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Feliz Navidad: ¡Que tu corazón se llene de paz, amor y alegría; ¡que las buenas nuevas sean tu motivo para sonrisa!


“Queridos Hermanos Oblatos, Laicos Asociados y toda la Familia Carismática,

En medio de la oscuridad y la destrucción, la llegada del pequeño Jesús simboliza la esperanza, la resistencia y la promesa de renovación. Al igual que Jesús surgió de humildes comienzos en Belén, la luz y el amor pueden emerger de los rincones más oscuros de nuestro mundo.

En mi tarjeta de Navidad, he elegido con cuidado una imagen del niño Jesús entre los escombros, representando el duradero poder de la inocencia y el potencial de renacimiento, incluso después de la devastación. Esta imagen nos insta a reconocer la sacralidad de cada vida, especialmente aquellas atrapadas en el fuego cruzado del conflicto, promoviendo la solidaridad con aquellos que no pueden celebrar la Navidad debido a la guerra.

En esta Navidad, celebremos no solo el nacimiento de Cristo, sino comprometámonos también a ser instrumentos de paz. Que el espíritu navideño nos inspire a luchar por un mundo donde los niños no sean testigos de los horrores de la guerra y donde el mensaje de paz resuene más fuerte que los ecos del conflicto.

En la tierna vulnerabilidad del niño Jesús acostado entre las ruinas, percibimos un llamado a nutrir y proteger la santidad de la vida. Que esta imagen nos recuerde que, incluso frente a la adversidad, la luz de la compasión y la bondad puede prevalecer.

Les deseo una Navidad impregnada de la verdadera esencia de la paz y que la esperanza nacida en Belén sea la estrella guía para nuestro atribulado mundo.”

Luis Ignacio ROIS ALONSO, OMI
Superior General