El Escolasticado Saint Joseph en Ottawa fue el primero de los Oblatos en el continente americano. Al principio tuvo un largo período de inestabilidad de 1843 a 1845. Desde su llegada a Canadá el 2 de diciembre de 1841, los Oblatos tuvieron en mente el reunir aspirantes. Ese día el Obispo Ignacio Bourget de Montreal dispuso que su secretario personal, el P. Dámaso Dandurand les ayudara a familiarizarse con la forma de vida en el país. El 24 del mismo mes, el joven solicitó ser admitido a la Congregación (ver Carrière, Gastón, o.m.i., Dictionnaire biographique…, I, pág. 248). Dos años después ingresarían los primeros escolásticos.

 

Ottawa, scolasticat de Saint-Joseph (AD)

De hecho, en octubre de 1843, al regresar el Padre Adrián Telmon del capítulo general, trajo consigo a dos escolásticos: Nicolás Laverlochère y Augusto Alberto Brunet, quienes terminarían sus estudios en Longueuil, única casa de la Congregación en Canadá en ese tiempo, bajo la dirección del Padre Juan Francisco Allard (ver Les Fêtes du scolasticat, pág. 12).

Colegio de Bytown
El Obispo Bruno Guigues, superior de los Oblatos y recientemente asignado a la sede de  Bytown, inició el seminario mayor en la residencia del obispo, uniendo a los escolásticos Oblatos con los seminaristas (1848). Algunos meses después, el Obispo Guigues inauguró un colegio que encomendó a los Oblatos, donde ubicó a sus seminaristas y a los escolásticos, quienes bajo la dirección de los Oblatos, continuaron sus estudios ayudando además en el colegio, que era una práctica común en los colegios de la época y seminarios menores a cargo del clero.

Lo anterior tenía algunas ventajas. Además de la ayuda en el colegio a cargo de la Congregación, fomentaba la integración de los escolásticos en su ambiente, les permitía experimentar el ministerio y desarrollar su personalidad y sentido de responsabilidad. Sin embargo, era inusual y temporal. Se buscaron diferentes soluciones y se pensó que sería buena idea enviar a los escolásticos a formarse en Europa, que mejoraría sus estudios y fortalecería el lazo de unión entre ellos y toda la Congregación. De hecho, uno de ellos fue enviado eventualmente. Por algún tiempo, se tomaba un año de filosofía en Lachine. También se analizó la posibilidad de tener el escolasticado en Hull, Buffalo o Saint-Pierre en Montreal. Sin embargo, por largo tiempo se creyó mejor que permaneciera en Bytown. Desde entonces ha tenido el nombre de Escolasticado Saint Joseph (ver Carrière, Histoire documentaire… VII, pág. 68), otorgado por el entonces Superior General, Padre José Fabre (ver Les Fêtes du scolasticat, pág. 60).

En esa época hubo nueve moderadores de escolásticos, todos franceses excepto uno y todos conocidos por ser de la mayor calidad: los Padres Pedro Aubert, Enrique Tabaret, Próspero Boisramé. etc. Cerca de cien Oblatos recibieron su formación al sacerdocio en el escolasticado canadiense en ese tiempo (ver Notes d’histoire, Richelieu, 1947, Manu).

Edificio propio
Llegó el día en que el número de escolásticos llevó a decidir construir una casa para ellos solos. Se decidió construirla en el campo, en un terreno perteneciente al colegio a las orillas de la ciudad, en Archville, municipio que más adelante se llamaría Ottawa del este y que se integraría a la ciudad de Ottawa. Sabemos que el Fundador siguió instando a los Oblatos a establecerse en Ottawa, “una ciudad con futuro”, como dijo con un punto de vista casi profético (carta al Padre Juan Bautista Honorat, Marzo 1°, 1844). No solo la humilde aldea de esa época se convertiría en la actual Ottawa, capital de Canadá, sino que toda la región puede ser considerada una “auténtica metrópolis del mundo Oblato, reuniendo a 500 de ellos de numerosas Provincias y donde están representadas todas las obras Oblatas: la Comisión para las misiones Indias y Esquimales, seis parroquias, una casa de retiro, imprenta y estación de radio, el centro católico, instituciones educativas y casas de formación de varios tipos, un juniorado, un noviciado, dos escolasticados, un centro pastoral, un colegio, un seminario mayor y finalmente la gran Universidad Oblata”.  (Études oblates, 1960, pág. 89). Se ha recalcado que su ubicación geográfica ofrece al joven Oblato “la ventaja de crecer en este ambiente intensamente internacional, fuente de fe invencible de la Congregación y de audacia apostólica, que ha vencido el paso del tiempo”. (ibid.).

Personal
El 1° de septiembre de 1885, el tesorero, Padre Égide Van Laar, rodeado de algunos Hermanos, celebró Misa por primera vez en el nuevo edificio de Archville. El Padre José Mangin, superior, tomó posesión oficialmente tres días después. Finalmente, el 8 de septiembre, fiesta de la Virgen, llegaron veintiocho escolásticos a vivir en el lugar, uniéndoseles cinco novicios al día siguiente. (ver Les Fêtes… pág. 23).

