1. Obispo de Amiens
  2. Sus relaciones con el abate de Mazenod

Obispo de Amiens

Juan Francisco Demandolx nació en Marsella el 20 de octubre de 1744. Antes de la Revolución era vicario general de Mons. de Belloy, obispo de Marsella con el abate Andrés de Mazenod, tío abuelo de Eugenio. La familia de Mazenod estaba aliada con la suya. Rehusó el juramento de fidelidad a la Revolución y emigró primero a Italia para pasar luego a Alemania. Reclamado como vicario general, cuando el concordato de 1802, por Mons. de Belloy, ya promovido a arzobispo de París, fue nombrado obispo de La Rochelle el 2 de febrero de 1803 y luego el 17 de diciembre de 1804 fue trasladado al obispado de Amiens, pero no tomó posesión hasta el 17 de abril de 1805. Asistió al concilio nacional convocado por Napoleón para el 17 de junio de 1811 en París, y se mostró favorable a las prerrogativas del Papa contra las usurpaciones del emperador. Trabajó por levantar la diócesis de las ruinas causadas por la Revolución tanto en el aspecto material como en el espiritual. Murió en Amiens el 14 de agosto de 1818 y fue enterrado en la cripta de la catedral. Durante la Restauración recobró su apellido de nobleza: de Mandolx.

Sus relaciones con el abate de Mazenod

Eugenio tuvo ocasión de entrar en contacto con los Demandolx desde su vuelta a Francia en 1802. Su tío abuelo Andrés, muerto en Venecia en 1795, había prestado en 1786 7.000 libras a Pedro Luis Demandolx. El préstamo fue caucionado por Domingo Demandolx. Los Mazenod de Palermo, herederos legítimos de Andrés, encargaron a Eugenio de hacerse reembolsar esa suma. Como Pedro Luis había fallecido, Eugenio hizo gestiones ante Domingo, caucionero, para recuperar ese dinero. Pero al parecer sin éxito. En 1808 Eugenio entró en el seminario de San Sulpicio y no vuelve a hablar más de eso.

El abate de Mazenod fue ordenado diácono el 16 de junio de 1811por el cardenal Fesch, arzobispo de Lyon. Este prelado, tío de Napoleón, había acudido a París para asistir al Concilio nacional. Napoleón quería nombrar a su tío arzobispo de París, pero éste prefirió quedar en Lyon. En su lugar, el emperador nombró al cardenal Maury. Pero Pío VII, internado en Savona, rehusó la institución canónica a todos los obispos nombrados por Napoleón. Maury tuvo que contentarse con administrar la diócesis de París en virtud de los poderes que le había otorgado el cabildo. Era considerado como un intruso.

El abate de Mazenod, uno de los maestros de ceremonias en el concilio, tuvo ocasión de encontrar allí a varios obispos, entre ellos a Mons. Demandolx. Probablemente le explicó que, siendo designado como uno de los directores del seminario tras la salida fozada de los sulpicianos, debía recibir la ordenación sacerdotal. Se había dirigido al cardenal Mattei, pero éste, al formar parte de los “cardenales negros”, tuvo que dejar París. Como no quería ser ordenado por un “intruso”, buscaba un obispo… Mons. Demandolx se apresuró a ofrecerle sus servicios. El abate de Mazenod aceptó agradecido el ofrecimiento. Sin embargo, había que actuar con prudencia para no revelar las verdaderas razones. Entonces, Mons. Demandolx el 25 de noviembre de 1811 envió una carta al abate de Mazenod, en la que le apremiaba a visitar Amiens y le sugería llevara consigo las cartas dimisorias del obispado de París. Él quedaría encantado de poder ordenar sacerdote al miembro de una familia amiga: “Usted me debe ese favor, no solo a causa de mi antigua relación con su familia, sino también por la amistad que le he testimoniado desde el momento en que tuve la suerte de conocerle… Venga, pues, se lo pido encarecidamente, si la cosa le es posible y si tiene unas dimisorias que le permitan dirigirse al obispo que usted desee” (REY, I, p. 127).

El abate de Mazenod, apoyado en esta invitación bien redactada, obtuvo sin dificultad las dimisorias necesarias para ser ordenado en Amiens. Llegó el 7 de diciembre y se alojó en el seminario; terminó allí su retiro iniciado el 1 de diciembre en Issy. Mons. Demandolx le confirió la ordenación presbiteral en la catedral el 21 de diciembre de 1811. El obispo de Amiens, impresionado por el fervor y el tacto del neosacerdote le ofreció un puesto de vicario general; veía ya en él a su futuro sucesor en la sede de Amiens. Pero éste se había comprometido ya en la dirección del seminario tras la forzada salida de los sulpicianos y no podía en conciencia aceptar la propuesta de Mons. Demandolx. Regresado a París, comenzó a principios de enero de 1812 su trabajo de director y de maestro de ceremonias en el seminario de San Sulpicio.

JOSEF PIELORZ, O.M.I.