En diciembre de 2022, os Misioneros Oblatos de María Inmaculada celebran los 25 años de su presencia misionera en Cuba.

Extracto de un artículo de Tomasz Szafranski OMI


Encarnarnos en el Pueblo y en la Iglesia de Cuba – este fue el primer objetivo que se propuso el primer grupo misionero que llegó a la Isla día 15 de diciembre de 1997.

Los Oblatos ya desde los años 70 del siglo pasado fueron invitados para fundar su misión en Cuba, pero por diferentes motivos hasta el año 1995, en la reunión Intercapitular, los Superiores Mayores aceptaron el compromiso, encomendando a la Provincia de Haití asumir esta nueva misión. Aconsejados por los obispos de Cuba se sumó a esta responsabilidad también la provincia mexicana.

La misión de Cuba fue promulgada oficialmente por el Superior Provincial de México, P. Vicente Louwagie OMI, el 26 de Julio de 1997 en una celebración Eucarística en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México.

Así empezó la nueva aventura oblata en Cuba. El grupo misionero se componía de 6 oblatos: 4 sacerdotes y 2 escolásticos. Estos son nuestros hermanos que empezaron la nueva etapa en la historia de la misión oblata: P. Gilberto Piñón G. superior de la nueva misión (México), P. Pablo Fuentes H. (Argentina), P. Adrián Difícil M. (Haití), P. Daniel Díaz D. (México), dos escolásticos haitianos Claudio Gilbert y Ocelin Civil. Después de su llegada los oblatos participaron en un taller de inculturación para todos los agentes extranjeros que habíamos ingresado a Cuba ese año, organizado por el Sr. Obispo Emilio Aranguren Echeverría., en ese tiempo obispo de Cienfuegos. Aquí nos gustaría agradecer mucho a Mons. Emilio por recibir y acompañar a los oblatos a su llegada a Cuba.

Celebración de los 25 años de los oblatos en Cuba, parroquia Jesús Nazareno en los Palacios, Pinar del Río.

Aunque el día de hoy ya no hay presencia oblata en estos lugares, vale la pena mencionar las tres misiones donde empezaron los oblatos en Cuba: Parroquia de San José, Abreus, Cienfuegos, Diócesis de Cienfuegos; Parroquia de San José, Martí, Matanzas, Diócesis de Matanzas; Parroquia de San José, Yaguajay, Sancti Spiritus, Diócesis de Santa Clara.

El inicio del año de 1998 fue lleno de la alegría y la esperanza por la visita del Papa Juan Pablo II en Cuba, hubo un regreso grande de fieles a los templos y casas misión también los números de varios sacramentos aumentaron.

En agosto de 1999 los oblatos tomaron la decisión de dejar la misión en Cienfuegos y empezar un nuevo compromiso en la Arquidiócesis de La Habana, en la parroquia de San Isidro, Managua. Este cambio nos permitió acompañar al hermano Jesús Ernesto, que decidió quedarse en Cuba y aquí continuar sus estudios teológicos en el Seminario Nacional de San Carlos. En el año 2003 fue ordenado diácono en la Parroquia de San Isidro de Managua por el Cardenal de La Habana Jaime Ortega y posteriormente ordenado sacerdote en México.

En el año 2000 se realizó el Congreso Oblato en México, que permitió hacer una evaluación de la misión en la Isla. Los oblatos de Cuba como su mayor desafío determinaron: ¿Cómo ser Misionero Oblato en el aquí y ahora en Cuba?

Celebrating 25 years of presence of the Oblate Missionaries in Cuba. Parish Virgin of Carmen de Cojimar in Havana.

Esta pregunta expresa la búsqueda de los misioneros por encontrar su lugar en la Iglesia Cubana y por mantener el personal necesario para la misión. Los años que siguieron trajeron grandes dificultades en este campo. Tuvimos varios oblatos que por un tiempo apoyaron la misión, pero por diferentes motivos (salud, situación personal, dificultades de vivir y realizar pastoral, …) regresaron a sus provincias.

En noviembre del 2003 se realizó el Congreso Oblato de la provincia de México donde fue elegido Provincial el P. Gilberto Piñón, y así tuvo que salir de la Misión en enero del 2004. Con esta elección, fue nombrado el padre Adrián como nuevo superior de la misión.

El año 2005 nos trajo una invitación para una nueva misión en la diócesis de Pinar del Río. Los oblatos se restablecieron en la comunidad de Los Palacios, donde hasta día de hoy siguen realizando su misión.

El año siguiente se decidió dejar la misión de Matanzas. También en este año 2006, el superior de la misión, padre Adrián, decidió regresar a su provincia de Haití. El padre Daniel fue nombrado administrador de la misión de Cuba y posteriormente confirmado como nuevo superior. En mismo año la provincia de Haití dio por finalizada, por el momento, su participación en la misión de Cuba por no tener personal disponible y la Provincia de México asume entonces la administración de la misión.

Estos cambios, aunque difíciles y exigentes, nos ayudaron a confirmar nuestro compromiso en la misión cubana, pues en el año 2007 celebramos diez años de la llegada de los oblatos a Cuba.

