22-10-2018
Sahara Occidental

El oblato español Mario León DORADO es uno de los tres Misioneros Oblatos que trabajan en la Misión OMI del Sahara Occidental. El 24 de junio de 2013 fue nombrado por el Papa Francisco Prefecto Apostólico del Sahara Occidental, prefectura de la que ya había sido administrador tras la renuncia del P. Acacio Valbuena RODRÍGUEZ, en 2009. Aquí comparte con nosotros algo de su experiencia en la sesión ordinaria de la Conferencia Episcopal Regional del Norte de África (C.E.R.N.A.) celebrada recientemente.

Hola hermanos,

Podría decirse, aunque suena algo demasiado poético, que una persona está viva cuando es capaz de reír y llorar. Pues bien, en estos días pasados, del 23 al 26 de septiembre, los pastores de las iglesias católicas del Norte de África nos hemos reunidos en la ciudad de Tánger para “reír” y “llorar”. Y es que la iglesia del Norte de África es una iglesia muy viva: pequeña, pobre, pero viva, ¡Alhamdulillah!

Por “caprichos” de la Providencia y de la voluntad de Dios, los Oblatos estamos a cargo de la Prefectura Apostólica del Sahara Occidental. A mí, como prefecto, se me ha dado el regalo de poder participar en las reuniones de la Conferencia Episcopal Regional del Norte de África (C.E.R.N.A.), que se reúne prácticamente cada año. En las sesiones ordinarias somos pocos, apenas 19: en teoría 9 obispos y arzobispos, 8 vicarios generales y un prefecto apostólico. En la práctica, hace ya varios años que el obispo de Trípoli (y a la vez administrador apostólico de Benghazi) no puede asistir a causa de la guerra en Libia. Aquí, en Libia estuvo durante un tiempo otro oblato, el P. Enrico D’ONOFRIO. Mons. Giovani Martineli, antiguo obispo de Trípoli, me lo recordaba con frecuencia.

A esta última sesión asistimos 14 miembros de la misma, más otros invitados (de Italia, Francia y Mauritania). Es una experiencia de Iglesia única y muy hermosa. Al ser pocos la relación es muy fraterna. Nos conocemos desde hace tiempo. Nuestras iglesias son pequeñas, como decía, pero muy vivas. Muchos han sido los temas tratados. Dejadme que destaque dos, una tristeza y una alegría:

La tristeza, una muy grande, la de nuestros hermanos migrantes. Atraviesan nuestra prefectura dejando por donde pasan un rastro de Evangelio. Son, sin duda alguna, nuestros pobres, a quienes nos debemos. A ellos se dedica la Misión OMI del Sahara en cuerpo y alma. Pero en el norte, la situación es si cabe más dolorosa. Con ellos y por ellos sufrimos y lloramos. De hecho, ellos han sido el motivo de habernos reunido en Tánger, ciudad en la que esperan con ansiedad el momento de lanzarse al mar o de saltar la valla de Ceuta. Es imposible vivir en esta ciudad, Tánger, y no sentir ganas de gritar por el sufrimiento de estos “pobres entre los pobres”. Entre obispos de Italia y la C.E.R.N.A. toma forma la idea de coordinar esfuerzos entre iglesias de ambas orillas del Mediterraneo. Hasta Tánger llegó una delegación de la Comisión para las migraciones (CEMi) de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). Querían ver “in situ” nuestra realidad: lo que vivimos en la “otra orilla”. En nuestras comunidades se vive la CARIDAD y sin distinciones. Los oblatos también trabajamos en el marco de una labor en coordinación con la Iglesia de Marruecos. Pero nunca es suficiente. Un hermano, un obispo de Argelia reflexionaba: “Quizás no podamos dar respuesta a todos, pero no podemos dejar de sufrir por todos. Hacer nuestro ‘el desgarro’ que siente el corazón de Cristo, nuestro Señor.”

Y una alegría. Hay muchas, la evolución de las sociedades islámicas en el Norte de África; los nuevos hermanos conversos y que solicitan el bautismo,… pero me quedo con un acontecimiento que tendrá lugar el 8 de diciembre: la próxima beatificación de los 19 mártires de Argelia: Mons. Pièrre Claverie y compañeros mártires. La celebración tendrá lugar, si Dios quiere, el 8 de diciembre en Orán (Argelia), ¡Fiesta de la Inmaculada Concepción! Quizás recordemos todos a los 7 monjes de Tibhirine gracias a la película de “De dioses y hombres”, pero también serán beatificados Mons. Pierre Claverie, obispo de Orán y otros 11 religiosos y religiosas que, con todo su corazón, optaron por compartir la suerte del pueblo que les acogía con cariño y al que servían. Junto a la beatificación de nuestros 19 hermanos, Argelia albergará también otro acto para honrar a los 114 imames que rechazaron “avalar” los actos de violencia de los radicales y que fueron igualmente asesinados. Otros 114 “auténticos mártires musulmanes” podríamos decir. Todos ellos testigos de la convivencia, de la paz y del encuentro. Quizás puedan ayudarnos todos ellos con su ejemplo e intercesión a nosotros, Oblatos. Pido que nos ayuden a responder a uno de los llamamientos del Capítulo: ¿Cómo se concreta y se vive nuestro carisma en esta iglesia, desde el diálogo interreligioso y la cultura islámica?

Como veis, muchas alegrías, muchas tristezas,… mucha vida, ¡Alhamdulillah! Oremos todos para que venga el Reino de Dios. Amén.

Mario León Dorado, omi
Misión OMI del Sahara.