Luis Frezza nació en Cività Lavinia, diócesis de Albano, cerca de Roma, el 27 de mayo de 1783. Fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1808, tras sus estudios en el seminario de Roma y en el colegio griego de la ciudad. Arzobispo de Terracina, Sezze y Piperno en 1826, fue nombrado en 1828 arzobispo titular de Calcedonia y secretario de la Congregación de los Asuntos eclesiásticos extraordinarios. Creado cardenal en 1836, lo era ya in pectore desde 1834.

Fue con él sobre todo con quien estuvieron relacionándose los padres Tempier y Mazenod en 1832, cuando el Fundador fue nombrado obispo de Icosia (cf. artículo Icosia). Mons. Frezza fue luego conconsagrante de Mons. de Mazenod en la iglesia de San Silvestre el 14 de octubre de 1832. En 1832 y en el curso de las dificultades surgidas en 1833-1835 con el gobierno francés por haber sido hecho obispo sin previo acuerdo con París, el Fundador escribió diez cartas a Mons. Frezza para ponerle al corriente de los hechos y pedirle consejo.

Mons. de Mazenod le quedó siempre agradecido y consideró al arzobispo de Calcedonia como un amigo. El 9 de marzo de 1833 le escribe, por ejemplo: “Sus numerosas e importantes ocupaciones le han hecho olvidar a un amigo y buen servidor que, por su parte, se acordará siempre de la bondad de usted, de los méritos y de las virtudes que nunca cesaré de admirar. No quiero, con todo, molestar a Su Excelencia con simples cumplimientos; basta a mi corazón y a mi agradecimiento hacer cada día memoria de usted en el sacrificio de la misa; pero me juzgaría digno de reproche si no le pusiera al corriente de mis reflexiones cuando ellas me parecen oportunas para el bien de la Iglesia…” El 18 de enero de 1837 le escribe de nuevo: “Usted será siempre mi amigo de corazón por el afecto que le he profesado, padre mío, y por el respeto que le tengo. Cada día en el santo sacrificio recuerdo que, como obispo, he salido de usted”.

El cardenal Frezza murió el 14 de octubre de 1837 a los 55 años. Mons. de Mazenod subraya ese suceso en su diario los días 25, 26 y 27 de octubre. El 25 escribe: “Me he enterado hoy de la muerte del cardenal Frezza, mi consagrante, mi amigo o más bien mi padre en Dios, aunque tuviera un año menos que yo. He recibido el Espítitu Santo con la plenitud del sacerdocio por su ministerio. En los pensamientos de fe que, gracias a Dios, me dirigen desde esa época, lo consideré, así como a los otros dos prelados que me impusieron las manos, como mis verdaderos padres en Jesucristo. No he dejado un solo día de rezar por ellos en el santo sacrificio, en calidad de tales. La virtud que hay en mí como pontíficie ha emanado de sua almas; ha llegado a mí por ellos. No hay unión más íntima. No hay paternidad semejante a esa, a no ser la del obispo para con el sacerdote”.

De 1839 a 1860 Monseñor de Mazenod menciona unas diez veces en su diario y en sus cartas a Mons. Frezza, a quien siempre llama su consagrante y su amigo. Señala en particular el 29 de abril de 1843 que Mons. Frezza le ofreció en 1833 hacerle nombrar prelado asistente al trono pontificio. Él rehusó porque habría “creído hacer una innovación, al no tener recuerdo de haber visto a un obispo francés decorado con ese título”.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.