En 2011, el  padre Alberto asumió la responsabilidad de la misión. A finales de marzo 2012 llegó a Cuba el Papa Benedicto XVI, nos movilizamos desde toda la Isla a las celebraciones que marcan otro hito en la vida de la Iglesia cubana; se abre una participación más amplia en la vida de las comunidades.

También es año de otros cambios, con la presencia del P. Provincial y el Consejero para América Latina, P. Miguel Fritz, se decidió regresar a La Habana y concluir la misión en Yaguajay que fue de las primeras en asumir nuestra estancia en Cuba. Se aceptó una nueva misión en la provincia de Mayabeque: las parroquias de Catalina de Güines y Aguacate. En agosto llegaron para sumarse a la misión el padre Loorthusami de la India y el diácono Isidro desde México, el cual, el año siguiente regresó a su país. Por tiempo muy corto contamos con la presencia del padre Florencio Robles (México) y el año 2013 del P. Gerardo Lestrat de Canadá.

El año siguiente, 2014, también nos trajo cambios, el padre Hugo regresó a Perú y se incorporaron nuevos misioneros para poder mantener la misión de Cuba. Llegaron los padres: Roger Halle (USA), quien, hace 25 años, como provincial de Haití aceptó abrir la nueva misión en la Isla y Wilmar Gama (Brasil). En marzo del 2015 el padre Loorthusami recibió su nueva obediencia para México y de allá vino el Hno. Darío Pérez (Guatemala) quien, en corto tiempo, fue ordenado diácono aquí en Cuba. Más tarde llegó el padre Ulises Silva (México) recién ordenado sacerdote en San Antonio Texas.

El año 2015 nos trajo la visita de Papa Francisco para animar nuestra fe y también la propuesta del cardenal Jaime Ortega Alamino para asumir tres parroquias en la zona de las playas del Este en Habana Capital.

Al comienzo del año 2016 se nombró al P. Wilmar Gama como animador de la misión de Cuba. El padre general Luis Lougen nos visitó en el 2017. Después de visitar las comunidades que atendemos tuvimos una reunión sobre: el discernimiento de la misión, la cuestión del personal, la casa, los laicos y los desafíos en Cuba. Su visita de 5 días nos dejó gratificados y esperanzados. Es el año donde con agradecimiento se celebró el XX aniversario de la llegada de los oblatos a Cuba.

A mediados de mayo del año 2018 se realizó en Peñalver, La Habana, la segunda reunión de los laicos asociados del país con una participación numerosa de las comunidades actuales y pasadas con presencia oblata.

Después de varios años llegó de nuevo a la misión el padre Gilberto para acompañar a la comunidad de Los Palacios. La comunidad de La Habana se trasladó a Cojímar en el año 2019. Desde este lugar se siguen atendiendo las comunidades de La Habana del Este. También el mismo año llegó primer oblato de Sri Lanka, el padre Shihan Shanaka. En el año 2020 dejó la misión el padre Gilberto y también el padre Alberto, quien, después de casi 17 años en la misión de Cuba, recibió su nueva obediencia para la casa de formación en Guatemala.

En marzo del 2020 llegó a Cuba la pandemia de Covid-19, obligando a cerrar los templos, pastorales y mantenernos en casa. En Cojímar al padre Wilmar lo acompañaban dos prenovicios de Brasil: Jassiel y Cleber. A los padres Roger y Shihan en Los Palacios el escolástico Rony de Guatemala para su regencia misionera.

El padre Nicolás Harding de Estados Unidos llegó en el año 2021 para apoyar la misión por un año.

En el año siguiente 2022 recibió su nueva obediencia el padre Tomasz Szafranski originario de Polonia para la misión en Cuba, después de unos meses, fue nombrado superior de la misión. A finales de octubre llegó otro polaco, el padre Ireneusz Dampc, que después de varios años en China vino a trabajar en la misión cubana.

Este año nos permite, poco a poco, atender más a nuestras comunidades e ir abriendo espacios pastorales. Nos acompañaron en el verano dos escolásticos Gabriel y Doroteo y también está con nosotros, en su año de regencia misionera, el escolástico Jacobo de México y el joven padre Justin de Sri Lanka, quien desde Cuba está esperando poder arreglar su visa para ir a México.

Encarnarnos en el Pueblo y en la Iglesia de Cuba.  El que fue asumido, hace 25 años, como el objetivo más importante, por los pioneros de la misión en Cuba, lo sigue siendo, para los misioneros que continúan en la Isla. Hoy los que estamos en esta misión sentimos la importancia de continuar esta aventura misionera que nuestros hermanos iniciaron hace 25 años. Estamos agradecidos a cada uno de ellos quienes han dejado sus huellas y nos han marcado las direcciones para continuar sembrando la semilla del Evangelio en los corazones de la gente de esta hermosa Isla. Agradecemos a tantas personas, creyentes y no creyentes, que nos han acompañado a lo largo de estos 25 años, que nos han recibido y ayudado a poner nuestras raíces en Cuba. Damos gracias a la Iglesia Cubana: a los obispos, a los hermanos sacerdotes diocesanos, a las religiosas y los religiosos y a todo el Pueblo de Dios por ayudarnos y acompañarnos en estos años. ¡Gracias!


Mi agradecimiento a los padres: Gilberto Piñón, Daniel Díaz y Alberto Montiel por sus relatos históricos que me permitieron escribir este artículo.