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Antes de partir en peregrinación al Congo, el Padre Chicho, el Superior General, pasó la mañana con el Comité General de Formación.

Comenzó esta mañana con la celebración de la Eucaristía, en la que presidió y predicó. Llamó a los miembros del comité a ser amantes de la Iglesia, testigos auténticos del Evangelio y a dejarse guiar por Cristo, el Buen Pastor. Después, habló con los miembros del comité y tuvieron un tiempo de fraternidad.

Misioneros en y a través de la comunidad

En su discurso, el Superior General enfatizó la importancia de mejorar la calidad de la vida comunitaria dentro del proceso de formación de los Oblatos y sus comunidades. Subrayó que la renovación de la Congregación proviene principalmente de una vida comunitaria local bien vivida y debe ser inculcada desde el principio de la Primera Formación.

p. Chicho y p. Asodo

El Padre Chicho enfatizó la necesidad de la formación comunitaria y explicó que los candidatos deben experimentar la riqueza y belleza de la vida comunitaria porque los Oblatos son misioneros en y a través de la comunidad. Históricamente, vivir solo nunca ha sido la norma. Recordó a los miembros del comité que su servicio va más allá de los límites de su provincia y región particular. En cambio, su trabajo es animar a toda la congregación.

Una conversión diaria al Evangelio

En cuanto a los mandatos del Capítulo General, el Padre Chicho enfatizó la necesidad de implementar el llamado del Capítulo. Compartió que el enfoque de su administración es implementar los mandatos, independientemente de opiniones o preferencias personales. Hizo hincapié en la necesidad de tiempo y compromiso auténtico en el proceso de implementación y advirtió contra enfoques superficiales. Reiteró el llamado del Capítulo a la formación continua, definiéndola como una conversión diaria al Evangelio.

Interculturalidad y la Identidad Oblata 

El discurso se extendió al tema de la interculturalidad, con el propósito de llamar a una comprensión más profunda y más allá del mero multiculturalismo, y promoviendo una fusión transformadora de culturas bajo la inspiración del Espíritu Santo. El padre Chicho planteó algunas preocupaciones sobre el proceso de formación y propuso preguntas sobre la Identidad Oblata  y la preparación de los candidatos para la vida misionera. Enfatizó la importancia del discernimiento y el acompañamiento personal a lo largo de la  formación y señaló la complejidad y los desafíos involucrados en el proceso.

Le père Chicho s’adressant au comité de formation

En conclusión, el Superior General agradeció a los formadores por su servicio y rindió homenaje a su papel particular como formadores de misioneros. Reafirmó la gran responsabilidad de los formadores en acompañar a las personas en su viaje vocacional y enfatizó el misterio inherente a cada vocación y la importancia del proceso de formación personal.