BANGLADÉS

Por Sumon Corraya (AsiaNews)

Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en Bangladés marcaron el inicio de su 50º aniversario en el país, con una solemne celebración eucarística.

Este año supone el inicio de los 50 años de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en Bangladés. Sus Bodas de Oro se inauguró con una solemne ceremonia eucarística celebrada el 29 de julio de 2022 en Lokhipur, parroquia del distrito de Moulvibazar, en la región noreste del país.

Desde su llegada hace casi medio siglo, han sido testigos del Evangelio en un país de mayoría musulmana, centrándose en las comunidades tribales y los inmigrantes, además de formar a los jóvenes aspirantes al sacerdocio en el seminario nacional.

Como muestra de la importancia del evento, unas 500 personas asistieron a la misa del pasado viernes, entre ellas dos obispos, numerosos sacerdotes, religiosas, religiosos, seminaristas y cientos de fieles laicos.

La misión oblata dio sus primeros pasos en Bangladés el 29 de julio de 1973, tras un acuerdo entre el entonces arzobispo de Dhaka, Mons. Theotonius Amal Ganguly, el P. Lucian SCHMITT, entonces provincial de la Provincia de Sri Lanka, y el P. Dalston FORBES, entonces Consejero general para Asia.

El P. Ajit Victor COSTA, actual Superior oblato en el país, dijo que una de las tareas iniciales fue la enseñanza en el seminario mayor de Bonani y la formación del clero local, combinada con la atención pastoral a los miembros de habla inglesa en las parroquias locales.

Si en el pasado muchos sacerdotes eran extranjeros, hoy en día la mayoría son locales. De los 31 sacerdotes oblatos activos en Bangladés, dos son indios y el resto bangladesíes, incluidos seis que son misioneros en el extranjero. Hoy los oblatos trabajan en cuatro diócesis (Dhaka, Chattagram, Sylhet y Rajshahi) y en siete parroquias. Su contribución es especialmente significativa en la educación.

La Congregación también puede presumir de su primer obispo, el arzobispo Bejoy D’CRUZE de Dhaka, actual presidente de la Conferencia Episcopal de Bangladés.

Al principio, el principal reto para los primeros misioneros OMI era adaptarse al país, hoy es “encontrar fondos para continuar el trabajo pastoral”, explicó el P. Costa.

Casi 50 años después del inicio de la misión, los sacerdotes trabajan en siete parroquias repartidas en tres diócesis diferentes, dirigen dos escuelas secundarias, unas 40 escuelas primarias y dos seminarios.

“La mayoría de las parroquias están situadas en zonas remotas, donde vive la población tribal”, señala el P. Costa. Allí es donde las necesidades son mayores.

“Transformamos sus vidas a través de la oración y la enseñanza. Somos testigos vivos y heraldos del Evangelio”, contribuyendo “a la formación del clero local”, añadió.

Los oblatos también se esfuerzan por garantizar la dignidad de los trabajadores locales mediante salarios justos y el respeto de sus derechos.

Y ahora, al comenzar sus Bodas de Oro, tienen la oportunidad de “repensar la misión y las actividades” para servir a la Iglesia local.