La misión Saint-Jean-Baptiste fue fundada en septiembre de 1846 por el Padre Alejandro Taché y el Abad Luis Francisco Laflèche. Se ubica a cerca de 1,500 kilómetros al noroeste de Saint-Boniface, en una isla cerca de la bocana del río Beaver, donde fluye al río  Churchill y la bahía Hudson. De acuerdo al Padre Teófilo Ortolan, o.m.i., Île-à-la-Crosse recibió su nombre de los amerindios que acostumbraban reunirse en el lugar para competir lanzando pelotas o piedras, golpeándolas con un palo en forma de cruz. El nombre se ajusta  al lugar por otra razón. Algunos de los primeros misioneros se convirtieron en obispos: Alejandro Taché, Luis Francisco Laflèche se convirtió en obispo de Trois-Rivières, Enrique Faraud y Vital Grandin.

Première mission de l’Ile-à-la-Crosse

A partir de 1791 fue un importante centro de comercio de pieles, donde miles de amerindios Montagnais y Cree llegaban para vender su mercancía. A su llegada, los misioneros construyeron una casa que medía 12 x 8 metros. Vivían de la caza y pesca y más adelante cultivaron una pequeña hortaliza. Algunos años después de construyó una pequeña iglesia y después un convento escuela, dirigido por las Monjas Grises de Montreal, quienes llegaron en 1860.

Ile-à-la-Crosse (AD)

El Obispo de Mazenod menciona la misión en su correspondencia en algunas ocasiones. Por ejemplo, el 25 de marzo de 1847, escribió al Padre Guigues: “No puedo creer lo que dice el Padre Bremond acerca del descuido del Padre Aubert al fundar estas misiones. Por el contrario, veo que ha enviado al Padre Taché a Île-à-la-Crosse. Sin embargo, suspiro al pensar en tan joven sacerdote, apenas salido del noviciado, separado de nosotros por tan gran distancia.” Muchas estaciones de misión distantes eran visitadas por los misioneros con regularidad: la misión de Portage La Loche, 200 kilómetros al norte, Blessed Margaret-Mary en la ribera del lago Canoe, a cerca de 30 kilómetros al oeste, la de Saint-Julien cerca del lago Green, la de Saint-Raphael cercana al lago Cold al sur, etc. Al principio la misión de Île-à-la-Crosse perteneció a la misión Saint-Boniface y más adelante se transfirió al vicariato apostólico de Saskatchewan (que se convirtió en Saint-Albert en 1871), a Keewatin en 1911 y a la Provincia Saint Mary en Saskatoon, en 1984.

En su reporte al capítulo general de 1920, el Obispo Charlebois escribió: “La misión de   Île-à-la-Crosse es bien conocida… Sus ilustres fundadores, los Obispos Laflèche, Taché (Faraud) y Grandin son suficiente para darle una fama envidiable. Se conservan algunas reliquias en el lugar: un báculo de madera y una mitra en cartulina elaborada por un Hermano para el Obispo Grandin… La misión puede presumir de la iglesia más hermosa en el Vicariato… La población es de cerca de 1,200 católicos.”

En 1946 se celebró solemnemente el centenario de la misión, ante la presencia del Cardenal Juan María Rodrigue Villeneuve, o.m.i., Arzobispo de Quebec. Los Oblatos de Beauval y Buffalo Narrows continúan trabajando en ella.