En una carta al prefecto de Bouches-du-Rhône, el 13 de diciembre de 1841 Mons. Eugenio de Mazenod afirma que la diócesis no posee ningún edificio relevante. La catedral, llamada La Mayor, fue construida en estilo románico en fecha desconocida, antes de la Edad Media. El campanario fue destruido durante la Revolución. El obispo escribe a menudo que ese edificio no es decente y que su estado de degradación va siempre en aumento.

Desde su nombramiento en 1837 empieza a hablar de una nueva catedral digna de una gran ciudad. Durante su viaje a París en noviembre y diciembre de 1837 para prestar juramento al rey como obispo de Marsella, anuncia al rey y al ministro de cultos que va a necesitar una ayuda substancial del Estado para esa obra. Al ministro le pide tres millones de francos. Este le responde que es demasiado. El obispo replica que una ciudad como Marsella, que solo con sus aduanas provee 32 millones, merece bien que se le otorguen 3 para un monumento del que, en opinión de todos, no puede prescindir (ver Diario, 16 de diciembre de 1837).

De 1837 a 1860 Mons. de Mazenod escribió sobre el asunto más de cien cartas al alcalde, al prefecto y a los ministros. El prefecto de Bouches-du-Rhône es favorable al proyecto. El alcalde y el consejo municipal, vacilantes en un principio, dan su consentimiento a condición de no desembolsar nada. En 1844 el obispo empieza a perder la esperanza. Finalmente, en mayo de 1846 el ministro de cultos envía a Marsella al arquitecto Vaudoyer y el consejo municipal se muestra dispuesto a otorgar un millón.

De paso por París a primeros de agosto de 1850, Mons. de Mazenod ve al ministro y se precisa el proyecto. La nueva catedral se construirá en el emplazamiento de La Mayor y del seminario mayor, y tendrá el costo de cinco millones. A su paso por Marsella en septiembre de 1852, Luís Napoleón pone la primera piedra y anuncia un crédito del Estado de 2,500.000 francos. El Sr. Vaudoyer es designado como arquitecto en 1853. En 1854 Mons. de Mazenod se propone consagrar el edificio cuando esté cubierto, pero reconoce que la construcción durará de 12 a 15 años. El 5 de junio de 1855 anuncia al alcalde que la nueva catedral será dedicada al Sagrado Corazón. En 1856 se derriba una parte de la antigua Mayor. En un informe al senado el 18 de marzo de 1858 dice que se ha acabado la cimentación y que la ciudad y el Estado aseguran seis millones y medio. En 1859 y 1860 el obispo comprueba que los muros apenas se alzan tres metros y que va a pasar “un tiempo considerable antes de que quede terminada la futura catedral” (carta al ministro de cultos, 25-9-1859 y 11-12-1860). En 1869 el costo se elevaba ya a diez millones.

Los trabajos duraron 40 años bajo la dirección de los arquitectos León Vaudoyer, Enrique Espérandieu y Enrique Revoil. La catedral se abrió al culto en 1893 en el episcopado de Mons. Luís Robert. El 24 de enero de 1896 fue erigida como basílica menor por el Papa León XIII bajo la advocación de Santa María la Mayor. Fue consagrada el 6 de mayo de 1897. El 8 de mayo se lee en el diario L’Univers que es “una alegre floración de cúpulas que acaba de consagrar, al borde las olas, el piadoso obispo de Marsella. Tal vez nunca el arte bizantino mitigado de arte románico haya producido una obra a la par tan imponente y tan graciosa”.

El 7 de mayo de 1897 se trasladaron a la cripta funeraria de la nueva catedral los restos de los obispos de Marsella. Al sacar del panteón de la antigua Mayor el féretro de más de dos metros de largo de Mons. Eugenio de Mazenod los obreros exclamaron: “¡Qué grande era!”. “Decían más verdad de lo que pensaban, comenta el redactor de Missions O.M.I. El ataúd que tocaban con sus manos y sostenían sus brazos contenía, en efecto, el despojo mortal de uno de los más grandes obispos de este siglo y de todos los siglos […] Esperamos que el santo pontífice, cuyo cuerpo íntegramente conservado descansa desde hace unos días al pie del altar, en la cripta funeraria de los obispos de Marsella, en un futuro que Dios conoce y que nosotros aguardamos con confianza, será objeto de un nuevo traslado”.

Cuando la beatificación de Mons. de Mazenod en 1975, el cuerpo fue depositado en un sepulcro colocado bajo el altar de la capilla en el ábside de la catedral.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.