Bede SUJAHARAN, OMI

Del 21 hasta el 29 de agosto de 2023, la Provincia de México será anfitriona de la sesión conjunta del Gobierno General con los Superiores oblatos de América Latina y el Caribe.  

80 años de presencia continua en tierras mexicanas

Esto sucede en un momento importante en la historia de la Provincia, ya que los Oblatos recuerdan con gratitud los 80 años de presencia continua en tierras mexicanas. El 11 de septiembre de 2022 se inauguró oficialmente el año jubilar con el que se celebran ocho décadas de presencia oblata en México. Las celebraciones comenzaron con una misa solemne presedida por el P. Ariel Martínez OMI, Superior Provincial de México, en “la Lupita”, la Parroquia de Santa María de Guadalupe en la Colonia San Rafael en la Ciudad de México, donde el P. Valentín Rodríguez, miembro de la llamada “Provincia de Texas” (Provincia del Sur de Estados Unidos) llegó de Texas para establecer la nueva misión de México hace exactamente 80 años.

“¡La tercera es la vencida!”

Posteriormente obtuvo el permiso necesario de Mons. Luis María Martínez y Rodríguez, Arzobispo de la Arquidiócesis primada, para establecerse definitivamente en la Ciudad de México. No era la primera vez que los Oblatos pisaban tierras mexicanas; era la tercera vez. “¡La tercera es la vencida!”

Primera llegada

Tras la intervención militar de los Estados Unidos en México y la anexión de Texas, el primer grupo de oblatos llegó de manera no oficial a Point Isabel, Texas en 1849. Pero los oblatos oficialmente, con el permiso de nuestro fundador San Eugenio abrieron la misión oblata en Galveston y Brownsville, al otro lado del Río Bravo en 1852.
Por eso nuestro fundador escribe: “Muchas cosas buenas se tienen que hacer en este territorio que mira hacia México, en donde la presencia de un buen sacerdote puede cambiar la vivencia de la gente”. Los misioneros visitaban los ranchos y pueblos entre Brownsville – Matamoros y Laredo – Nuevo Laredo.

En 1859, los Oblatos aceptaron la parroquia principal de Ciudad Victoria, Tamaulipas. El Fundador comenzó a entusiasmarse, aún más, por el trabajo pastoral en México. Escribió al Obispo de Monterrey, en junio de 1860, y le comunicaba: “Tengo que confesar a su Excelencia que ya, desde largo tiempo, mis ojos se han vuelto involuntariamente hacia las vastas regiones de México. Lo que los Padres me cuentan de la fe sencilla y viva de la buena gente mexicana, me hace juzgar que allá se va a encontrar una cosecha abundante, la cual necesita nada más de unos obreros especializados, hombres verdaderamente apostólicos, que la rieguen con su propio sudor. Las condiciones pueden ser malas para tal misión, pero precisamente cuando el infierno se desata, que es indispensable multiplicar el número de buenos pastores.”  

En 1863, el Arzobispo de Monterrey entregó a los Oblatos la misión de Agualeguas, situada cerca de Monterrey. Desde 1864, los Oblatos administraron los sacramentos en Agualeguas, Nuevo León. Esta presencia duró 20 años: dada la Guerra de Texas con México y sus consecuencias, los salieron de México en 1884.

Segunda llegada

En 1901 los Oblatos nuevamente reanudaron contactos en México. El Provincial de Texas visitó al Arzobispo de Oaxaca, quien le ofreció el Templo de Santo Domingo y le entregó los títulos de una propiedad en San Antonio, Texas, para el seminario de sus estudiantes. El Arzobispo tenía tres proyectos para los Oblatos: la reforma de su clero diocesano; la fundación de una escuela para huérfanos en Chiautla, Puebla y mandar a sus seminaristas a San Antonio, Texas. Llegaron seis Oblatos: tres para Chiautla y tres para Oaxaca.

Los Oblatos llegan a Puebla, en 1903, para ocuparse del colegio Pío de Artes y Oficios. Para trabajar en la pastoral parroquial los oblatos asumen también la cura de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores. Poco después iniciaron el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe en Acatzingo, Puebla. 

La “Caballería de Cristo” que misionaba en los ranchos a lo largo del Valle del Río Grande (Río Bravo)

En 1910 estalla la Revolución Mexicana: esto trae como consecuencia el cierre del colegio de Puebla en 1911. Entonces los Oblatos dirigen la mirada hacia la Diócesis de Tulancingo, Hidalgo. Aquí misionaron y atendieron sobre todo a la gente del campo, en particular desde Metepec y hasta la misma capital de Oaxaca. Los oblatos se quedaron hasta que en 1914, por su seguridad, el provincial les pide regresar a Texas.