Al menos al principio, el personal del escolasticado estaba conformado principalmente por canadienses, pero pronto sería internacional, con americanos y europeos: franceses, alemanes, irlandeses, belgas y polacos. Seguirían llegando de diferentes países hasta 1917 y de nuevo después de 1930, con escolásticos americanos, belgas y africanos provenientes de las provincias y vicariatos de Canadá.

Desde su inicio, el fruto del escolasticado ha sido de cerca de 1,500 sacerdotes para la Iglesia y la Congregación. Cerca de un tercio de ellos han ido a las misiones. El resto trabajó en lo que ahora es la Provincia de Notre-Dame du Cap o en apoyo de las Provincias Oblatas del país. Entre sus antiguos estudiantes encontramos a: Cardenal Rodrigo Villeneuve, Cardenal Francisco George, a los Obispos Agustín Dontenwill, Ovidio Charlebois, José Guy, José Bonhomme, Martín Lajeunesse, Ubaldo Langlois, Enrique Belleau, Luis Collignon, Marco Lacroix, Leonel Scheffer, Julio Leguerrier, Juan Taylor, Jorge Dion, Enrique Légaré, Alberto Sanschagrin, Reinaldo Rouleau, Vicente Cadieux, Gilles Cazabon, Claudio Champagne. Debemos añadir al Arzobispo Adán Exner, quien fue miembro de la comunidad como sacerdote estudiante. La Congregación también recibió tres Superiores Generales del lugar: el Obispo Agustín Dontenwill, los Padres León Deschâtelets y Fernando Jetté y como miembros de la Administración General a los Padres: Servulo Dozois, Antimo Desnoyers, Estanislao Larochelle, Andrés Guay, Lorenzo Roy. Francisco George, Tomás Manyeli y Alejandro Motanyane, sin mencionar a los numerosos Provinciales y vicarios de misiones en diferentes partes de la Congregación.

No sería posible mencionar a todos, tanto sacerdotes como Hermanos que contribuyeron a construir la comunidad. El autor del artículo en Vie Oblate Life (1986, pág. 50) dice: “El crédito deben recibirlo antes que nada los pioneros, principalmente franceses, que fueron maestros y más que nada, precursores. A partir de cuando fueron reemplazados por los canadienses, uno sobresale, quien por dos décadas fue el punto de confluencia y catalizador, el “padrecito” Rodrigo Villeneuve”.

Organización y vida comunitaria
El ambiente mismo del escolasticado St. Joseph estaba marcado profundamente por su asociación con la Universidad de Ottawa. Aun cuando el escolasticado ya se encontraba en un edificio aparte, la conexión siguió siendo fuerte. Así lo declaró el Padre Amado Martinet, asistente general, en su acta de visita en 1881: “La universidad nos aporta ciertas ventajas; es por ello que el escolasticado no solo está afiliado a ella, sino que es una parte integral.” De hecho, desde que la Universidad recibió la cédula pontificia en 1889 y hasta 1932, debido a la reorganización requerida por la constitución apostólica Deus scientiarum Dominus, las facultades eclesiásticas eran prácticamente idénticas a las del escolasticado, que condicionaban en forma natural el manejo de la casa. El Codex Historicus del 8 de septiembre de 1891, anota: “desde el punto de vista de los estudios, nuestros Hermanos deben prepararse para sus carreras… nos hemos visto forzados a cambiar nuestro horario para incluir más clases.”

Para facilitar el desarrollo de las facultades eclesiásticas, llegó el tiempo en que una parte del terreno del escolasticado fue cedido para la construcción del seminario eclesiástico y más adelante, para establecer las Sedes Sapientiae, donde se alojaban las facultades de los escolásticos de las que parte del profesorado provenía. Este arreglo permaneció relativamente sin cambios cuando las facultades eclesiásticas conformaron la Universidad Saint Paul dirigida por los Oblatos, quienes dejaron  las demás facultades a la nueva Universidad de Ottawa, sin ser ya responsabilidad de la Congregación.

Para completar el intenso clima intelectual, había una formación pastoral adecuada, con clases sobre misiología, de predicación, e incluso en una ocasión, un seglar dio lecciones de elocución. Había mucha colaboración en la predicación, liturgia y catecismo con la parroquia Holy Family, anexa a la Universidad, donde los escolásticos podían iniciarse en el ministerio. Por mucho tiempo se interrumpió el ciclo de estudios del novicio por un año de regencia, durante el cual tenía un primer contacto  con el ministerio antes de retomar sus estudios y reflexionar sobre su experiencia.

Un factor muy importante de la formación pastoral durante cincuenta años fue la Asociación Saint John the Baptist que fue iniciada por los escolásticos mismos y el primer artículo de las constituciones declaraba: “El objetivo esencial de la Asociación Saint John the Baptist es preparar a los escolásticos de habla francesa del Escolasticado Saint Joseph para una vida apostólica efectiva, iniciándolos poco a poco, a la luz de los principios de una teología y filosofía sanas, en los serios problemas sociales, religiosos y nacionales, cuyo conocimiento es esencial especialmente en nuestros días, para el celo de nuestro clero franco-canadiense.”

