Nnaemeka ALI, OMI

Dos Oblatos de la Provincia de Notre Dame-du-Cap participaron en el Simposio Internacional de Misionología.

Este encuentro internacional reunió a varios directores nacionales de Obras Misionales Pontificias de 15 países de América Central, del Sur y del Norte. Este segundo simposio, que tuvo lugar a finales del mes de octubre, es la fase final de los preparativos del VI Congreso Misionero Americano (Cam6), que tendrá lugar en Puerto Rico.

Un nuevo modelo para la Iglesia americana

La casa de huéspedes Manoir d’Youville, en Châteauguay (Quebec), fue el lugar de celebración de este Simposio. Fue un encuentro excelente, en el que se compartió mucho sobre cómo ser Iglesia en una América en plena mutación religiosa. La experiencia misionera de cada iglesia nacional fue muy enriquecedora. Sin embargo, a pesar de las diversas experiencias eclesiales, quedó claro que es hora de repensar la identidad misionera de la iglesia en América.

Una acogida impresionante

Nuestro cohermano, el P. Yoland Ouellet, OMI, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en el Canadá francófono, organizó este extraordinario encuentro. Él y sus maravillosos colaboradores estuvieron a la altura de un enorme desafío, haciendo que este simposio fuera muy enriquecedor, magníficamente agradable y fraternalmente eclesial. Todos los participantes volvieron a casa sintiéndose escuchados, comprendidos y valorados, gracias a un equipo de traductores profesionales.

El territorio en el corazón de la misión indígena

También me invitaron a compartir mi experiencia misionera entre los Innu. Por primera vez, pude hablar de mi caminar con otros misioneros que conocen poco el dinamismo canadiense de la misión con los aborígenes.
Fue una oportunidad para ver las similitudes de la experiencia misionera en entornos aborígenes, tanto en Canadá como en la Amazonía y en Brasil. Después de escuchar el testimonio de una religiosa, trabajando en Brasil, sobre el lugar del territorio en la espiritualidad indígena, tuve la impresión de encontrarme en el corazón del Nitassinan de mis amigos Innu.