por sus palabras. Él les recordó que Dios llama a cada uno de ellos por nombre y que son importantes para Él. El punto culminante de las Jornadas Mundiales de la Juventud fue la vigilia y la misa con el Santo Padre. Los jóvenes tuvieron una experiencia muy enriquecedora al ver a tantos de sus compañeros reunidos en la misa. Todos guardaron silencio para adorar el Santísimo Sacramento, y dejándose llevar por el Vicario de Cristo a la Eucaristía y a Cristo mismo.

Un desafío a los Oblatos

Fue un largo viaje de 13 días que fortaleció a los jóvenes de la Provincia de la Asunción y dejará una impresión duradera en sus corazones. Como Oblatos, tenemos muchas cosas que aprender de estos jóvenes y de su deseo de ser santos.

Oblatos de distintas partes del mundo presentes en la JMJ