Nacimiento en Labets-Biscay (Basses-Pyrénées), Septiembre 1°, 1826
Toma de hábito en N.-S. de l’Osier, Diciembre 7, 1849
Oblación en N.-S. de l’Osier, Diciembre 8, 1850 (No. 297)
Ordenación sacerdotal en Marsella, Abril 3, 1853
Muerte en Durban, Enero 11, 1911.

Justino Barret nació el 1° de septiembre de 1826, en Labets-Biscay, en la diócesis de Bayonne, Francia. Estuvo ocho años en el Collège de Saint-Palais para su educación secundaria y estudios en maíz, profesión que su familia deseaba que siguiera. A 18 años de edad discernió ser llamado al sacerdocio y entró al seminario mayor en 1844. Durante su estancia en el seminario descubrió su vocación como misionero, que lo llevó al noviciado de los Oblatos de María Inmaculada en Notre-Dame de l’Osier el 8 de diciembre de 1849. Hizo su oblación perpetua un año después y fue enviado luego a Marsella para completar su formación escolástica. Fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1853. Poco después recibió su obediencia para Natal, África del Sur.

Acompañado por el escolástico José Gérard, diácono en esa época y beatificado en 1988, y el Hermano Pedro Bernard, el Padre Justino Barret salió de Toulon en mayo de 1853; después de varios meses en la isla de Mauricio, él y sus compañeros finalmente llegaron a Pietermaritzburg en enero de 1854.

Los siguientes meses fueron utilizados para aprender inglés, como herramienta necesaria para conocer el idioma nativo; al mismo tiempo se realizaban preparaciones para la fundación de la primer misión Zulu, que sería dedicada a San Miguel.

Los Padres Gérard y Barret caminaron una distancia de cerca de 150 km a la habitación del Jefe Dumisa, para explorar el lugar y comenzar algunos meses después, la misión de San Miguel. El Obispo Juan Francisco Allard residió en Pietermaritzburg de 1852-1857 y visitó San Miguel varias veces.

Al cabo de dos años, la misión fue cerrada y el Padre Barret se hizo cargo de la parroquia de Pietermaritzburg, donde permanecería por más de cincuenta años. En las frecuentes ausencias del Obispo Allard cuando visitaba las misiones en Natal, Basutoland (actualmente Lesotho), el Padre Barret tenía la responsabilidad y cuidado del Vicariato de Natal, además de su trabajo parroquial. En 1865 visitó personalmente Zululand, Greytown, Estcourt y Newcastle.

A través de los años mejoró y amplió la primer iglesia de Santa María, construida originalmente en 1852 por el Obispo. Al llegar nuevos misioneros Oblatos, pasaban algún tiempo bajo la tutela del Padre Barret, teniendo así influencia de los Oblatos en el vasto campo misionero. Se le describe como predicador elocuente, nervioso en ocasiones, pero de sano carácter y juicio. Los asuntos financieros del Obispo estaban a su cargo, así como decisiones importantes.

El Padre Barret dio los primeros pasos en la educación, siendo maestro al principio. Escribía al Obispo de Mazenod acerca de la situación, quejándose de haber llegado a Natal para trabajar como misionero entre los Zulu. A pesar de su deseo al principio, continuó realizando fielmente sus tareas parroquiales y varias obras del ministerio por más de medio siglo. Junto con su primer compañero, el Padre José Gérard, es uno de los primeros vínculos a los días de los pioneros y siguió en la tradición bajo los Obispos Carlos Jolivet y Enrique Delalle.

Sus primeras tareas con los Zulu le decepcionaron, lo que llevaron al Obispo Allard a cambiar su ambiente de trabajo a Pietermaritzburg y a la enseñanza. Incluso en alguna ocasión hubo la posibilidad de que el Padre Barret volviera a Europa, como sus antiguos compañeros, los Padres Lorenzo Dunne y Julián Mauricio Logegaray.

Por cuestiones de salud, el Padre Barret fue transferido a Durban en julio de 1906. Falleció en ese lugar el 11 de enero de 1911.

John E. Brady, O.M.I.