1. Escolasticado de 1854 a 1864
  2. Necesidad de esta casa, construida de 1852 a 1856
  3. El personal docente y los estudios
  4. Los escolásticos y la formación religiosa y apostólica
  5. Cierre del escolasticado y venta de la casa, 1862-1864

Escolasticado de 1854 a 1864
En su correspondencia a fines del siglo XIX los oblatos hablan a menudo con nostalgia de Montolivet. Se trata del escolasticado situado en el barrio de Montolivet en Marsella, meseta bastante elevada al sudeste de la ciudad.

Necesidad de esta casa, construida de 1852 a 1856

El seminario de Marsella, situado cerca del viejo puerto, había hospedado a los escolásticos durante 19 años, pero poco a poco la casa se fue volviendo demasiado pequeña para acoger a los seminaristas y a los estudiantes oblatos. La Congregación tenía un terreno junto al seminario, donde se pensaba construir el escolasticado, pero en 1850-1852 las autoridades civiles y religiosas decidieron alzar allí la nueva catedral y compraron ese terreno.

El P. Henry Tempier compró entonces una propiedad en Montolivet y empezó a construir en ella, a partir de 1852 una amplia casa que formaba un rectángulo. Ya en octubre de 1854 más de 40 escolásticos pudieron alojarse en las dos alas ya terminadas; pero los trabajos de construcción prosiguieron hasta 1856 y los de acondicionamiento de las huertas, hasta la salida del P. Tempier para París en 1861.

La administración general estaba sin residencia precisa desde 1823. El Superior general recibía en el obispado, el primer asistente en el seminario, el secretario general en el Calvario y los asistentes generales en las diversas casas de Francia. El nuevo edificio pasó a ser la casa general donde el Fundador y los asistentes tuvieron por lo menos sus habitaciones, donde se tuvo el capítulo general de 1856 y donde se reunían las comunidades de Marsella y de Aix para las principales fiestas de familia.

De 1856 a 1862 bastantes Hermanos hicieron allí también el postulantado y aun el noviciado, pues más de 20 tomaron el hábito allí.

El personal docente y los estudios

El P. Tempier fue superior de la casa de 1854 a 1861 y el P. Florent Vandenberghe durante el año escolar 1861-1862; pero 23 Padres pasaron allí uno o dos años como profesores o directores.

Ya el primer año el Fundador escogió un personal ilustre, compuesto de profesores competentes, tales como, a más del superior y primer asistente general, los Padres Casimiro Aubert, provincial del sur, Antonio Mouchette, ecónomo provincial, Carlos Baret, eminente predicador y profesor de dogma y de elocuencia, y Marco Antonio Sardou, profesor de filosofía y ecónomo local. Desgraciadamente, esos profesores estaban demasiado ocupados en trabajos de administración y predicación para interesarse por los alumnos fuera de las clases. Desde 1856 y hasta la muerte del Fundador se sucedieron profesores jóvenes, más cercanos a los alumnos, pero que en general no amaban el profesorado y no estaban preparados para su tarea. Solo los profesores de moral eran bastante maduros y fueron más estables: los PP. Jerónimo Pont de 1856 a 1859 y Enrique Lancenay en 1855-1856 y de 1859 a 1861. Tras la muerte de Mons. de Mazenod el personal se renovó por completo con hombres de experiencia, pero de nuevo esos Padres, ya muy metidos en la predicación, se dieron a ésta con más celo que a sus tareas de profesores.

Casi todos los juicios emitidos sobre los estudios en Montolivet son negativos. La sobrecarga de trabajos y la falta de afición y de preparación de los profesores no podían entusiasmar a los estudiantes ya poco inclinados al estudio. Por los informes del moderador sabemos que unos 10 escolásticos debieron dejar la Congregación a causa de insuficiente capacidad; la mayoría pasaban por tener talento “mediano” o “suficiente”. A ello se añadía una situación de conjunto poco favorable al estudio, como la presencia de los obreros y los albañiles hasta 1856 y sobre todo el hecho de que muchos escolásticos salían de los seminarios con uno o dos años de teología y permanecían poco en Marsella.

Con todo, la biblioteca estaba bien surtida, y se seguían los manuales y los métodos de enseñanza y de examen del seminario que entonces tenía un cuerpo profesoral estable, muy unido y bien preparado. La vida intelectual de Montolivet parece, pues, menos caracterizada por la pobreza de manuales y métodos que por la falta de capacidad y de interés de los alumnos.

Los escolásticos y la formación religiosa y apostólica

Se cuentan entre 30 y 40 escolásticos cada año. En 8 años pasaron por Montolivet unos 170: 77 quedaron allí menos de un año; 57 dos años; 28 tres años y unos 10 pasaron cuatro o cinco años. 125 habían hecho el noviciado en Nuestra-Señora de l’Osier y unos 30 en Nancy, y algunos venían de Inglaterra, Irlanda, Italia, Canadá, Bélgica y Alemania.