Tercera llegada

Al terminar la guerra Cristera, los Oblatos buscaban la manera de volver a México y retomar su ministerio. Y fue así que en el 1943 llegó el p. Valentín Rodríguez, un joven oblato de 39 años. Inició su trabajo en la capilla de La Lupita en la colonia San Rafael, que gozaba de gran importancia en aquel tiempo. Pronto se le unieron los Padres: Teófilo Okruhlik y Francisco Kilday y posteriormente Antonio Martínez, Carlos de Anta y Francisco Aguirre. Al P. Kilday se le encomendó el Apostolado Juvenil. La nueva Iglesia de la Guadalupita, construida por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada con un estilo moderno, fue consagrada el 12 de octubre 1954, y fue la primera iglesia con arquitectura de diseño contemporáneo en la Ciudad de México. En 1960 el apostolado de la parroquia se completó con la apertura de un consultorio y dispensario médico para las familias necesitadas de la colonia.

Comenzó la expansión hacia el occidente de la Ciudad de México. En 1961, se fundó el Colegio Vista Hermosa en Cuajimalpa. Los oblatos se expandieron hacia Lomas de Bezares y Palo Alto en l964. Más tarde se dirigieron hacia las periferias del norte de la ciudad, en las colonias de Casas Alemán, Esmeralda, Providencia, Ampliación Providencia, Campestre Aragón y Pradera.

Desde el inicio de la tercera llegada de los oblatos a la Ciudad de México, el equipo misionero tuvo la inquietud para expandir la presencia oblata a otras regiones de México. Así, aceptando la invitación del obispo de Tehuantepec en Oaxaca, y respondiendo a la solicitud del Papa en 1950, tres oblatos llegan a la Ciudad de Tehuantepec para trabajar con los pobres. En primer lugar se ocupan de la reparación de la Catedral y la casa del Obispo. Desde allí los oblatos expanden su presencia a Salina Cruz, San Mateo del Mar, San Pedro Huamelula, Quiechapa y Tequisistlán.

Arthur Kaler, OMI

Años más tarde los Oblatos llegaron a Cuajinicuilapa, Guerrero, en 1986 y a Santa Cruz Meyehualco en Iztapalapa en 1988. En 1991 el P. Yvan Trembley de Canadá comienza a trabajar con los pobres de la periferia de Iztapalapa, fundando el centro para mujeres pobres conocido como CEMPO.

El deseo de los Oblatos en México de expandir su misión a otras partes de Centroamérica tuvo como resultado encontrar una misión en Honduras, pero por circunstancias inesperadas los Oblatos no pudieron llegar ahí. Sin embargo, para responder a las enormes necesidades de la diócesis de Quiché, que estaba sufriendo las consecuencias del conflicto armado interno, fundaron una nueva misión en Guatemala en 1988. Este año la Delegación de Guatemala de la Provincia de México celebra 35 años de presencia oblata.

Junto con la Provincia de Haití, los Oblatos de la Provincia de México lideran la tarea de fundar una misión en Cuba. En diciembre de 1997 seis oblatos llegaron a Cuba para trabajar en las diócesis de Cienfuegos, Matanzas y Santa Clara, con el fin de responder a la necesidad de asegurar la presencia de la Iglesia católica en un contexto en el que la fe católica estaba desapareciendo. Hace ya 25 años desde que llegaron los Oblatos a esta isla caribeña: hoy Cuba es una misión de la Provincia de México.

Una presencia fructífera y significativa

La presencia oblata en México ha sido fructífera y significativa para la Congregación; cientos de oblatos de varios países han pasado por las tierras mexicanas trabajando arduamente en misiones difíciles bajo circunstancias poco imaginables. Todo lo hicieron por la gloria de Dios y el bienestar de los pobres que atendieron. Ahora hay alrededor de 44 oblatos trabajando en México en 11 comunidades diferentes. Hay otros 18 oblatos trabajando en Guatemala y Cuba, y tenemos misioneros originarios de la Provincia de México trabajando en otras unidades de nuestra congregación.

Celebración del Bicentenario – Distrito de Formación

Peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe

Al celebrar los 80 años de presencia oblata ininterrumpida en México, en este año jubilar recordamos con gratitud los 35 años de presencia oblata en Guatemala y los 25 años en Cuba. El próximo 24 de agosto, los participantes de la sesión conjunta y el Gobierno Central se unirán a la acción de gracias de los oblatos de la provincia de México: como peregrinos se pondrán en camino a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. La Eucaristía será presidida por el Padre General, en la que pediremos la intercesión maternal de nuestra amada Madre por nuestra familia oblata en todo el mundo. Con esta celebración se clausura oficialmente el año jubilar.