Al igual que en todas las instituciones de este tipo, el escolasticado contaba con varios grupos y organizaciones. El Servicio real influenciaba a los Oblatos de Montmartre, con el objetivo de promover la devoción al Sagrado Corazón; el Servicio marial para la devoción a la Santísima Virgen; el movimiento litúrgico se encargaba de la música sacra y del canto; el servicio misionero mantenía contacto con los antiguos estudiantes en las misiones; el Aide intellectuelle missionnaire, proporcionaba libros a los Oblatos y otros en las misiones…

Por supuesto había, hablando en forma estricta, la formación Oblata como un factor integral para toda esta preparación apostólica. Como elemento especial para ayudar en esta área, tuvimos el privilegio de tener una reliquia del corazón del Obispo de Mazenod. La devoción al Fundador tuvo diferentes expresiones, de la cual la más notable son los archivos del Escolasticado Oblato, que se convertirían en los Archivos Deschâtelets. Actualmente son, en conjunto con los Archivos en Roma, los más extensos en toda la Congregación. Fue a partir de ellos que el periódico Études oblates (actualmente, Vie Oblate Life) tuvo su inicio, extendiéndose ahora a toda la Congregación.

Expansión
Una casa tan llena de vida no podía más que ampliar su influencia. Pronto el vecindario del escolasticado se convirtió en la parroquia Holy Family, fundada en 1901, que a su vez dio origen a la parroquia Canadian Martyrs en 1930, atendida por los Oblatos de la Provincia  Saint Peter (ver Carlos Bruyère, Paroisse Sainte-Famille, 1901-1981)

El proceso de inserción al ambiente local atrajo de forma natural para formar parte del personal del escolasticado a hombres de la talla del Padre Carlos Charlebois. La casa tenía algo de influencia en la creación de empresas tales como la French Canadian Educational Association de Ontario y el periódico Le Droit d’Ottawa, ambos de gran ayuda para los católicos de habla francesa en Ontario (ver Carrière, Dictionnaire biographique, I, pp. 184-185, Lorenzo Tremblay, o.m.i., Entre deux livraisons, pág. 12).

Además, en 1911, el escolasticado dio origen a los retiros cerrados fundados en la diócesis de Ottawa. Dichos retiros se realizaron en el escolasticado durante las vacaciones, por quince años, hasta la construcción de una nueva unidad que los recibió en forma permanente. (ver J.-P. Archambault, s.j., Les retraites fermées, Montreal, 1915, pp. 88-89).

El escolasticado también recibió a las Hermanas del Sagrado Corazón a su llegada de Francia, siendo co-operadoras en la tarea del escolasticado de 1862 a 1969, cuando las reemplazaron las Hermanitas de la Sagrada Familia. En 1904 abrieron un noviciado construido en terreno del escolasticado y de ahí las Hermanas saldrían para formar lo que son las dos Provincias de su Congregación en Canadá.

Hemos mencionado ya la influencia recíproca entre la Universidad de Ottawa y el escolasticado en nuestra labor universitaria. En 1931 se estableció en el escolasticado el primer secretariado del Revue de l’Université d’Ottawa. En 1929 desde ahí se lanzó la Société thomiste d’Ottawa, reuniendo profesores de varias casas de formación de la región. Más adelante, en 1947, el Padre Marcelo Bélanger fundó la Société canadienne d’études mariales.

El espíritu misionero que prevalecía en el escolasticado trajo la primera Semaine d’études missionnaires du Canada (semana de estudios de misión de Canadá), realizada en la casa en 1934. Alrededor de esa misma época, el Padre José Étienne Champagne fundó el Instituto para estudios misioneros de la Universidad de Ottawa, que a su vez dio inicio a varias publicaciones, dos de ellos periódicos: Antropologica y Kerygma.

Ottawa, édifice Deschâtelets (AD)

Edificio Deschâtelets
El edificio sufrió varias modificaciones sucesivas. La más reciente (1967-1968), fue debida al cambio de propósito de la casa. Los escolásticos eran menos numerosos y la preparación al sacerdocio se realizaba más frecuentemente conviviendo como equipo, por lo que se formaban comunidades más pequeñas. El espacio liberado entonces estuvo disponible para estudiantes, sacerdotes, religiosos y religiosas que frecuentan la Universidad Saint Paul, ubicada en la orilla de la propiedad.

Se le dio el nombre de Edificio Deschâtelets en honor al Padre León Deschâtelets, antiguo superior de la casa, quien fuera Superior General de la Congregación por veinticinco años. Actualmente la casa tiene una actividad efervescente. El personal está conformado por casi cincuenta Oblatos, Padres y Hermanos y cerca de cien estudiantes provenientes de Canadá, EU, Europa, África y Asia. A través de ellos, la casa continúa su influencia internacional al servicio de la Iglesia.

Mauricio Gilbert, o.m.i.