122 fueron ordenados sacerdotes en la Congregación; hubo, pues, una perseverancia de más del 70 % en el escolasticado. Alrededor de 60 quedaron en Francia y otros tantos salieron para la provincia anglo irlandesa y para el extranjero, donde fueron ardientes misioneros.

En efecto, si las apreciaciones sobre los estudios son severas, son en cambio muy lisonjeras respecto a la vida religiosa y a la preparación al ministerio. “Comunidad modelo”, “fervientes religiosos”, “santa casa”, “centro de edificación” son expresiones que repite Mons. de Mazenod tras cada una de sus numerosas visitas, y que el moderador confirma en sus informes.

El mérito de esa situación debe atribuirse al P. Mouchette, compañero de noviciado del P. José Gérard, que fue moderador de 1854 a 1861. Se proponía “perfeccionar al hombre religioso en los jóvenes oblatos y preparar en ellos al obrero apostólico” (Notice historique, 1857-1858). Se esforzó constantemente por explicar el sentido de las virtudes religiosas y por darles ocasión de ejercitarlas, especialmente la caridad, la humildad y la mortificación, según la letra de la Regla y la voluntad del Fundador.

Mons. de Mazenod lo acompañó de cerca y lo felicitó a menudo, aunque personalmente se interesaba mucho por el progreso espiritual de cada uno. Cada semana el P. Mouchette debía darle cuenta de los escolásticos, con los que él tuvo encuentros personales al menos en 1855 y 1858. Pero nunca dejaba de ir a saludarlos antes o después de sus viajes; aceptaba presidir las ceremonias de los votos y las fiestas oblatas y realizaba todas las ordenaciones. A Montolivet también fue adonde hizo una de sus últimas salidas el 20 de abril de 1861.

Cierre del escolasticado y venta de la casa, 1862-1864

Durante el año escolar 1861-1862 la desavenencia entre el nuevo obispo de Marsella, Mons. Patricio Francisco María Cruice, y las autoridades oblatas aumentó hasta el punto que el P. José Fabre, elegido superior general en diciembre de 1861, decidió establecerse en París con su administración. Juzgó conveniente, para apaciguar los ánimos acalorados, ceder todo lo posible sin perjudicar los intereses indispensables de la Congregación y abandonar incluso lo que no era objeto de discusión como Nuestra-Señora de la Garde y Montolivet.

La salida de los escolásticos entra en el marco general de esa política. Los títulos de propiedad de Montolivet nunca se discutieron, pero convenía disminuir el número de oblatos en Marsella. Ahora bien, en la primavera de 1862 se supo que el obispo de Autun, Mons. Marguerye, quería vender una espaciosa casa que acababan de dejar las Damas del S. Corazón. La adquisición de ese edificio se hizo el 15 de julio, y el P. Tempier mandó hacer en seguida las reparaciones más urgentes, mientras que en Marsella se embalaban los libros y la ropa y se cargaban algunos vagones de material destinado al nuevo escolasticado de Autun, donde empezó normalmente el año escolar 1862-1863.

Algunos Padres y Hermanos se quedaron en Montolivet para guardar la casa, puesta en venta. Fue comprada por el Estado en 1864 para ser puesta a disposición del seminario mayor.

El cronista de Missions escribe en la ocasión: “El 17 de octubre [1864] los seminaristas de Marsella entraron en Montolivet, que pasó a ser el seminario mayor de la diócesis. Los lazaristas ya se habían instalado allí los primeros días del mes. El P. Tempier era quien el 15 de octubre de 1854 había tomado posesión y había presidido la instalación de nuestros hermanos escolásticos. Y él aceptó la misión de cumplir todas las formalidades exigidas para la cesión de esa magnífica residencia al obispado de Marsella. Lo ha efectuado con perfecta resignación y dejó Montolivet el 15 de octubre de 1864.

“Es un ejemplo de abnegación que debemos conservar para la edificación de todos. Las Congregaciones religiosas participan en los destinos de la Iglesia; como la divina Esposa de Jesucristo, tienen que seguir una ruta a veces regada con lágrimas; sus tiendas no permanecen siempre en los mismos lugares; si hallan bajo la mano de la Providencia un poderoso amparo, no por eso tienen menos sacrificios que cumplir; pero, fieles al culto de los recuerdos, no olvidan la cuna donde reposaron. ¿Qué oblato, hijo de Montolivet, podría perder la memoria de los beneficios recibidos en esa casa, consagrada por nuestro Fundador y tantas veces santificada por su presencia?” (Missions, 1864, p. 605).

YVON BEAUDOIN, O.M.I.